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• Dos halcones y un águila ratonera, abatidos a tiros esta semana

  2020-01-24
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  El halcón hallado muerto en Muskiz. Luego hemos sabido que los ornitólogos la identificaban (era hembra) con el nombre de Olaia. La fotografía la hemos tomado del Facebook de Bizkaiko Basozainak.

  Nada menos que tres ejemplares de especies protegidas han sido abatidos por disparos de escopeta esta semana en distintas localidades de Gipuzkoa y Bizkaia. En concreto, el lunes ingresaron en Arrano Etxea de Igeldo un un halcón peregrino, llegado desde Aretxabaleta, y un águila ratonera, procedente de Azpetia (¡OJO, EN UNA PRIMERA INFORMACIÓN HEMOS DIFUNDIDO QUE SE TRATABA DE UN ÁGUILA PERDICERA!). El miércoles, supimos que otro halcón peregrino había sido hallado muerto en Muskiz (ver epígrafe “El caso de Olaia”).

  Se trata de tres casos más de la larga lista de ejemplares de especies protegidas que todos los años caen abatidos por disparos. El mismo fin de semana que se abrió la veda general, en octubre, denunciamos el caso de un esmerejón (un pequeño halcón, Falco columbarius) en Jaizkibel. Posteriormente, tuvimos conocimiento de una garza tiroteada en Aia, de un busardo ratonero en Elorrio y de un cernícalo llevado al Centro de Recuperación de Gorliz. Hay que tener en cuenta que los casos que llegan a nuestro conocimiento o que incluso pasan por los centros de recuperación son una pequeña parte de los que realmente se producen. Y que la temporada no ha terminado. En Bizkaia, lo hará el 31 de enero, pero en Gipuzkoa la Diputación ha decidido prolongar la caza de la paloma torcaz hasta el 16 de febrero, sin duda como compensación al colectivo de cazadores por haber aplicado la moratoria europea sobre la tórtola.

  Los autores de estos hechos no son meros cazadores “desaprensivos”, como se les suele calificar, sino cazadores delincuentes, porque abatir a tiros un halcón es un delito que puede conllevar incluso penas de cárcel. Pero lo cierto es que raramente son identificados y sancionados, incluso cuando están rodeados de cazadores “legales”.

  Sin embargo, no da la sensación de que sea un problema que preocupe especialmente a las administraciones, pues siguen sin tomar medidas específicas. Parece incluso que prefieren que no se visibilice demasiado. Quizá por eso no informan públicamente de los ejemplares tiroteados que llegan a los centros de recuperación, aunque sí que hacen propaganda cuando algunos de ellos, los que tienen la suerte de recuperarse, son devueltos a la vida silvestre.

  Nosotros y nosotras, sin embargo, no nos resignamos a que deba ser asumido como un daño colateral inevitable de ese colectivo de cazadores que se jacta del gran servicio que cree que presta a la sociedad y se queja de falta de reconocimiento, de incomprensión e incluso de falta de respeto. No, no nos resignamos a que deba ser asumido como un daño colateral inevitable. Por eso lo denunciamos. Y animamos a quienes tengan conocimiento de hechos de este tipo a denunciarlos y visibilizarlos.

  El caso de Olaia

  Bizkaiko Basozainak publicó el miércoles en su cuenta de Facebook que había trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Gorliz un halcón peregrino muerto hallado en Muskiz por la Guardia Municipal.

  Poco después, Iñigo Zuberogoitia informaba de que no era “un halcón cualquiera”, sino que se trataba de Olaia:

  (Este especialista ha publicado en Facebook fotos y más información de Olaia y su pareja José Luis.)

  Como hemos dicho, Olaia no es la única rapaz abatida por disparos en Bizkaia esta temporada. El 28 de octubre supimos, de nuevo a través de Bizkaiko Basozainak, del traslado al centro de Gorliz por esta causa de este cernícalo:

  Y el 14 de noviembre supimos, otra vez por Zuberogoitia, del caso de un muy longevo busardo ratonero:

  El abatimiento por disparo de especies protegidas es habitual, crónico. ¿Cómo de habitual o crónico? Veámoslo…

  El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Gorliz ha cumplido 20 años en 2019. En este tiempo ha recogido un total de 17.021 ejemplares de todo tipo de especies, la mayoría, 11.744, aves. Pues bien, 502 de los ingresos se han debido a heridas por disparo. Creemos que esta cifra habla por sí misma.

  La mayoría de los ingresos por disparo corresponden a aves, pero, como reconocía el responsable del centro, Miguel Escribano, en una entrevista realizada en julio, también hay mamíferos, y ponía el ejemplo de un tejón que había ingresado recientemente con dos balines en el cráneo.

  Disponemos del listado de “animales no cinegéticos” que han ingresado en Gorliz por disparo en los últimos cinco años. Nos lo ha facilitado una amiga que lo ha obtenido del Departamento de Agricultura de la Diputación (previa solicitud formal de información).

  Del listado se desprende:

  –         La mayoría son, efectivamente, aves.

  –         Muy especialmente rapaces, todas ellas protegidas.

  –         Pero, en realidad, le pegan a todo, desde una cigüeña a un pajarillo como es el bisbita común.

  –         La posibilidad de que se haya disparado sobre estas aves “por error” es remota. Disparar por error sobre una grulla o un búho real, ¿confundiéndolo con qué?, ¿con una torcaz?

  Volvemos al principio: hay que acabar con esta sangría y el paso imprescindible es denunciarla, visibilizarla.

  Eguzki, enero de 2020

  
  

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