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  • Valoración del COP27 desde Euskal Herria

    2022-11-21
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    De partida, no éramos nada optimista sobre los acuerdos que se podían adoptar en el COP27 por diversas razones, pero entre ellas, porque un país exportador de  productos energéticos fósiles, como Egipto, está haciendo muchos esfuerzos para convertirse en el país referencia del este del Mediterraneo en lo que a suministro energético se refiere.

    COP27 dela eta 400 jet pribatu baina gehiago iritsi ziren Egiptora. Adibide ederra!

    Más de 400 jet privados han llegado a Egipto para la COP27. ¡Como predican con el ejemplo!

    El escenario ha supuesto un foro  puro espejo de un modelo “moderno” de sociedad artificial, consumista, en el que se vale de las cosas y del ser humano, de marketing y valoración de la imagen, mientras se actúa en contra de los pueblos necesitados, esquilmando sus recursos naturales y subyugados al creciente uso de bienes y energía sin valorar costes sociales, ambientales, y especialmente los fines y limitaciones que el propio planeta nos impone con carácter irreversible.

    Y en la práctica, así ha resultado. La consecuencia de la cumbre la podemos resumir en 2 palabras: incapacidad y estancamiento.

    La COP27 ya venía viciada, como se ha demostrado. Desde la presidencia egipcia han sido incapaces o no han querido plantear los principios y medidas necesarias para poder actuar ante los retos planteados por el último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). Retos no discutidos ponen en cuestión este tipo de foros consumistas, no propositivos y que no paralizan el crecimiento económico pues en definitiva se muestran ineficaces e incapaces de revertir las consecuencias que nuestro desarrollo genera en el planeta.

    De hecho, los países que mantenían posturas divergentes han sido incapaces de llegar a acuerdos, lo cual:

    1-    No permite avanzar, especialmente en cuanto a reducción de gases de efecto invernadero, respecto a las decisiones de Glasgow.

    2-    Esto supone una pérdida de confianza entre los países, lo que se traduce en que los compromisos adquiridos quedan a expensas de la mera voluntad de cada uno de los países.

    Incapacidad para acordar sobre derechos humanos. A este respecto, no se ha hecho ni una mención en la declaración final (sí en el preámbulo) y eso que este año había un nuevo derecho que considerar como es el “derecho al medio ambiente digno”.

    Incapacidad para convencernos (a las personas, a los ciudadanos) de la credibilidad de los países, que se refleja en el dinero aportado por cada uno de ellos en los diversos programas ¿Cómo les vamos a creer si no han aportado el dinero acordado y medidas para cumplir con compromisos de las anteriores cumbres?

    Incapacidad para tomar nuevas medidas de mitigación o reducción de emisiones, lo cual supone mantener vigentes los acuerdos de Glasgow, sin una asunción de responsabilidad proactiva, ni de prevenir cada uno en la medida de su capacidad, aquello que está en su mano, para sumar, comprometer al resto y ser palanca de cambio o ente de contraste con quien no cumpliese con tales medidas de reducción.

    En muchos aspectos seguimos estancados en lo acordado en Glasgow, que no se ha cumplido y además es insuficiente.

    Uno de los pocos aspectos positivos es la creación de un “fondo para pérdidas y daños” generados por el cambio climático, conseguido “in extremis” en la prórroga. Pero las fuentes o formas de financiación quedan pendientes, para decidirlos en otro foro, por lo que o se plasma de inmediato como norma preceptiva o quedará en un acuerdo testimonial, simbólico y sujeto a vaivenes y cambios en próximos foros.

    Eragileen ahotsa entzun denaen adierazle omen da

    La creación del “fondo para perdidas y daños” dien que consecuencia de que se  ha escuchado la voz de los movimientos sociales pero no se ha decicdido como financiar este fondo.

    ¿Y Euskal Herria?

    Mucha tarea queda por hacer. La reducción de emisiones en la actualidad es insuficiente y hay que acelerarla. Y si actualmente no cumplimos los retos climáticos, imaginaos el esfuerzo que habrá que hacer tanto a nivel institucional como empresarial – en el futuro, cuando alguien se de cuenta y quiera (si no es demasiado tarde)-.

    La propia sociedad tendría que hacer un gran esfuerzo en participar en esas decisiones, hecho vital para que las decisiones y sus consecuencias puedan ser asumidas por todos y todas, porque sólo un acuerdo político y social real y participado es asumido social y culturalmente, con pueden ser cambios de hábitos, valoración de la necesidad de estas medidas, ventajas e inconvenientes desde el sentir y compromiso colectivo que debemos adoptar.

    Son capaces de decir sin despeinarse que el TAV contribuye a la movilidad sostenible o a la descarbonización. El colmo del greenwashing.

    Son capaces de decir sin despeinarse que el TAV contribuye a la movilidad sostenible o a la descarbonización. El colmo del greenwashing.

    Deberíamos ir olvidándonos, a modo de ejemplo, de los nuevos proyectos de transporte como la subfluvial, ampliaciones de carreteras o viejos proyectos del mismo modelo de movilidad de personas y mercancías, basado en el consumo y facilidad de desplazamiento, como el TAV o consumo de productos lejanos baratos frente a la economía local y circular,

    Por todo ello, desde Eguzki consideramos que resulta urgente analizar, acordar e implantar medidas para no avanzar al abismo de no retorno, analizar  cómo podemos consumir menos energía, en vez de continuar con las mismas políticas de crecimiento y consumo de recursos, enredados qué y cómo debemos producirla; es preciso repensar cuánto vamos a invertir para mantener y/o mejorar nuestros ecosistemas, para consumir lo necesario, lo cercano y que dispongamos con nuestros recursos, y para no agravar daños que puedan ser irreversibles al planeta, reduciendo cantidad de crecimiento para agrandar valores personales y sociales desde el respeto al planeta y medio ambiente, al valor de lo humano, la calidad de lo que somos y no lo que nos hacen desear tener, así como la vida de los pueblos y seres que lo habitamos.

    Eguzki Grupo Ecologista y Antinuclear, 20 de noviembre de 2022.


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