Por dar un tartazo de merengue a una política sin escrúpulos, la condena ha sido de 2 años de cárcel y 900 euros de multa..
y por contaminar cientos de kilómetros de nuestra costa con espeso y toxico chapapote con esta justicia sale gratis.
Tanta urgencia tienen para hacer un devastador TAV que no va a ninguna parte, que cogen el dinero destinado a cultura, sanidad y a ayudas sociales. No creemos ni en su justicia ni en su ética.