Albistea

  • Endarlatsako presa eraistea komeni da

    2016-03-04
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    endarlatsaIturria: Gara.

    La construcción masiva de presas, el dragado delos ríos, la canalización de cauces, y muchas otras obras, han provocado el declive incluso la extinción de muchas especies piscícolas.

    Resulta que un grupo reducido de pescadores del salmón expresan inquietud ante la medida proyectada del derribo de la presa de Endarlatsa. ¿Será porque este grupo tiene conocimiento científico contrastado de cómo funciona un río? Seguramente no sea esa la razón. ¿Cuál es la razón entonces para esta oposición? Pues va a ser que la presa acumula los salmones debajo de ella y facilita su pesca. Y ¿es esto lícito en el siglo XXI?, pues sinceramente creemos que no debería, pero es necesario decir las cosas así de claras para que la ciudadanía se dé cuenta de lo que se pretende al oponerse al derribo de la presa de Endarlatsa.

    Conviene ofrecer al lector algunos detalles al respecto. La presa de Endarlatsa o presa de los 50, como la llaman, es la primera presa con la que se encuentran los salmones (y otras especies migratorias igual de importantes como la lamprea, el sábalo, la anguila y la trucha) en su ascenso migratorio desde el mar. Los salmones y las truchas consiguen superar a base de paciencia la presa de Endarlatsa, pero su presencia produce un retraso significativo en la migración. Las otras especies citadas tienen más problemas para superar la presa porque sus capacidades natatorias son inferiores y solo unos pocos ejemplares consiguen superarla, con retraso también. Este retraso, al que se acumula el retraso debido a más de una docena de presas con las que se encuentran aguas arriba, provoca que el hábitat que pueden alcanzar para la reproducción no sea el ideal, afectando gravemente a la especie.

    La presa de Endarlatsa es una presa en desuso, ya no sirve al fin para el que fue construida, está abandonada y provoca problemas ambientales, no sólo a las especies migratorias. Es importante entender que una presa bloquea sedimentos y nutrientes que se van acumulando, provocando problemas de erosión y falta de nutrientes aguas abajo de ésta, no deja que estos sedimentos lleguen a los deltas y a las playas, provoca un cambio de temperatura del agua antinatural y afecta además al nivel de las aguas subterráneas.

    Según este grupo reducido de pescadores de salmón, la presa de Endarlatsa no se debe derribar porque encima de ella los salmones tienen refugio. ¿Saben Uds. que el salmón necesita migrar desde el mar a las cabeceras de los ríos para poder reproducirse? A las cabeceras, no al primer tramo del río como ocurre en el Bidasoa. Cuando no pueden hacerlo, la población cae en picado o desaparece, siendo uno de los casos más claros el del antaño salmonero río Navia en Asturias, en el cual la construcción de la infranqueable presa del embalse de Arbón, a finales de los años 60, tan solo a 12 km de la desembocadura, acabó con la especie en pocos años. Más vale que Endarlatsa nunca tuvo la entidad de la presa de Arbón, de lo contrario, ya no tendríamos salmón.

    Sirva este artículo para pedir un poco de respeto para la gente que trabaja en temas medioambientales, para esa gente que se ha dejado los sesos estudiando ecología, geología, edafología, hidro-geomorfología y que ha conseguido tres millones de euros de fondos europeos para realizar el proyecto Life+Irekibai, destinado a mejorar la conectividad del río Bidasoa, un proyecto que mejorará de manera indiscutible la población de salmón, la salud de la especie en el río Bidasoa, esa especie en la que precisamente los pescadores están tan interesados. No se dan cuenta de que su manera de pensar va precisamente en contra de sus propios intereses. La demolición de la presa, aunque no sea un tema de nuestra labor, incidirá también en que su pesca sea más emocionante que el hecho de atraparlos en una presa donde están retenidos de forma artificial, otra humillación más de nuestra especie hacia los animales.

    Y haciéndonos eco de las bellas palabras del ilustre beratarra Pío Baroja (1872-1956), recogidas en el prólogo de su novela “La leyenda de Juan de Alzate”, este asunto cobra aún más dimensión:

    «Antes de que llegue la época en que las presas y los saltos de agua hayan desfigurado definitivamente el Bidasoa, el pequeño río de nuestro pequeño país; antes de que los postes sustituyan a los árboles y las paredes de cemento a los setos vivos, y los tornillos a las flores; antes de que no queden más leyendas que las de las placas del Sagrado Corazón de Jesús y las de la Unión y el Fénix Español, quiero cantar nuestra comarca en su estado natural y primitivo, y expresar, aunque sea de una manera deficiente y torpe, el encanto y la gracia de esta tierra dulce y amable.»

     


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