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  • Ahorra agua cuando te laves los dientes… para que podamos seguir regando el campo de golf

    2022-08-03
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    Fuente: N. G.

    Fuente: N. G.

    El Boletín Oficial de Gipuzkoa publicó la semana pasada que la Agencia del Agua ha otorgado al golf de Basozabal, en Donostia, una concesión para derivar 70.000 m3/año de tres pozos con el fin de regar el green.

    Desconocemos si esta decisión viene a regularizar una situación que se ha mantenido de hecho hasta ahora o a ampliar las concesiones iniciales, pero, en lo que a este escrito respecta, eso no es relevante. Lo relevante es que, el mismo día en que nos enteramos de esto, escuchamos que la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, en el marco de la presentación de las medidas contra la “emergencia energética”, buscando la complicidad de la ciudadanía y, de paso, haciéndola corresponsable, volvía a repetir cosas como “no pedimos duchas con agua fría, pero igual lavarse las manos sí; o cerrar el grifo al lavarse los dientes”. Y nos informaba de que una tonelada más de papel son 14 árboles y 50.000 litros de agua. “Creo que merece la pena que nos quedemos con estos datos”, añadía.

    Bueno, pues no solo nos quedamos con esos datos sino que vamos a aportar alguno más: el consumo medio doméstico de agua en la CAV es de 97 litros por habitante y día, según ha dado a conocer recientemente el INE. Es decir, la concesión que se acaba de formalizar para el riego del golf equivale al consumo de casi 2.000 personas durante todo un año. Es decir, poco más o menos el consumo de los vecinos de un barrio como Añorga o un municipio como Ataun. Dicho de otro modo: para ahorrar 70.000 m3 al año, cada uno de los 188.102 donostiarras censados debería reducir su consumo (cerrando el grifo cuando se lava los dientes y tal) 361 litros, casi uno al día.

    Así las cosas, parte de la ciudadanía puede preguntarse: ¿para qué voy a cerrar el grifo al lavarme los dientes?, ¿para que ellos sigan regando su campo de golf?

    Que no se nos interprete mal: seguiremos cerrando el grifo cuando nos lavemos los dientes, pero, igualmente, seguiremos denunciando la propaganda verde de las instituciones, el greenwuashing que se dice ahora, que, por una parte, reclaman a la ciudadanía “responsabilidad” y “gestos” para preservar el medio ambiente y, por otra, siguen ahondando en las políticas que nos han traído a la crisis climática, ecológica, social y también energética en la que nos encontramos.

    EGUZKI, agosto de 2022


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