Hegazti sarraskijaleak: Sai arrearen babesa eta sai arreak ganaduarekin duen elkarbizitza posible delako
2014-12-23
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La organización ecologista y antinuclear Eguzki solicita a Diputación de Gipuzkoa que regule con urgencia el régimen de indemnizaciones (kalte-ordainen araubidea) a las personas ganaderas, cuando haya confirmación fehaciente (frogagarri) de daños por parte de la fauna salvaje (animalia basatiak), en el caso de las aves necrófagas como el buitre común (sai arrea). No es de recibo que buitres y pastoreo hayan sido compatibles durante más de 40 siglos y no lo sean en el siglo XXI. Algo falla?
El buitre es una especie protegida, dado el estado desfavorable de conservación de sus poblaciones en Euskal Herria, en lenta recuperación. Es una especie muy longeva con bajísimas tasas de renovación, debido a una elevada mortalidad juvenil. El buitre leonado es un ave exclusivamente necrófaga. Los casos de muerte de animales vivos son en todos los casos ejemplares con su capacidad vital reducida: tullidos, ciegos o casi ciegos, recién nacidos abandonados por la madre, madres e hijos inmovilizados y moribundos por problemas en el parto, animales atados, encerrados o abandonados en corralizas, etc. En todos estos casos el valor económico de los animales consumidos es reducido, dado que o bien no pueden sobrevivir, o bien no se podrían salvar sin una intervención inmediata por parte de personas ganaderas.
El Decreto 167/1996, por la que se modifica el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora Silvestre y Marina, incluye a las aves carroñeras (quebrantahuesos, alimoche y buitre leonado) dentro de las categorías de especies catalogadas como “En Peligro de Extinción”, “Vulnerable” y “De Interés Especial”, respectivamente. La catalogación de dichas especies conlleva la aplicación de determinadas medidas protectoras, entre ellas la elaboración de un Plan de Gestión que contendrá las directrices y medidas necesarias para eliminar las amenazas existentes sobre dichas especies, promoviendo la recuperación, conservación o manejo adecuado de sus poblaciones, así como la protección y mantenimiento de sus hábitats.
Así, de manera excepcional durante estos últimos años se ha probado algún ataque a ganado vivo que se encontraba aprovechando pastos de montaña públicos (Ayuntamientos, Mancomunidades) ligados a áreas protegidas de la Red Natura 2000 (PN de Aralar, PN de Aizkorri-Aratz, etc.).
Igualmente, las Administraciones Públicas responsables de la protección de la biodiversidad han comprobado entre otros el uso de veneno para exterminar poblaciones de estas aves protegidas, práctica ilegal contra la biodiversidad extremadamente grave, perseguida y castigada por el código penal, y denunciada reiteradamente por las organizaciones ecologistas.
Eguzki solicita a Diputación de Gipuzkoa que proceda urgentemente a la aprobación de:
(1) un régimen de indemnizaciones, para compensar los daños fehacientemente demostrados que se generen por especies de la fauna salvaje, tales como el buitre leonado o el lobo;
(2) el Plan Conjunto de Gestión de las aves necrófagas de interés comunitario de la Comunidad Autónoma del País Vasco.
Y ese régimen de investigación, cobro de indemnización o denegación de la misma debe ser clarificador y rápido, evitando prolongaciones innecesarias. Igualmente, pensamos que se deben establecer mecanismos legales para detener y sancionar la picaresca y corrupción generadas en algunas de estas situaciones, y el uso de venenos. Asimismo, se debe garantizar y exigir el correcto cuidado de los rebaños, incluido su estado sanitario, para evitar su semiabandono o el maltrato animal. Diputación no debe olvidar el dotar de las herramientas de gestión necesarias a la guardería forestal, estableciendo un protocolo de actuación para el personal de ésta, además de proteger su actuación.
Por otro lado, los cambios en la regulación del tratamiento del ganado muerto en el monte (prohibición de abandono en el monte o en muladares, obligación de retirar cadáveres y posterior creación de comederos artificiales o pseudomuladares) han provocado cambios en las costumbres alimenticias de los buitres que propician la aparición de comportamientos nuevos, de difícil calibración.
Existen indicios de que la actual población de buitre no guarda proporción con la cabaña ganadera extensiva de Gipuzkoa. Si es así, la explicación radicaría en que el suministro de alimento en comederos, que no hay en Gipuzkoa pero si en provincias limítrofes, está de sobra. Naturalmente, esto debería ir acompañado del compromiso de no prohibir dejar los cadáveres en el monte, quizás incluso de obligar a ello. Debemos recordar que aquella medida (la prohibición de abandonar cadáveres) se derivó en su día de la enfermedad de las vacas locas, que afectó no al ganado extensivo, sino al estabulado, y que hoy en día no hay razón para mantenerla.
Todo lo anteriormente expuesto también sugiere que no se debe abordar esta cuestión desde una perspectiva territorial local, que debe considerarse la gestión de las poblaciones de aves necrófagas a una escala nacional, que debe revisarse la política de comederos artificiales fijos, y que en todo momento la especie debe continuar estando bajo un régimen de protección efectiva.
Donostia, a 22 de diciembre de 2014
Eguzki Talde Ekologista eta Antinuklearra