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  • Eguzki reclama al Gobierno de Navarra que actúe contra quienes instalan puestos de caza sobre monumentos megalíticos

    2019-09-10
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    Este año se han visto afectados los crómlech de Errenga, en Lesaka, pero ya el año pasado le tocó al dolmen Iruso 1, en Leitza

    El puesto de caza sobre uno de los crómlech de Errenga. Foto: Hilharriak.

    El puesto de caza sobre uno de los crómlech de Errenga. Foto: Hilharriak.

    Eguzki ha solicitado a los departamentos de Medio Ambiente y de Cultura del Gobierno de Navarra que aclaren lo sucedido y, en su caso, tomen medidas contra los responsables de haber instalado un puesto de caza en uno de los crómlech de Errenga, en el término municipal de Lesaka, en la muga con Oiartzun.

    El puesto, denunciado por la asociación Hilharriak, ya ha sido desmontado, pero Eguzki opina que el Gobierno algo tendrá que decir o hacer, pues llueve sobre mojado.

    En este sentido, recuerda que en mayo del año pasado se produjo una denuncia similar: una gran palomera había sido construida justo sobre el dolmen Iruso 1, en Leitza. La palomera fue cambiada de ubicación, pero para entonces ya se habían producido daños considerables (http://eguzki.org/es/2018/05/28/leitzako-trikuharri-baten-gainean-eraikitako-ehiza-postuak-hautsak-harrotzen-jarraitzen-du/).

    El puesto de caza construido el año pasado sobre el dolmen Iruso 1.

    El puesto de caza construido el año pasado sobre el dolmen Iruso 1.

    Tanto el dolmen de Leitza como el crómlech de Lesaka estaban señalizados.

    Entre los cazadores hay lógicamente de todo, pero, como colectivo, se quejan de la mala imagen que, según ellos mismos reconocen, tienen en la sociedad, que consideran que “no les entiende”, y culpan de esa mala imagen a ecologistas, animalistas, montañeros… y, en realidad, prácticamente a cualquiera que no comparta su pasión cinegética. Pero que han levantado un puesto, en este caso, sobre un crómlech debidamente señalizado es algo que no se ha inventado nadie. Y si no han respetado un monumento, como para andar pidiendo que respeten otras cuestiones, como, por ejemplo, las distancias a los caminos. Es el tipo de cosas que pueden ocurrir cuando uno mira a su entorno exclusivamente a través del cañón de una escopeta.

    “Ecce Homos” prehistóricos

    En cuanto al Gobierno de Navarra… En junio del año pasado, la noticia de que una talla de San Jorge del siglo XVI custodiada en la iglesia de San Miguel de Lizarra había sido restaurada sin autorización de manera totalmente inadecuada provocó una ola de asombro e indignación generalizada. También de hilaridad, claro, hasta el punto de que empezó a hablarse del “Ecce Homo” de Lizarra, en referencia al famoso caso de “restauración” fallida de la localidad zaragozana de Borja. El Gobierno reaccionó y la entonces consejera de Cultura, Ana Herrera, hizo declaraciones muy razonables (lamentablemente, un mes antes, nadie había creído necesario o conveniente decir nada sobre el dolmen de Leitza). A primeros de octubre conocimos que la sanción ascendió a 6.000 euros para quien hizo directamente la intervención sobre la talla de San Jorge y otros tantos para la parroquia, que además deberá abonar los gastos de la restauración, en lo posible, de la pieza.

    Los crómlech de Errenga, como el dolmen Iruso 1, están bien señalizados. Foto: Hilharriak.

    Los crómlech de Errenga, como el dolmen Iruso 1, están bien señalizados. Foto: Hilharriak.

    Pues bien, los monumentos megalíticos son tan patrimonio como una talla del siglo XVI. Por tanto, esperamos del Gobierno de Navarra que actúe en consecuencia con estos particulares “Ecce Homos” de Leitza y Lesaka. Es importante sobre todo para evitar que el año que viene le toque a cualquier otro elemento del patrimonio histórico o natural de Navarra.

    EGUZKI, septiembre de 2019


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