Ayer, 6 de septiembre, fue la inauguración oficial de la primera fase de la Variante Sur Metropolitana que une los barrios Bilbaínos de Larraskitu y Peñascal y el municipio de Trapagaran.
Las autoridades políticas que participaron en el acto oficial, con Itziar Garmendia, diputada de Obras Públicas y Transportes a la cabeza, no pararon de recordarnos las supuestas ventajas de este proyecto. Ya que esta carretera, según sus promotores, reducirá los atascos de la A-8 en el Gran Bilbao. Según las estimaciones realizadas por este departamento, esta variante acogerá a 23.700 (9.400 camiones y 14.300 turismos) de los 100.000 vehículos que utilizan diariamente la A-8.
Pero, no sabemos si a la hora de hacer esta estimación y ensalzar los beneficios de este proyecto se han tenido en cuenta los aspectos negativos como:
1. La Supersur tiene como objetivo recoger la circulación de largo recorrido pero el 94% de los vehículos que la transitan diariamente por la A-8, la usan para desplazarse entre municipios o para desplazamientos cuyo origen o destino es el Área Metropolitana. Por lo tanto, la incidencia que va a tener esta nueva autopista en el tráfico es marginal.
2. Los problemas principales de la A-8 se dan en los accesos a las ciudades. Por lo tanto, el tiempo que nos ahorramos con la nueva carretera lo perdemos cuando entramos en la ciudad.
3. Peaje. Los usuarios deberán pagar por circular por esta vía. En un día laborable un turismo deberá pagar 1,08 euros por el trayecto completo que consta de 17,8 Km.
4. Transporte pesado. Tanto el transporte pesado como los productos peligrosos no podrán circular por la A-8 en las inmediaciones a Bilbao: la prohibición va desde el intercambiador de Cruces y la conexión con la Variante Este, en Larraskitu. Por lo tanto los camiones tendrán dos opciones: circular por la Supersur, previo pago claro, o hacerlo por el corredor del Txorierri recorriendo varios kilómetros extra. Lo que se traduce en que prácticamente, se esta obligando a esto camiones a circular por esta variante, que supondrá un coste de 6,74 euros los días laborables.
Pero realmente…¿pueden los transportistas asumir este nuevo coste, teniendo en cuenta los diferentes peajes, la continua subida del combustible y otros impuestos derivados de la circulación por carretera?
Además, esta medida supondrá un encarecimiento de los portes y esto se verá reflejado en el aumento del precio de las mercancías en el destino. Es decir, los bolsillos de todos los ciudadanos se verán directamente afectados.
5. Los impactos sobre el medio físico
El escarpado relieve de la zona ha hecho que este tramo tenga unos impactos tremendos sobre el medio natural. De momento, la carretera no toca el suelo. Sus 17,8 Km están construidos a través de 6 viaductos y 5 túneles.
Esté proyecto ha afectado a zonas con alto valor natural como: Errekatxo (Barakaldo) que se ve atravesado por un viaducto, de 200 m de longitud y 32 m de altura en su punto máximo, afectando a una zona rural.
En una escala mayor, la actual política de transportes está generando graves impactos ambientales en el País Vasco. Ya que, entre 1990-2002 se ha dado un incremento del 77% de las emisiones de gases efecto invernadero, un 500% superior a lo permitido a nuestro país en el Protocolo de Kioto.
Además de estos aspectos negativos cabe destacar ejemplos del fracaso que han sido otras variantes y carreteras de peaje:
Túneles de Artzanda: su uso actual es inferior al 50% de las estimaciones realizadas.
En Madrid, primero se construyo la M30, después la M40, M45, M50 y en estos momentos se está proyectando la M60, todo esto en un periodo inferior a veinte años, y los atascos continúan.
Teniendo en cuenta lo expuesto hasta ahora nos planteamos varias preguntas:
¿ En caso de que se finalice el proyecto (32 Km totales), habrá un aumento en el precio del peaje?
¿De dónde va a salir el dinero necesario para la construcción de esta vía, de momento ha costado 900 millones de euros, así como para su mantenimiento?
¿Se ha tenido en cuenta la proyectada inminente construcción de la Variante Sur Ferroviaria, paralela a la SuperSur y a la A-8?
Que nos expliquen los estadísticos de las diversas instituciones, cuáles son los criterios y datos que manejan para la realización de tres obras casi paralelas cuyo objetivo es en principio el mismo: descongestionar la A-8 en su tramo de Bizkaia.
¿Existe realmente una planificación territorial de movilidad? o está obra es tan solo un paso más en la política de desarrollo económico basado tanto en el despilfarro de dinero público para beneficios privados así como en la destrucción de recursos naturales?
Ahora que el daño está hecho realmente, ¿Creen las instituciones que es necesario castigar de nuevo la zona para la construcción del TAV?
Por todo ello, desde Eguzki pedimos la inmediata paralización de la construcción del tramo restante así como la gratuidad del ya construido.