Eguzki denuncia nuevos retrasos en la remodelación de la estación del centro de Tolosa
2024-01-25
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Eguzki denuncia que ADIF ha vuelto a incumplir sus compromisos con la remodelación de la estación del centro de Tolosa. No solo no se han licitado y adjudicado las obras en 2023, como había anunciado, sino que el proyecto sigue sin estar definitivamente aprobado, de modo que tampoco ha podido suscribirse el convenio previsto con el Ayuntamiento.
Llueve sobre mojado y desde hace ya muchos, muchos años. El histórico habla por sí mismo:
– La estación del centro de Tolosa tiene barreras arquitectónicas de tal calibre (*) que el Ararteko, en un informe de 2011, la calificó directamente como “inaccesible”.
– En un plan de 2014, ADIF asumía que debía abordar el problema.
– En 2017, por fin anunció que había licitado el proyecto, que contaba con un plazo de redacción de 5 meses.
Una info de 2017.
– En 2019, ante nuevas protestas por el retraso, ADIF afirmaba que el proyecto estaba ya redactado y “en fase de supervisión”.
– Hubo que esperar todavía a 2021 para que lo presentara, aunque aún sin la aprobación definitiva.
– En marzo de 2023, representantes de ADIF mantuvieron una reunión con el gobierno municipal. Reconocieron el retraso, que achacaron a “problemas internos”, y se comprometieron “a destinar más recursos humanos al proyecto, para que este se apruebe antes del verano y se pueda iniciar la licitación y adjudicación de las obras antes de que finalice el año”.
Una de las informaciones que daban cuenta de la reunión mantenida en marzo del año pasado por representantes municipales y de ADIF. Los plazos prometidos han vuelto a ser incumplidos.
– Estamos ya en 2024 y, como decimos, no solo no se han licitado y adjudicado las obras, sino que sigue sin aprobarse siquiera el proyecto.
Cuando en 2021 lo presentaron, Eguzki, que viene denunciando periódicamente la situación de esta estación concreta desde 2008, dijo lo siguiente: “Bienvenido sea el inicio del proceso para acometer tan necesarias obras, pero vista la ‘pereza’ de los responsables para ejecutarlas y contando con el precedente de las obras en los apeaderos de Urnieta y Andoain, mucho nos tememos que hasta 2025, por lo menos, no contaremos con un apeadero seguro y accesible en Tolosa”. Todo apunta a que, a pesar de estar tan bien prevenidos, fuimos demasiado optimistas.
EL ABANDONO DE LAS LÍNEAS DE CERCANÍAS
Lo que está sucediendo con esta estación de Tolosa es escandaloso, sin duda, pero no es más que un botón de muestra del abandono o la desidia a la que la administración somete a las líneas de cercanías, en el caso que nos ocupa, a la Irun-Brinkola.
Estaciones con problemas de accesibilidad, entre las que, desde luego, esta de Tolosa se lleva la palma; cruces de vías en superficie y pasos a nivel peligrosos que siguen sin solución; supresiones de trenes numerosas por falta de personal, a menudo sin previo aviso; retrasos crónicos; información deficiente; máquinas y vagones antiguos… Estos y otros factores han llevado a la calidad del servicio a mínimos históricos, tal y como hemos denunciado en más de una ocasión.
En estas circunstancias, llegan noticias de que la transferencia de las líneas de cercanías a la CAV es inminente. Desconocemos los detalles de las negociaciones, pero sí tenemos claro que la transferencia ha de ser ante todo un medio para mejorar el servicio, y eso pasa por dedicar recursos, dado que durante años se ha invertido en las líneas de cercanías muy por debajo de lo exigible.
Dinero, haberlo haylo. Para el TAV, por ejemplo, lo hay a espuertas. Pues no hay ninguna razón para que lo haya también para el tren que “la gente” utiliza todos los días. Hablar de potenciar el transporte público y sostenible –del que, por cierto, el tren de cercanías es probablemente el modelo más acabado– está muy bien, pero solo si se actúa en consecuencia.
EGUZKI, enero de 2024
(*) La estación del centro de Tolosa es una estación importante, concretamente, la sexta, en cuanto al número usuarios y usuarias –más de un millar al día–, de las 30 con las que RENFE cuenta en Gipuzkoa. A pesar de ello, tiene graves deficiencias en materia de movilidad y accesibilidad.
El mayor problema lo constituye el andén en dirección Brinkola, sin duda el más peligroso de toda la línea. La distancia de separación entre andén y vagón es de 50 cm, con una altura de 40 cm. Esto hace que su uso no solo sea imposible para personas mayores o con problemas de movilidad, sino peligroso para el conjunto de los usuarios y usuarias. Por supuesto, para coches con niños y carros de la compra, es prácticamente insalvable.
El espacio entre el tren y el andén genera problemas de accesibilidad y, en definitiva, peligro.
Pero es que, además, entre la calle y el andén hay 24 escalones, lo que representa otro problema de accesibilidad añadido. “Las personas con movilidad reducida se enfrentan a una dificultosa experiencia”, se leía al respecto en el estudio que el Ararteko hizo en 2011.
El proyecto presentado en 2021 por ADIF prevé acondicionar las escaleras, instalar ascensores, ensanchar los andenes y construir una nueva pasarela sobre las vías que, además, mejorará el acceso al barrio de Monteskue.