Noticia

  • Eguzki solicita a los ayuntamientos de Zumaia, Aizarnazabal, Zestoa, Azpeitia y Azkoitia que retiren las toneladas de basura que contaminan el Urola

    2024-04-09
    Partekatu - Compartelo

    Un país desarrollado, en general, es un país que, como el nuestro, Euskal Herria, posee un buen nivel de vida. Si miramos a los ríos y regatas que transcurren por nuestros pueblos, nos daremos cuenta que no disfrutan de los mismos placeres: la degradación medioambiental, el abuso y las agresiones a los ríos y regatas es evidente. Un año más, la vegetación de ribera, fundamental para la buena salud de los sistemas fluviales, está plagada de todo tipo de residuos. El río Urola no es una excepción.

    Toneladas de residuos invaden prácticamente toda la ribera del río Urola: latas, botellas de vidrio y de plástico, bolsas de plástico, botes de aceite de motor y disolvente, residuos procedentes de actividades agroganaderas, textiles, chatarra, váteres, neumáticos, extintores portátiles como los que se instalan en los edificios, estructuras metálicas, gomas, trozos de muebles, de tejavanas… Pueden encontrarse incluso residuos catalogados como peligrosos, como aparatos electrónicos y uralitas.

    ¿CÓMO LLEGAN ESTOS RESIDUOS AL RÍO?

    De la misma manera que el 80% de los residuos que contaminan la costa vasca provienen de nuestros ríos, la gran mayoría de los residuos que tenemos en el río han sido vertidos directamente, de manera deliberada; no han llegado de manera accidental o por el alcantarillado. Y es que algunos utilizan el río y las regatas como su vertedero particular. Esto no es algo nuevo, lleva con nosotros desde hace décadas.

    Muchos de los residuos no se han vertido en las zonas donde se acumulan, sino que han llegado a ellas arrastrados por la corriente. Las zonas en las que se vierten de una forma premeditada fuera de la legalidad se localizan en aparcamientos, zonas industriales, bancos públicos, huertas, invernaderos, chabolas y viviendas, todas ellas colindantes al río y regatas.

    El problema de salubridad y de contaminación que estos residuos generan en los ríos no se debe solo a una falta de conciencia medioambiental, sino también a que quienes se dedican a arrojarlos han aprendido que pueden hacerlo sin que ello les acarree ninguna consecuencia. El paso de los años demuestra que esperar a las conciencias, no intervenir, no da los resultados esperados, sino que lo cronifica y normaliza el problema. La lamentable situación de los sistemas fluviales a día de hoy es la demostración de lo que la gente es capaz de hacer cuando se les deja hacer.

    Si conducimos a una determinada velocidad, si aparcamos los vehículos en las zonas habilitadas para ello, si pasamos la ITV, si no fumamos en ciertos lugares, si pagamos los impuestos, es en buena medida porque hay una ley que nos castiga en caso de no hacerlo. Es cierto también que hay quienes lo hacen por motivos morales, pero son los menos: la mayoría lo hacen por temor a la ley.

    La Ley de Aguas prohíbe los vertidos directos o indirectos que contaminen las aguas, siendo la Agencia Vasca del Agua (URA) la encargada de su vigilancia y cumplimiento. La Ley de Residuos y Suelos Contaminados no solo contempla la necesidad de adoptar medidas encaminadas a prevenir todas las formas de abandono, vertido y gestión incontrolada de basuras, también se refiere a la necesidad de adoptar medidas para informar y para incentivar un comportamiento responsable, con el fin de reducir los vertidos de las basuras, dando para tal fin competencias a los ayuntamientos.

    Por ello, Eguzki denuncia tajantemente la situación del río y solicita a los ayuntamientos antes mencionados que, como medida correctora, retiren las toneladas de basuras que contaminan el río. También que aprovechen estas basuras y que usen todos los medios de difusión a su alcance para visibilizar públicamente e informar de la problemática del río a la ciudadanía. Asimismo, en colaboración con URA, seleccionen e identifiquen ciertos tramos del río donde se producen frecuentemente los vertidos; zonas industriales, aparcamientos, chabolas… y lleven a cabo labores de vigilancia, inspección y control, pues la mejor manera de educar a los que tanto gusta usar los sistemas fluviales como su propio contenedor de basuras es enseñarles que agredir, degradar y contaminar el medio ambiente les puede tocar el bolsillo.

    EGUZKI, abril de 2024


    Partekatu - Compartelo