Hay tres ejemplares de cisne en el estanque de la Plaza Gipuzkoa, de los cuales dos son pareja. A comienzos de primavera construyeron el nido detrás de la caseta y a primeros de abril pusieron al menos 5 huevos de color verde pálido. En condiciones normales, la incubación se prolonga durante 35 días. El macho de la Plaza Gipuzkoa, físicamente más fuerte, permanece la mayor parte del tiempo junto a su compañera, para si procede, hacer frente a perros y personas hooligans.
Estábamos extrañados porque habíamos visto aparearse a la pareja en el estanque y todavía no se habían producido las eclosiones; así que realizamos una inspección. Entonces vimos que los huevos naturales habían desaparecido y que habían sido reemplazados por dos huevos de yeso de tamaño similar y de color blanco con la superficie un tanto ondulada. Pensamos que se han podido utilizar los huevos naturales a modo de molde para obtener los de pega y engañar a los animales.
La hembra sale del nido una vez al día para alimentarse y vuelve enseguida para proseguir la baldía incubación. Está clueca; aprovecha el baño para refrescarse y aliviar “la fiebre” que le origina el esfuerzo de la incubación. Lleva incubando día y noche casi el triple de tiempo del que debería y está cada vez más delgada y exhausta. También se le está retrasando la muda (renovación anual del plumaje) para la que necesita un aporte extra de alimentación y salud.
Los huevos que se ven en la imagen, uno en primera plano y el otro tras el pico del cisne, son de yeso, pero la hembra sigue incubándolos.
El objetivo municipal es evitar que los cisnes se reproduzcan. Si les hubieran retirado los huevos sin cambiárselos por otros falsos, quizá hubieran hecho una puesta de reposición, que algunas instancias municipales también querían evitar. Cuando los huevos verdaderos se pudren, muchas veces se rompen y favorecen que la hembra abandone el nido. Los huevos de yeso no se pudren ni se rompen y, además pesan, como si los embriones estuvieran ya muy desarrollados y próximos a eclosionar. Así, la hembra ha entrado en una espiral de la que no es capaz de salir.
Desde este comunicado, preguntamos al Ayuntamiento cuánto tiempo tiene pensado mantener el animal en estas condiciones de sufrimiento y sacrificio baldío, qué ha hecho con los 5 huevos naturales, cuántas veces ha hecho lo aquí explicado y por qué se silencia y se le prohíbe a la gente que lo sepa.
La especie de cisne de la Plaza Gipuzkoa pertenece a la especie de cisne vulgar (Cygnus olor) y está catalogada como Especie de Fauna Protegida por el convenio de Berna. Algunos pocos ejemplares silvestres llegan a Euskal Herria como invernantes. Los ejemplares de la Plaza Gipuzkoa han nacido en otros parques y NO han sido extraídos del medio natural.
Algunos ejemplares, escapados de parques públicos, se han naturalizado en cursos fluviales y marismas de nuestro entorno generando problemas a especies nidificantes por su acervado instinto de territorialidad. Un ejemplo cercano es el de la laguna de Pitillas (Nafarroa) donde dificultan la crianza de otras especies de aves acuáticas y de ardeidas (garzas) con un mayor problema de conservación.
Por todo ello, SOLICITAMOS al Ayuntamiento de Donostia:
– Que ponga fin al sufrimiento del animal, al que se le está castigando con una incubación baldía que dura ya medio abril, todo mayo y prácticamente la totalidad de junio.
– Que públicamente pida perdón por lo que está ocurriendo en la Plaza Gipuzkoa.
– Que regale y traslade los cisnes a un parque del centro o del noroeste de Europa, área de distribución natural de la especie.
– Que con el objetivo de fomentar la sensibilización medioambiental, permita o facilite que el estanque sea un lugar para especies acuáticas autóctonas de nuestro entorno como el ánade azulón (Anas platyrhynchos) o la gallineta común (Gallinula chloropus).
– Que ante cualquier duda, pregunte y consulte a los naturalistas voluntarios, que estamos formados y llevamos décadas trabajando a favor de la Naturaleza.