La política urbanística desarrollista iniciada en los 70-80 se tradujo en unos entornos urbanos altamente densificados y con la artificialización de prácticamente todo el suelo. El hormigón sustituyó al suelo verde natural, dificultando de esa manera una relación más amable y racional con nuestro medio ambiente.
En la actualidad, el centro de Orereta es un continuo urbano hormigonado, esta huérfana de áreas o zonas naturales salvo la zona de la conocida como kanpa de Patxiku (Txirrita parkea), que según informan los vecinos está en riesgo de desaparecer.
Desde el grupo Eguzki de Oarsoaldea entendemos que la opción de construir en ese espacio representa un flaco favor para el medio ambiente y para la calidad de vida de sus vecinos. Cada vez más, voces autorizadas defienden la necesidad de la existencia de estos espacios en los entornos urbanos al entender que suponen beneficios no solo en el ámbito medioambiental (en el que nosotros trabajamos) sino que también en otros relacionados: cultura, social, etc. incluso con la salud.
Es por ello que nuestro grupo quiere manifestar públicamente su apoyo a los vecinos de esa zona y mostrar su disposición a colaborar en la medida de nuestras posibilidades en aquellas iniciativas que estén orientadas al mantenimiento de ese espacio como una zona natural.