El mapa del mundo lo dibujan las corporaciones a golpe de excavadora y explosiones. Los territorios se conquistan al puro estilo colonial y se ponen al servicio del capitalismo. Su voracidad la alimentan los recursos, pero nunca tiene suficiente, y a pesar de su hipertrofia necesita seguir creciendo. La huella del extractivismo, visible desde el aire, se hace más grande porque el capitalismo, hoy en día disfrazado de verde, cada vez necesita más recursos minerales y energéticos. Las poblaciones son expulsadas de sus territorios u obligadas a malvender su mano de obra esclava. El mapa geo-estratégico mundial refleja el colapso bio-físico y humano que está teniendo lugar.
En Euskal Herria también mandan las corporaciones. Ellas diseñan y deciden los proyectos de infraestructura energéticos y de transporte que alimenten su avaricia. Plantas fotovoltaicas y polígonos eólicos por doquier amenazan con transformar nuestro territorio de modo irreversible y desposeer a las personas y otros seres que aquí habitamos de montes, bosques y zonas verdes. Todo ello ahondaría en la ya acelerada artificialización de la tierra que estas últimas tres décadas ha aumentado exponencialmente. Al destrozo local de placas y aerogeneradores hay que sumarle la huella ecológica en territorios lejanos descrita en el párrafo anterior. Sin extractivismo no hay baterías.
Las excavadoras y tuneladoras de las obras del TAV en Euskal Herria también están alterando irreversiblemente el mapa contribuyendo al colapso bio-físico.El AVE aquí es una entelequia, pero la destrucción una realidad: efecto barrera, desaparición de acuíferos, alteración del sistema hidrogeológico, destrucción de tierra fértil y bosques, desvíos de cauces de los ríos, destrucción de caseríos históricos, ingentes movimientos de tierra, viaductos y trincheras, sustitución de lo verde por el estéril “cementorio” y desierto extendiéndose a su paso. Vergonzoso legado éste para las futuras generaciones. Algunos de los paisajes más bellos que hemos tenido la suerte de conocer ya no existen. Las “constructoras” lo han destrozado ante nuestra mirada impotente desposeyéndonos del bien común y privatizándolo.
Llevan gastados más de 4.000 millones de euros desde que las obras comenzaron y estos han sido algunos de los “beneficios” en la población: encarecimiento de la vida, dificultad creciente de acceso a la vivienda, precariedad y privatización de servicios públicos y recortes en educación, salud y servicios sociales equivalentes a lo gastado hasta ahora en las obras del TAV. Con la promesa de un “mañana mejor” nos están arruinando el presente. Y la única certeza de futuro es una deuda gigante. ¿Cómo les permitimos seguir adelante?
En este contexto asistimos estos días a un debate que consideramos falso. ¿Qué sería más deseable para el tren fantasma agujerear Aralar o llenar Sakana de túneles y viaductos? Ofrecen destrucción a la carta. ¿Pero para que pase qué? Aunque a juzgar por el eco del debate pudiera parecer lo contrario el TAV no ha llegado a Euskal Herria y tal vez nunca llegue. En la Y vasca queda la mitad de la inversión por hacer. Aún no se han hecho ni las estaciones de Bilbo, Gasteiz y Donostia ni el nudo de Bergara. En algunos de los tramos ya finalizados, aparte de los túneles que se deterioran, no está más que la plataforma, y en otros ni eso. Faltan supraestructura, catenaria y electrificación. Y en el llamado corredor navarro se ha realizado menos del 10 % de la inversión total. ¿Qué va a pasar por Ezkio o por Gasteiz si lo que hay no es más que un montón de obras?
Este falso debate ignora y oculta además que los municipios afectados dijeron NO al TAV y hubo una gran resistencia en su contra hasta que impusieron su inicio “manu-militari”. Las obras hoy de día son la continuidad de esa imposición. Y como venimos denunciando, con el dinero que cuesta 1km. de TAV se podrían contratar 773 profesoras de secundaria todo el año, dar de comer a 42. 721 alumnas en los comedores escolares, pagar 7.377 pensiones dignas y contratar 1.600 personas en las residencias.
Según las élites que dirigen el falso debate están a la espera de un informe técnico pretendiendo así dar la imagen de una planificación responsable y eficaz, queriendo ocultar el carácter político de esta decisión. Sin embargo, ya existen informes rigurosos realizados por la UPV, los tribunales de Cuentas europeo y español y Airef. En ellos muestran las profundas afecciones medioambientales y socioeconómicas de esta infraestructura y exigen no construirla. Pero las élites los han ignorado y han seguido su huida adelante llevando a la población hacia el precipicio.
La destrucción del territorio deteriora aceleradamente las bases de la vida, la tierra el agua. Frente a este panorama global y local desde AHT Gelditu! Nafarroa, con perspectiva antidesarrollista reivindicamos un cambio radical del modelo social. Es urgente salirnos del paradigma del capitalismo, expropiar a las constructoras, recuperar la tierra y la biodiversidad, restaurar los ecosistemas y reorientar el sistema económico hacia la soberanía alimentaria, la justicia social y la satisfacción de las necesidades reales de los pueblos y las comunidades.
Estamos a tiempo de frenar este despropósito. El TAV es una entelequia, pero la destrucción una realidad.Ni por Ezkio ni por Gasteiz. Dejad de agujerear nuestros montes. Exigimos la inmediata paralización de las obras en estos momentos de grave crisis. Paremos la sangría económica y ecológica. Ignoremos los debates hueros y ensordecedores y escuchemos el latido que surge desde las entrañas de la tierra. Su supervivencia es la nuestra.