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  • Tres días de toros y/o 365 de deportes

    2024-08-17
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    “Tres días de toros y/o 365 de deportes”. Así titula Ramon Sola el artículo que publica en GARA sobre el “estado de la cuestión” de las corridas de toros en Donostia y, muy particularmente, sobre el futuro del coso taurino en el marco de la prevista remodelación integral de Anoeta e Illunbe. Os recomendamos su lectura:

    Tres días de toros y/o 365 de deportes | Donostiarra | Naiz

    TRES DÍAS DE TOROS Y/O 365 DÍAS DE DEPORTES

    RAMON SOLA

    Cuando los toros retornaron a Donostia con impulso del PP en 1998, se programó una semana entera de corridas y se vendieron miles de abonos, casi hasta llenar la nueva plaza de Illunbe. Aquella imagen dista mucho de la presenciada este jueves y viernes, y también de la programación en general: la familia Chopera, promotora y auténtica alma mater de esta operación que se prolonga ya tres décadas, reconoce que lo ajustado a la demanda de la ciudad no son más de tres corridas.

    Este sábado Chopera se trae a tres figuras del toreo (Roca Rey, Talavante y Aguado) y seguramente logrará la mayor entrada, pero en conjunto de los tres días no se superarán los 20.000 espectadores. En el ciclo 1998-2011, hasta que llegó el Gobierno municipal de Bildu y canceló las corridas, se contabilizaban 63.000 de media por feria.

    Un informe realizado por los empresarios taurinos en aquel momento, al objeto de  denunciar los supuestos perjuicios del parón, afirmaba que el impacto económico de las corridas para la ciudad se elevaba a 117 millones en todo el periodo citado: 8,35 millones por año. Dar por bueno ese disparate supondría que cada asistente a Illunbe en este 2024 gastaría en cada día de Aste Nagusia (estancia, hostelería, entrada…) la friolera de 417 euros.

    La realidad resulta más fácil de explicar que estas cuentas, porque es más política que económica. Sin haber existido una demanda ciudadana especial tras el derribo de la Plaza del Txofre en 1974, fue el PP quien perseveró para recuperar la práctica de matar toros en la ciudad. De hecho, este partido pediría en 2009 renombrar Illunbe como Plaza Gregorio Ordóñez por su liderazgo en el proyecto cuando era teniente de alcalde. Y también en 2015 el impulso político español fue determinante, junto al afán del PNV de desandar lo andado por Juan Karlos Izagirre: basta recordar que a la reinauguración acudió Juan Carlos de Borbón.

    Las dos llaves del PNV

    En las diferentes etapas de estas décadas, el PNV ha oscilado entre apoyar la actividad taurina, dejar hacer o reflejar indiferencia, que viene a ser la actitud actual del primer edil, Eneko Goia. Con todo, lo cierto y palpable es que una práctica muy cuestionada entre la ciudadanía donostiarra sigue teniendo lugar en las fiestas, aunque sea lejos del centro urbano y fuera del foco de atención festivo.

    Con motivo de la manifestación contra la tauromaquia que se celebró una hora antes del cañonazo, Eguzki ha recordado además que ya en 2017 la plataforma Donostia Antitaurina Orain presentó las firmas requeridas por el Reglamento de Participación Ciudadana para tal consulta: «Desde Madrid se negó ese derecho y Eneko Goia se comprometió a buscar otras vías para recabar la opinión de la ciudadanía, pero estamos en 2024 y no ha movido un dedo al respecto».

    La pelota está en el tejado del alcalde en este ámbito consultivo y también en otro práctico que en buena lógica debería acarrear el fin de las corridas. En la campaña electoral de abril pasado, el entonces candidato a lehendakari Imanol Pradales prometió una reforma integral del área deportiva de Anoeta que incluiría la conversión de Illunbe en un pabellón deportivo multiusos. Lo verbalizó en una comparecencia compartida con el alcalde Goia y la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza.

    Goia también ha hecho suyo ese compromiso, afirmando que Illunbe «tiene las condiciones que requeriría el pabellón multiusos de Gipuzkoa». Sin embargo, hasta la fecha no se ha presentado un proyecto en detalle, por lo que queda la duda de si se intentarán compatibilizar la actividad deportiva durante todo el año y una práctica taurina reducida ya a tres días.

    A priori parece muy complejo, por no decir absurdo, construir una instalación deportiva moderna para baloncesto (GBC), balonmano (Bera Bera) y posibilidad de conciertos (como ya acogen el Navarra Arena, el Buesa Arena en Gasteiz o Miribilla en Bilbo) manteniendo la actual configuración de las gradas, espacio reservado a toriles, patio de caballos, obligación periódica de convertir la pista en arenal… La adaptación hecha en 2020, y que ha servido básicamente para que el Gipuzkoa Basket use la instalación en entrenamientos y partidos, no sido especialmente satisfactoria.

    Irun corre más

    Si este proyecto va en serio, el Ayuntamiento de Donostia tendrá que tomar decisiones a corto plazo, porque le ha tomado la delantera otro pabellón multiusos que supone competencia muy directa: el proyectado en Irun (Irungo Areto Moldakorra). Se levantará en Ficoba, con capacidad para 5.000 personas ampliable a 10.000 para eventos especiales, y ya tiene maqueta y la preceptiva modificación del Plan General de Ordenación Urbanística aprobada. En el horizonte, el Mundial de Balonmano de 2029, concedido al Estado español, para el que Irun ya es sede designada y se apunta incluso que tendría opciones de acoger la final.

    Una decisión política en este sentido sería la estocada al mantenimiento de las corridas en Donostia, muy impopular ya en las generaciones jóvenes: lo sabe la familia Chopera, que sigue dirigiendo su promoción a este sector, con entradas a diez euros este año. El contexto general es claro: el número de corridas a nivel estatal cayó a la mitad entre 2007 y 2020, en Gasteiz ya dejaron de hacerlas en 2016 por falta de público y en Bilbo el desplome es cada vez más evidente en las gradas de Vista Alegre.


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