Albistea

  • [2008-07-04] CESAR DOPAZORI ELKARRIZKETA: Europar Batasuneko energiari buruzko aholkularia.

    2008-07-04
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    nuklearra

    Pregunta. ¿Usted viviría al lado de una central nuclear?

    Respuesta. Sí, de hecho, he vivido y trabajado enfrente de un reactor nuclear de investigación de alta intensidad durante cuatro años en Brookhaven [Long Island, EE UU]. No tuve ningún problema. Eso sí, cuando me fui me hicieron firmar un documento que decía que la revisión médica denotaba que no había sufrido ninguna afección.

    P. Cuatro centrales nucleares españolas han sufrido fallos en 72 horas. ¿Es una “mala casualidad”, tal y como afirmó el Consejo de Seguridad Nacional?

    R. Las averías son parte de todo dispositivo, el problema es cuando tienen trascendencia para la salud pública. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no ha sido un ejemplo de cómo actuar en algunos casos. En ocasiones se han tratado de diluir responsabilidades. El CSN tiene un ingeniero residente en cada una de las centrales nucleares, por eso debería de ser el primero en enterarse de lo que sucede en cada una de ellas. El CSN debería de actuar y transmitir la información, sin crear alarma, al Gobierno para que después la traslade a los ciudadanos. Esto en muchas ocasiones no se ha hecho así.

    P. ¿Existen alternativas a la energía nuclear?

    R. A medio plazo, lo ideal sería que fuesemos incorporando la mayor proporción posible de energías renovables, pero mientras tanto tendremos que confiar en las energías existentes. El coste de generación de la energía nuclear es muy barato. La inversión es carísima, pero, en contrapartida, no está sujeta a la especulación, como el petróleo, ni al aumento de la demanda de China. No emite CO2. También tiene inconvenientes. El de los residuos nucleares es el más grave.

    P. ¿Por qué?

    R. En cierto modo, escondemos el problema. ¿Qué hacemos con estos residuos? Los metemos en un almacenamiento geológico profundo, cuando lo que deberíamos de hacer es transmutarlos y convertirlos en residuos de baja actividad. Y la tecnología para hacer esto no existe porque no se ha invertido en ello.

    P. ¿Qué dicen en la UE cuando plantea esto?

    R. El presidente [de la Comisión Europea José Manuel Durao] Barroso escucha, pero no puede tomar una decisión. Tiene que estar atento a todos los estados miembros y actuar con cautela.

    P. ¿Llegará la UE al 20% de energías renovables en 2020, tal y como se ha propuesto?

    R. Lo veo difícil. El 20% requiere mucha inversión e implica un sobrecoste por persona que rondaría entre 200 y 300 euros al año en España. Por otro lado, cumpliríamos el protocolo de Kioto, que para algo lo hemos firmado. A veces hay que llamar a la prudencia a los políticos, porque su optimismo no responde a la realidad. Muchas decisiones tomadas [en materia energética] se basan en emociones y no en los estudios adecuados. De repende llega un presidente de un estado miembro que dice “yo soy partidario de las renovables” o “soy el más antinuclear”, y nadie les dice dónde están los límites.

    P. ¿Cuánta energía eléctrica se puede generar con las instalaciones eólicas de aquí a 2020?

    R. Podríamos llegar a algo cercano al 20% en España. Pero esta energía tiene el problema añadido de su intermitencia, al igual que otras muy prometedoras, como la fotovoltaica. No sabemos cuándo va a soplar el viento con exactitud ni cuándo saldrá el sol. Eso no quita que ambas tengan mucho potencial. Con paneles integrados en las fachadas de los edificios, el potencial de esta última es altísimo.


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