Madrid no ha autorizado el tratamiento de pinares de Gipuzkoa y Bizkaia con óxido cuproso. No obstante, el Gobierno Vasco ha señalado que no descartan que se pueda autorizar el tratamiento en el futuro, si se demuestra que el tratamiento es efectivo y que los daños medioambientales son admisibles.
Plantación atacada por la banda marrón, fuente preocupación en muchos pinares.
Es decir, la planificación denominada “Estrategia vasca para la recuperación de los bosques de coníferas” que el Gobierno Vasco y las tres Diputaciones lanzaron el pasado otoño a los cuatro vientos, no tiene ninguna base científica, como oportunamente denunció Naturkon, colectivo de grupos naturales y ecologistas de Gipuzkoa. No está demostrado que el óxido cuproso sea usable para hacer frente a la plaga de la banda marrón y, aún más grave, los daños ambientales que puede ocasionar este tipo de tratamiento no son despreciables. En varios ayuntamientos de Gipuzkoa se han aprobado mociones contra este tratamiento; sin embargo, el Gobierno Vasco y la Diputación no cejan en su empeño, y han anunciado su intención de aplicar un tratamiento experimental en 1.050 hectáreas, para lo cual han solicitado a Madrid que autorice a los propietarios a aplicar dicho tratamiento terrestre. Como si aplicado desde tierra fuera más eficiente que desde el aire. Pero, ¿y los daños medioambientales? Ya se han efectuado con anterioridad experimentos en Gipuzkoa, y es evidente que no han dado resultados satisfactorios (esto tampoco ha sido difundido). ¿Qué quieren experimentar en una superficie tan extensa? ¿Qué protocolo piensan seguir? ¿No estaremos ante otro fraude? ¡Y lo quieren hacer con dinero público!
Es realmente preocupante, en un pueblo tan dotado de centros de investigación punteros en ciencia y tecnología, comprobar con qué desprecio tratan nuestras autoridades a la ciencia. ¿Va a ir la señora Tapia al Parlamento a confesar que le mintió? Naturkon denunció desde el principio que la idea de utilizar óxido cuproso es una barbaridad. Por un lado, las fumigaciones aéreas están prohibidas por su impacto negativo en el medio ambiente y, por otro, el óxido cuproso es un fungicida genérico, letal para todos los hongos, que además se convierte en veneno en los ecosistemas acuáticos. En estas condiciones el tratamiento que se pretende aplicar en un tercio de la superficie de Gipuzkoa no puede diseñarse en tan poco tiempo, al menos no en nombre de la ciencia.
Fumigando un pinar desde tierra: no es efectivo y es muy contaminante.
Es temible la negligencia mostrada por Gobierno y Diputaciones al adoptar medidas que pueden causar daños medioambientales inmensos. Están dispuestos a poner en peligro la salud de todos y de nuestro entorno con tal de defender los intereses económicos de unos pocos, proclamándolo además sin el menor pudor.
La crisis de los pinares nos brinda una oportunidad única para cambiar la política forestal. Hay que modernizar este sector, obligándole a tomar en consideración los daños medioambientales que causa. Hay que aunar la explotación y la conservación de la naturaleza, y ya hay conocimiento y capacidad suficiente para ello en Gipuzkoa. La silvicultura no debería limitarse a producir madera, pero para ello es inexcusable liberar a la política forestal del lobby de la madera. Reiteramos a la Diputación nuestra petición de que convoque cuanto antes la Mesa de la Biodiversidad y comience de una vez a diseñar una nueva política forestal. Instamos igualmente a todos los partidos políticos a que manifiesten claramente su rechazo a la nueva decisión de Diputaciones y Gobierno Vasco y que apoyen nuestras demandas.
Por nuestra parte seguiremos, como hasta ahora, haciendo un seguimiento estrecho del tema para que los ciudadanos estén informados. Estamos dispuestos a aportar donde haga falta nuestra opinión sobre la crisis de los pinares, pues es nuestra labor.
Euskal Herria, a 1 de marzo de 2019
Naturkon Gipuzkoa – Naturaren Kontserbazioa Gipuzkoan