Sentencia del Tribunal Superior de Castilla Leon sobre Garoña
2015-12-03
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Algunos quisieron y quieren dejar todo atado y bien atado, tanto nuestra voz y capacidad de opinar la mayoría social, pero no podemos mirar impasibles ante la petición de reapertura y funcionamiento de Garoña. EGUZKI reclama el desmantelamiento, para garantizar el cierre definitivo e irreversible.
Tras décadas de trabajo y denuncia contra la energía nuclear y en particular contra Garoña, se produjo su parada y posible cierre o reapertura bien como central nuclear o cementerio de residuos nucleares.
En el día de hoy se ha sabido que el Tribunal Superior da la razón a la Confederación, que dictó que o construye una torre de refrigeración o tendrá que reducir la potencia. La obra se suma a las costosas mejoras pendientesLa sección primera de lo contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, en Burgos señala que hay que “hacer frente a la disminución progresiva de los caudales“ en el Ebro. Garoña, que no tiene torre de refrigeración, devolvía el agua demasiado caliente, a más de 30 grados centígrados. Por eso, en la foto de la central burgalesa no hay la típica torre que emite vapor de agua y que es el icono más característico de las nucleares.
Garoña debería construir una nueva torre de refrigeración o reducir la potencia. Puede parecer un problema menor, pero Almaraz (Cáceres) tuvo que invertir 25 millones en un sistema de refrigeración por una queja similar, y la central de Zorita, en Guadalajara junto al Tajo, cerró en 2006 con un sistema de refrigeración que acababa de estrenar.
Ya anunció el vicepresidente de la Sociedad Nuclear Española esta pelea por imponer como sea la carta blanca para Nuclenor: “mientras que el Gobierno no dicte una autorización de ’pre-desmantelamiento”. Endesa e Iberdrola han negociado con Soria 60 años de vida útil a las nucleares para mantener Garoña, de esta vetusta y peligrosa central nuclear de primera generación, que ha superado la fecha de caducidad cuya hipotética puesta en marcha. Ello supone un riesgo inasumible dadas la graves deficiencias, accidentes y catástrofes que se han producido en supuestos similares.
Por su situación: al estar en la cabecera del Ebro, uno de los ríos más importantes de la península, del cual dependen millares de agricultores y otros puestos de trabajo en la producción y comercialización de alimentos, en el caso de accidente las consecuencias serían gravísimas.
La central de Garoña “es gemela del primero y más antiguo de los cuatro reactores nucleares accidentados en Fukushima el pasado mes de marzo (tecnología de agua en ebullición BWR de General Electric, potencia de 460 MW, inicio de explotación en 1971), con un diseño obsoleto de hace medio siglo que ha acreditado una preocupante falta de seguridad en sus sistemas de suministro eléctrico, refrigeración y contención”.
Esto es lo que Eguzki demandaba en los últimos años esta medida, ya que Garoña debería haber estado cerrada hace mucho tiempo por vieja, por peligrosa, por innecesaria, por estar amortizada, porque lo demanda la sociedad. La situación nos indicaba que el cierre no era definitivo y que el paso del tiempo jugaba a favor de su obsolescencia de materiales y agravación de riesgos.
Dado el estado de la energía, la voluntad popular respecto a Garoña y los riesgos de todas las plantas nucleares, especialmente las más antiguas como es el caso de Garoña, desde el colectivo ecologista Eguzki, exigimos una vez más la orden inmediata de pre-desmantelamiento, pues entonces”será muy difícil volver atrás” a operar.
Desde 1990, Garoña ha notificado más de 136 accidentes de seguridad Diversos estudios contrastados advierten de que Garoña presenta graves problemas de seguridad en sus sistemas de suministro eléctrico, refrigeración y contención. Inaugurada en 1971, su diseño es gemelo del primero y más antiguo de los cuatro reactores nucleares accidentados en Fukushima (Japón).
El propio Consejo de Seguridad Nuclear indicó que Garoña sufre un proceso de agrietamiento múltiple por corrosión que afecta a diversos componentes internos de la vasija del reactor, un riesgo que se acrecentará con el tiempo. Con los informes de 2009 ya se puso de manifiesto la gran cantidad de defectos y elementos degradados que tiene la central, algo que también se confirmó con las pruebas de resistencia. Todos los resultados de estas pruebas de resistencia de las nucleares del Estado ante accidentes severos, y especialmente en el caso de Garoña, dejan en evidencia que el riesgo de un accidente nuclear es inasumible. Incluso con la central parada, el combustible nuclear sigue activo, sigue habiendo reacciones nucleares que, además de radiactividad, generan mucho calor.
Una central conocida como “la de las mil grietas”, no puede ser moneda de cambio ni de intereses economicistas y continuar funcionando puede dar lugar a averías o problemas graves que generen la paralización de la planta o incluso un accidente con escape radiactivo incluido. El accidente de Fukushima, cuyo reactor número 1 es idéntico al de Garoña, o las recomendaciones del fabricante belga sobre los reactores como el que tiene, son la mayor evidencia del riesgo de la energía nuclear, y especialmente de Garoña.
La falta de condiciones de seguridad y el riesgo para más de un millón de personas de su entorno que supone para la población. Para los operadores, el problema de Garoña es de viabilidad económica pero ocultan y silencian por considerar asumible el estado de inseguridad, peligro y falta de garantía en una planta que en ningún caso pasaría un control de seguridad independiente y objetivo.
Tal y como ha ratificado la Comisión Europea, si Garoña no cumple con las mejoras previstas tras los test que se realizaron en todas las centrales europeas tras el accidente de Fukushima, no podrá recibir ninguna autorización para volver a introducir combustible nuclear en sus reactores. Esto impide cualquier posibilidad de prórroga. En los trámites de la empresa se mira al PP, al Señor Soria con silla para futuro puesto en algún consejo de Administración y al CSN, pero no a Europa, condición sine qua non para haber de reapertura con seguridad.
Junto al rechazo social, y la peligrosidad real y su incremento potencial si se diese la puesta en marcha, no podemos quedarnos en comunicados ni declaraciones sociales o institucionales. Tampoco es efectivo la crítica mediática ni la manifestación puntual que alcanza interés durante dos días y desaparece de la agenda.
Para Eguzki, se puede y se debe hacer algo. Se debe actuar y ser efectivos para conseguir agitar conciencias, activar la sociedad, los y las consecuentes, responsables y comprometidos con el futuro de la sociedad.
Es el momento de hacer una suma de respuestas y de frentes de confrontación con la propietaria, el PP como firme defensor de su reapertura y el gobierno español con el fin de que, por una parte, nos permita expresar y hacer valer una opinión mayoritaria de la sociedad por las energías renovables y contra Garoña, y sobre todo una exigencia a todos los gobiernos, gobernantes, políticos, o empresas a no poner en peligro la vida de las personas y cerrarla para proceder a su desmantelamiento.
De esta forma, trabajando por ello sumando voluntades y denuncias no se podrá imponer el funcionamiento, sino, en su lugar, la cordura, el debate energético y la seguridad, dejando la llave y custodia de su futuro en manos de la sociedad, para que quede atado y bien atado el candado de Garoña que reduzca sus riesgos y residuos mediante el desmantelamiento seguro.