Que el canal (Maialen Chourraut) no nos impida ver el río
2021-08-05
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El edificio en ruinas de la vieja central de Orbeldi y la presa, que sigue en pie y constituye un importante obstáculo para la fauna.
La medalla de plata de Maialen Chourraut ha sacado de las sombras, donde lleva sustanciándose ya unos años, un proyecto para construir un canal de aguas bravas en el Oria, concretamente en la antigua central hidroeléctrica de Orbeldi, en el término municipal de Usurbil. Se habla ya de que existe pleno consenso institucional, se señalan plazos e incluso parece que ni siquiera va a haber problema alguno con el presupuesto. Las organizaciones ecologistas asumimos una vez más la tarea de hacer de Pepito Grillo, de llamar la atención sobre el hecho de que el canal no nos debería impedir ver el río.
El proyecto consiste básicamente en la demolición de las ruinas de la antigua central y su sustitución por un canal de aguas bravas de 195 m de longitud y un edificio auxiliar, con la consiguiente urbanización de la ribera. Pero el proyecto supone también y sobre todo mantener la presa de la central, así como la detracción de 12.000 l/s del río Oria. Estos hechos no deben ser soslayados.
La planificación hidrológica insiste en que, para recuperar los ecosistemas fluviales, no basta con eliminar los vertidos y garantizar así la calidad química y biológica de las aguas, sino que es preciso también demoler las presas y otros obstáculos en desuso que dificultan e incluso impiden totalmente el desplazamiento de las especies piscícolas, así como limitar las detracciones de caudales, que en muchos tramos dejan a los ríos completamente anoréxicos.
Ortofoto en la que está señalado el espacio que ocuparía el proyecto de canal. Fuente: PESNU.
Un plano del proyecto. Fuente: PESNU.
La Diputación estima que en la actualidad hay alrededor de 750 de estos obstáculos en los ríos quipuzcoanos, de los que nada menos que tres cuartas partes están en desuso, y, de hecho, recientemente ha anunciado el Plan Director de Permeabilización de Obstáculos de Gipuzkoa 2020-2035.
Pues bien, la presa de Orbeldi es el paradigma de estos obstáculos. No es uno más, sino el primero de gran envergadura con el que se encuentra la fauna piscícola que remonta el Oria. De hecho, solo una escala situada en la margen derecha permite a la fauna piscícola superarla. Una escala que, no por casualidad, cuenta con una nasa que la Diputación utiliza para hacer seguimiento. Muy particularmente, del salmón, que es objeto de un plan de reintroducción en el Oria desde 1995. Pero también de otras especies como el sábalo (la presa de Orbeldi se encuentra en un tramo de río que la propuesta de Plan de Gestion del sábalo considera “área de interés especial”) y la anguila. Por la especial relevancia social que esta última especie tiene en el Oria y, particularmente, en Usurbil, copiamos a continuación unas frases de su Plan de Gestión, que hace referencia a la importancia de obstáculos como la presa de Orbeldi: “En la CAPV, uno de los problemas más serios para la anguila es la gran cantidad de obstáculos a la migración de subida (…). El alcance del problema es de elevada magnitud puesto que la curva de extinción de la especie reproduce a pequeña escala (en apenas 35-40 km) lo que ocurre en cuencas francesas de mucho mayor tamaño en longitudes de 200-300 km”.
Bajo esas mallas metálicas que se ven a la izquierda se encuentra la escala, única opción de la fauna piscícola para franquear la presa.
Al margen de estas especies, se considera probable la presencia en esta zona de la lamprea marina, en peligro de extinción, así como, ya entre los mamíferos, del visón europeo. Desde luego, Orbeldi está en su “zona de distribución preferente”.
¿Y a nadie se le ha ocurrido hasta ahora que hay que eliminar la presa de Orbeldi? Claro que sí. El Plan de Acción del Paisaje del Río Oria en el Municipio de Usurbil (2016) dice al respecto: “La propuesta de actuación consiste en la recuperación ambiental y paisajística del entorno de la presa de Orbeldi. Se plantea una restauración paisajística mediante la eliminación de la edificación abandonada, y el desmantelamiento de la presa que, en la actualidad, resulta un obstáculo para la ictiofauna, así como para el flujo natural del agua del Oria”.
Más claro, agua. ¿Y por qué no se ha tirado entonces? Pues suponemos que por desinterés y/o falta de presupuesto. Que viene a ser lo mismo, pues, cuando hay interés, como parece que sucede ahora con el canal, el problema del presupuesto pasa a un segundo plano.
Lo dicho, ni el canal ni por supuesto el brillo de la medalla de plata deberían impedirnos ver el río. Y, desde un punto de vista medioambiental, lo que le conviene al río es eliminar la presa.
EGUZKI Talde Ekologista y ANERREKA Ingurumen Elkartea, agosto de 2021