Iberdrola reclama más nucleares, más rentabilidad y tarifas más caras para los consumidores
2009-12-19
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Eguzki denuncia las últimas declaraciones del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, reclamando energía nuclear, que los consumidores deban pagar más en la factura eléctrica, y mayores ayudas públicas para sus inversiones y mejoras de negocio y beneficio.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, afirma que el sector eléctrico deberá invertir 110.000 millones de euros hasta 2030 para garantizar el suministro y advirtió de que, si el Estado español prescinde de la energía nuclear, la factura eléctrica deberá elevarse en unos 35.000 millones. No en vano, uno de los objetivos de la compañía es expandir su negocio a golpe de energía nuclear (en el Reino Unido, Bulgaria, etc), manteniendo las centrales instaladas como Garoña. “Sería sorprendente no apostar por la energía nuclear” afirmó presionando al Gobierno para que ampliara el ciclo de vida de la central nuclear de Garoña.
El sistema energético actual es insostenible. Derrochamos energía y la producimos por métodos contaminantes, como los combustibles fósiles y nucleares. Con el descenso de consumo eléctrico actual (del 8%) y la escasa producción de Garoña (1,35%) es ilógico mantener una nuclear insegura por encima de su vida útil. El mantenimiento de Garoña condena a mantener la insostenibilidad del sistema eléctrico, aunque a Iberdrola y Endesa les suponga pingües beneficios tal insostenibilidad.
Iberdrola, en el Estado español, suministra el 44% de la energía nuclear, según datos recogidos de la propia empresa. Esta es la misma empresa que considera que “trabaja por la protección y el cuidado del medio ambiente a través del fomento de las energías limpias y el desarrollo sostenible”, todo un discurso de imagen que recuerda a la estrategia de su campaña titulada “Energía verde”, declarada engañosa por la Comisión nacional de Energía.
Iberdrola certifica como ‘verde’ una electricidad generada en centrales térmicas, apoya la nuclear e invierte en proyectos en Latinoamérica basándose en la explotación de tierras y pueblos. Mientras en Europa Iberdrola dice que su apuesta es por las renovables, planea centrales contaminantes de carbón en Guatemala, un megaparque eólico en Oaxaca (México) cuya ejecución significó un verdadero despojo de tierras bajo amenazas y engaños, denunciado por organizaciones de derechos humanos, y la depredación ambiental.
A la luz de su política de empresa, parece difícil distinguir el compromiso de la empresa con el medio ambiente, pese a ser una de sus banderas publicitarias.
“A no ser que las empresas esperen obtener una considerable rentabilidad, ningún banco va a invertir y el país tendrá un problema” ha dicho Galán con desparpajo, anunciando para el próximo año una inversión de entre 4.500 a 5.000 millones de euros. Y agregó que la solidez financiera es su actitud frente a la crisis, es decir, mantener los beneficios a los que están acostumbrados a costa del consumidor es su objetivo en esta época de crisis
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, participó el viernes en Copenhague en un foro paralelo de empresarios. Para Galán toda medida, apuesta o Cumbre le debe garantizar como ganador: ” éramos la decimocuarta empresa del mundo por capitalización y hoy la quinta”, puso como ejemplo. Este es el coste social que hemos y estamos pagando en su beneficio, bien sostenible según su discurso y alianzas.
El ministro de Industria, Miguel Sebastián, aseguró hoy que “la apuesta por la economía sostenible” y el desarrollo de las energías renovables justifica “en parte” la subida de las tarifas eléctricas, que consistirá en un incremento “un poquitín por debajo” del 2,7% a partir de enero.
A juicio de Eguzki, este es el ejemplo del uso de la ecología como una arma en manos del capitalismo, un uso por parte de multinacionales energéticas, que permite vender el “desarrollo sostenible” mediante políticas liberales de consumismo de recursos en un objetivo de sustentar, sostener e impulsar el afianzamiento del beneficio de dichos poderes y multinacionales que destruyen el planeta.
El liberalismo salvaje pretende en este Estado del bienestar que, sus necesidades de reasignación de posiciones y reproducciones de balances y beneficios, sean asumidas por las diversas Administraciones. En el fondo, lo que pretenden es amortiguar la crisis que algunos padecen mediante la ayuda, subvención y prebendas amistosas, para garantizarse los beneficios, especialmente en sectores estratégicos y de gran monopolio, como la energía.
Mientras al consumidor se le pretende cobrar más por menos, la lucha contra el cambio climático mueve mucho dinero. Las empresas energéticas más importantes del mundo pugnan para beneficiarse de los 8,2 billones de euros que estiman costará a los Estados reformar el sistema con fondos públicos.
Para Eguzki, la subida de la factura eléctrica resiente las economías familiares en esta época de crisis y recortes para una gran parte de la población. ¡Se supone que teníamos que ahorrar, y no pagar más ! Por este motivo, desde Eguzki denunciamos todo intento de subida de la tarifa eléctrica por parte del monopolio de los farsantes de la sostenibilidad, de los que anteponen su rentabilidad a los consumidores para subir tarifas, del uso de la ecología como una arma por parte de multinacionales energéticas que explotan los recursos del planeta.