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  • Eguzki reclama medidas para compatibilizar la presencia del lobo con la ganadería

    2024-11-26
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    Lobo ibérico. Foto: Arturo de Frias Marques / Wiki.

    Alegaciones de la organización ecologista al Plan de Gestión del Lobo del Gobierno Vasco

    Recientemente, el Gobierno Vasco ha sometido a información pública el Plan de Gestión del lobo (Canis lupus). Partimos de que la finalidad de este Plan es eliminar las amenazas existentes sobre el lobo, asegurar su supervivencia, promover la recuperación y conservación de las poblaciones, así como la protección y mantenimiento de sus hábitats. Todo ello con el objetivo, siguiendo directrices comunitarias, de lograr un estado de conservación favorable y la coexistencia del lobo con la ganadería extensiva y otras actividades desarrolladas en el medio rural. Hay que tener en cuenta que el objetivo a nivel estatal es contar con 350 manadas en 2030. En la CAPV, hoy en día, solamente y de manera esporádica se puede disfrutar de la presencia del lobo en las sierras occidentales de Araba o en Encartaciones, correspondiéndose sobre todo con ejemplares juveniles en dispersión.

    Eguzki considera que el Plan de Gestión y sus medidas se perfilan, en general, como un plan diseñado en exclusiva para el sector ganadero y no para la gestión de una especie amenazada incluida en el Listado de especies silvestres en régimen de protección (LESPRE). Existe, por tanto, un nítido desequilibrio entre la finalidad del Plan de Gestión y las medidas propuestas. Y adolece de este fuerte sesgo, lo cual puede afectar a la consecución real de los objetivos establecidos.

    Así, el Gobierno Vasco propone impulsar la implantación de medidas preventivas o de buenas prácticas para minimizar los daños a las explotaciones ganaderas que se consideren más eficaces y de aplicación en la CAPV, entre ellas: uso de perros guardianes de ganado (mastines), instalación y mantenimiento de vallados, tanto de tipo fijo como móviles, y mejoras en la vigilancia del ganado. Igualmente, propone la reducción de la carga laboral añadida que supone para las explotaciones ganaderas extensivas la presencia del lobo, a través de iniciativas, tales como las patrullas móviles de ayuda a la ganadería extensiva o el programa de ayuda profesional al pastoreo.

    Eguzki apoya dichas medidas y al sector ganadero, y propone además que el sistema de compensación de daños generados en la ganadería por el lobo sea acordado por los órganos competentes en medio ambiente y en ganadería, así como con las asociaciones representativas del sector ganadero y con agentes sociales conservacionistas y ecologistas. El texto actual del borrador del Plan de Gestión aparta a los agentes sociales de esta tarea.

    De igual forma, el movimiento ecologista ve imprescindible la creación de un comité científico y de una mesa social del lobo como órganos de participación pública con vocación de ser foros de debate y de asesoramiento de las políticas públicas de gestión y recuperación de este mamífero. El sector ganadero y las organizaciones conservacionistas debemos ser parte esencial de la participación.

    Ejemplar de lobo ibérico. Foto: Arturo de Frias Marques / Wiki.

    Siendo la mortalidad no natural y de origen humana uno de los mayores factores de extinción del lobo, Eguzki propone el desarrollo y concreción inmediata de protocolos y medidas efectivas para la prevención y persecución del furtivismo, con el fin de que sean acciones ejecutadas y revisada su efectividad, de forma consensuada y periódica.

    El Plan de Gestión del lobo contiene un capítulo destinado a las necesarias compensaciones por daños a la ganadería, que deben estar asociadas a la implementación previa de medidas preventivas frente a la acción del lobo. Sin poner en duda la eficacia y necesidad imperante de esta herramienta administrativa, el Plan de Gestión deberá prever la incorporación de medidas antifraude. En consonancia con la experiencia de gestión de este mamífero en otras comunidades autónomas del Estado (Asturias, Galicia, etc.), y tal y como el SEPRONA ha investigado y comunicado en numerosas ocasiones, se debe minimizar el fraude en las denuncias por daños. Estas falsas denuncias deben ser perseguidas desde la fase de planificación, dado que desprestigian la acción pública de conservación, además de esquilmar los recursos públicos destinados a la gestión de los grandes carnívoros amenazados.

    En cuanto a medidas efectivas para incrementar el número de manadas de lobo y su área de distribución geográfica en la CAPV, y en relación a la finalidad de este Plan de gestión (“eliminar las amenazas existentes sobre la especie, asegurar su supervivencia, promover la recuperación y conservación de las poblaciones, así como la protección y mantenimiento de sus hábitats, para lograr un estado de conservación favorable, al mismo tiempo que se asegura su coexistencia con la ganadería extensiva”), se debe abordar definitivamente la aprobación de la Red de corredores ecológicos de la CAPV, tal y como se contempla en la Ley de Conservación del Patrimonio Natural de Euskadi (2021). Así, la necesidad de implantación de esta infraestructura verde debe contemplarse también en el Plan de Gestión del Lobo, actuando contra la fragmentación ecológica del territorio. En este sentido, Euskal Herria constituye un área importante en la estrategia europea para los grandes carnívoros y en su situación dentro del Gran Conector ecológico Cordillera Cantábrica-Pirineos-Macizo Central-Alpes.

    Igualmente, se echa en falta, con el fin de disminuir la presión sobre las explotaciones ganaderas, la mención de medidas dirigidas a garantizar los recursos tróficos y fauna salvaje (jabalí, corzo, ciervo,…) que son alimento de las poblaciones de lobo.

    Por otro lado, Eguzki propone el fomento de actividades económicas de avistamientos y salidas guidas profesionales para la observación del lobo, con el fin de aumentar el potencial de sensibilización e información sobre los beneficios de las políticas de conservación activa de las manadas y poblaciones de este depredador.

    Eguzki considera que la estimación orientativa del coste anual (480.000 euros) de las medidas a aplicar en desarrollo de este Plan de Gestión parece extremadamente escasa, máxime teniendo en cuenta los objetivos planteados en el mismo y los grandes retos pendientes de abordar por las Administraciones competentes de cara a conseguir un estado de conservación favorable para el lobo. Así, considera que debe multiplicarse el mismo.

    Finalmente, el Plan dispone la necesidad de disponer de autorización administrativa para la “extracción de ejemplares” o el “control letal de ejemplares de lobo”. La Comisión Europea exige que siempre deben considerarse métodos preventivos y no letales, especificando que, para el caso de daños al ganado, antes de autorizar excepciones es necesario dar prioridad a la aplicación de medidas preventivas (vigilancia de pastores, uso de perros, vallados y otro tipo de gestión del ganado). Únicamente cuando se hayan aplicado dichas intervenciones y hayan demostrado ser ineficaces, o apenas parcialmente eficaces, o cuando no sea posible aplicar dichas intervenciones en un caso específico, podrán autorizarse como último recurso las excepciones previstas.


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