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La Fiscalía denuncia ante el juez los daños causados por la Diputación en hábitats protegidos y monumentos megalíticos de Jaizkibel
2016-07-08
La tierra removida sobre el dolmen de Istulin.
La Fiscalía de Medio Ambiente ha denunciado ante el juzgado de guardia de Irun las labores de “desbroce” realizadas a finales del año pasado en Jaizkibel por encargo de la Diputación, labores que afectaron a hábitats catalogados de interés europeo, así como a los dólmenes de Iskulin y Atxinar y al crómlech Jaizkibel II. La Fiscalía, que ha realizado las pertinentes diligencias previas de investigación a petición de Eguzki, presenta la denuncia por considerar que, tal y como apuntó en su día la organización ecologista, pueden existir un delito contra el Medio Ambiente y otro contra el Patrimonio Histórico.
Los hechos tuvieron lugar el pasado otoño, cuando la Diputación utilizó maquinaria pesada para “desbrozar” en Jaizkibel, en terrenos pertenecientes al término municipal de Hondarribia. El “desbroce” redujo a la mínima expresión brezales secos europeos, catalogados y protegidos por la Directiva de Hábitats y por el propio Gobierno Vasco. Estos brezales, que se encontraban evolucionando a estados de conservación favorable y maduros, son lugares de refugio, alimentación y reproducción de diversas especies de fauna, además de cumplir una importante función de cara a evitar la erosión y la pérdida de suelo.
Una de las piedras del dolmen de Istulin, machacada.
Pero el “desbroce” afectó también a la Estación Megalítica de Jaizkibel, concretamente al crómlech Jaizkibel II y a los dólmenes de Iskulin y Atxinar, algunas de cuyas piedras y testigos quedaron rotas y machacadas al pasar por encima la maquinaria, lo que habla bien a las claras del “tacto” que caracterizó a la intervención.
La señal del dolmen de Atxinar, rota.
La gravedad de los hechos es evidente, pero se agudiza cuando la responsable es la propia Diputación, es decir, la máxima responsable de gestionar este relevante espacio natural que es Jaizkibel, catalogado como Zona de Especial Conservación (ZEC) e integrado en la Red Natura 2000, y con un Plan de Gestión vigente desde 2013.
Eguzki es consciente de las dificultades que existen para que un caso como este prospere en los tribunales, pero lamentaría no haber hecho todo lo que esté en su mano para que una actuación de tanta gravedad -y que, por cierto, en su día no obtuvo ningún eco en los medios, a pesar de las denuncias- quedase impune.
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