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  • Estocada del PP a la voluntad de l@s donostiarras y… ¿descabello de Goia?

    2017-01-30
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    mural-zezenstianEl PP está utilizando todos los mecanismos del Estado para impedir que la ciudadanía donostiarra pueda decidir si el Ayuntamiento ha de ceder Illunbe para celebrar matanzas de toros. Es una forma de decir: “También aquí mando yo”. Sin embargo, los votos que este partido obtuvo en las últimas elecciones municipales ni siquiera alcanzaron el número de los y las donostiarras, 10.000, que, mediante firma verificada, solicitaron que se efectuase la consulta. Por tanto, no está legitimado para tomar decisiones en este asunto que tan flagrantemente atentan contra la autonomía municipal y, en definitiva, contra la capacidad de decidir de la gente de esta ciudad.

    Primero fue el delegado del Gobierno, Carlos Urquijo, quien recurrió el Reglamento Municipal de Consultas, aprobado la legislatura pasada con el respaldo de toda la Corporación, incluidos el PP. Y los tribunales dieron la razón al hoy ex delegado, porque, en este dechado de virtudes democráticas que es el Estado español, preguntar a la gente, aunque sea sobre un asunto aparentemente tan básico, incluso banal, como la menera en que deben utilizarse las instalaciones municipales, requiere del permiso nada menos que del Consejo de Ministros. Que se empieza preguntando a la ciudadanía de qué color prefiere que pinten la fachada del kulturetxe y se termina votando sobre la españolidad de Perejil o la independencia de Catalunya, oiga.

    cartel-2016El gobierno municipal aceptó el veto, no sin antes protestar por el ataque a la autonomía municipal y tal. Pidió permiso formalmente al Gobierno de Rajoy y fijó la consulta para el 19 de febrero. Pero la fecha se ha echado encima sin que el Consejo de Ministros se haya pronunciado. El alcalde, Eneko Goia, dice que quizá lo haga a mediados de marzo, de modo que la consulta no podría celebrarse antes de mayo o junio. Así las cosas, en la próxima Aste Nagusia volverá a haber matanzas en Illunbe, porque, según afirma Goia, como si se tratase de un razonamiento impecablemente lógico, “si hay una solicitud en ese sentido para una actividad que es legal, no hay otra opción que contestar en un período razonable, y la respuesta solo podría ser negativa si los resultados de la consulta así lo dictan, porque lo demás es imponer una consideración ideológica”.

    ¡Ojo, ojo, ojo! El argumento de Eneko Goia, que ya el año pasado empleó esta misma excusa de que no había tiempo para la consulta con el fin de dejar vía libre a que se celebrasen matanzas en la Aste Nagusia, es más falso que un duro sevillano. Porque la decisión de no ceder instalaciones no es ni más ni menos legal ni ideológica que la de cederlas, que es lo que está haciendo él desde que fue elegido alcalde. Desde el punto de vista de la legalidad, el Ayuntamiento es muy dueño de decidir si cede sus instalaciones para este u otro evento, tal y como pudimos comprobrar durante la legislatura pasada; lo que no puede hacer es consultárselo directamente a los ciudadanos. Vale, es una paradoja, un sinsentido, si lo prefieren, pero la democracia española se caracteriza por este tipo de singularidades. Y, desde el punto de vista de la ideología, ¿a santo de qué ceder instalaciones para matar toros es “menos ideológico” que no cederlas? ¡A otro morlaco ese capote!

    logotipo-jpgLo que sucede es que el PNV respalda las matanzas, probablemente en parte por convicción y en parte también porque, sn generarle contradicciones, le permite congraciarse con sectores que, aunque no forman parte estrictamente de su espectro sociológico, en un momento dado le pueden echar una mano, por su ideología tradicional, conservadora, facha o como quiera decirse. Por eso Goia reinstauró las matanzas tan pronto como alcanzó la Alcaldía, con el respaldo del PSOE.

    Sin embargo, la vuelta de las matanzas a Illunbe en 2015, con el Borbón senior como máximo invitado, estuvo imbuida de espíritu de cruzada y afán de reconquista (tanto en lo taurino como en lo no taurino), que ya se sabe que la afición a las matanzas no es ni de izquierdas ni de derechas, ni vasca ni española, pero las querencias mayoritarias entre quienes las promueven y se benefician de ellas son las que son. El espectáculo fue de tal magnitud que Goia y el PNV, quizá abochornados -motivos, desde luego, no les faltaban-, decidieron ponerse de perfil, para evitar en lo posible el impacto de la cornada. Sin duda, esto debió de tener algo que ver con la decisión de aceptar el referéndum solicitado por Donostia Antitaurina Orain. Quizá también la Capitalidad Cultural, claro. Y es que es más difícil torear sin una muleta como la consulta a quienes te preguntan cómo la “cultural” Donostia no solo sigue celebrando matanzas sino que las ha resucitado después de que les hubiese dado la puntilla.

    Lo cierto es que, si Goia realmente considerase tan grave como dice la ingerencia del Gobierno español en una decisión que solo debería concernir a la ciudadanía donostiarras, bastaría con invertir los términos de la ecuación, es decir, bastaría con que no cediese Illunbe para celebrar matanzas en lo que no pueda convocarse la consulta. Vamos, una moratoria en la concesión de usos hasta poder conocer la opinión de la ciudadanía.

    Pero no, él sigue apoyándolas y, eso sí, responsabiliza al PP, al que en este asunto no le importa en absoluto hacer de malo, malísimo, porque es abiertamente partidario tanto de las matanzas y de lo que significa haberlas reinstaurado en Donostia como de que la gente vote lo mínimo imprescindible.

    Pues que Goia no nos despiste con sus abanicos: como alcalde, es el responsable directo de que en Donostia se sigan celebrando matanzas en Illunbe; de hecho, él las reinstauró. Es verdad que la decisión del PP de sabotear la consulta supone una estocada al derecho a decidir de la ciudadanía donostiarra, pero escudarse en ello para no hacer nada y seguir permitiendo las matanzas es tanto como clavarle el descabello.

    Eguzki, enero de 2017


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