Tan pronto como se inició la legislatura, el gobierno municipal de Eneko Goia reinstauró las matanzas de toros en Donostia. Así las cosas, Donostia Antitaurina Orain!, siguiendo escrupulosamente el procedimiento establecido por el Reglamento Municipal de Participación aprobado por todos los partidos del Consistorio sin excepción, reunió 10.000 firmas de donostiarras, debidamente autentificadas, y solicitó la celebración de una consulta ciudadana sobre si el Ayuntamiento debía seguir dedicando recursos públicos –muy particularmente las instalaciones de Illunbe– para realizar matanzas de toros.
Goia se comprometió a celebrar la consulta e incluso fijó fecha: el 19 de febrero de 2017.
Pero el martes se cumplirán dos años de aquella fecha, la legislatura está a punto de concluir y la consulta no se ha realizado. Es cierto que el Gobierno de Madrid la prohibió, pero tan cierto como eso es que Goia, a pesar de haberse comprometido expresamente a ello, no ha demostrado después ningún interés en celebrarla.
Sin embargo, en este período sí ha tenido ocasión de conocer la opinión de la ciudadanía donostiarra sobre el tema, ya que los resultados de la encuesta encargada por el Ayuntamiento sobre el tema son concluyentes: el 71% está en contra de la barbarie taurina.
Si el objetivo de la consulta era recabar la opinión de la ciudadanía, Eneko Goia y el gobierno que dirige deberían reparar en el resultado de la encuesta. Aunque el Estado haya prohibido la consulta, Eneko Goia y su gobierno ya saben lo que piensa la ciudadanía y, por tanto, debería obrar en consecuencia con la voluntad popular, acabando con las matanzas.
Pero es más: una sentencia emitida el año pasado por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco establece que el gobierno municipal es competente para decidir qué uso da a sus instalaciones, incluido Illunbe. Está, pues, en su mano.
Señor alcalde, usted se comprometió a recabar la opinión de la ciudadanía donostiarra y a respetarla. ¡Cumpla su palabra!