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  • Osinbeltz y la nostalgia de la incineradora

    2014-10-25
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    cantera desde el aire4

    Zestoako Osinbeltz harrobia

    El eje del discurso de los partidos que pretendieron imponer la incineración de residuos en Gipuzkoa ha variado sustancialmente desde que se inició la legislatura. Al principio, ni siquiera consideraron que fuese factible elaborar un plan alternativo. Se equivocaron. Después, promovieron una política de desgaste azuzando la controversia entre el puerta a puerta y el quinto contenedor. Se trata de un flanco que, al menos hoy por hoy, no da mucho más de sí. Quizá por ello, de un tiempo a esta parte centran sus críticas en los vertederos. Pretenden aparecer así como los campeones del “rigor” en esta materia (un rigor del que, dicho sea de paso, históricamente tampoco es que hayan hecho excesiva gala) y, sobre todo, vienen a decir que, en caso de haberse construido la incineradora, no habría que preocuparse de este tipo de problemas.

    en las obras1

    El argumento es falaz. Es un hecho que las incineradoras no solo no son una alternativa a los vertederos, sino que requieren ineludiblemente de estos, con la particularidad de que se trata, o debería tratarse al menos, de vertederos especiales para residuos tóxicos y peligrosos. Basta con fijarse en Bizkaia, donde, a pesar de que la política de residuos pivota sobre la incineradora de Zabalgarbi desde hace ya años, siguen abiertos los vertederos. Por cierto que, al menos alguno de ellos, en concreto el de Zalla, alberga irregularmente escorias de la incineradora, sin duda porque el “rigor” en esta materia del que presumen algunos partidos se circunscribe única y exclusivamente a Gipuzkoa.

    Zabalgarbiko zabortegia

    Zabalgarbiko zabortegia

    Esta evidencia no va a impedir, lógicamente, que los mismos partidos que nunca llegaron a explicitar qué tenían previsto hacer con las cenizas y escorias de la incineradora proyectada en Zubieta (aunque algunas de las hipótesis que barajaron, como repartir estas últimas por todo el territorio a través de las carreteras, eran ciertamente alarmantes) vayan a seguir centrando sus ataques a la nueva política de residuos de Gipuzkoa en los vertederos, entre los que desde un principio incluyeron el depósito de residuos inertizados. Así, sin hacer ningún tipo de distinción entre unos y otro, y sin fisuras, a pesar de que alguno de ellos, concretamente el PSOE, hizo una propuesta de inertización todavía no hace tantos años. El caso es que, ahora que la Diputación ha hecho público que apuesta por ubicar este depósito en la cantera de Osinbeltz, en Zestoa, llevarán esta estrategia hasta su cénit.

    “Sí, sí, ¿pero vosotros qué opináis sobre ese depósito?”. Pues lo mismo que hace dos años, cuando valoramos el nuevo plan de residuos, que lo contemplaba. Entonces dijimos que le veíamos pros y contras. Pros, porque, “mira por dónde” –enfatizábamos­–,  puede dar pie a que se acondicione alguna cantera abandonada. (Aquí nos vamos a permitir hacer una digresión porque, si no, reventamos: si es una obligación legal, en principio de los propietarios, restaurar ambientalmente las canteras una vez concluida su explotación, ¿puede alguien explicar, más allá de lo obvio, por qué hay tantas y tantas abandonadas?, ¿de quién es la responsabilidad?, ¿dónde está el “rigor” en esta materia?). Y contras, decíamos, y retomamos el hilo, porque, para poder utilizar los residuos inertizados con el fin de restaurar espacios ambientalmente degradados, es preciso garantizar que contengan un tanto por ciento de materia biodegradable muy bajo y que, en todo caso, los posibles lixiviados se recojan en su totalidad. Advertíamos: “Habida cuenta de que la mayoría de las canteras abandonadas en Gipuzkoa son calizas, por tanto, muy permeables, asegurar que el proceso de inertización y embalaje sea perfecto es imprescindible para que el almacenaje sea totalmente inocuo”. Esto es lo que pensábamos hace dos años y es lo que pensamos ahora.

    Por las referencias que tenemos, entre los depósitos de residuos inertizados que abundan por Europa hay un poco de todo: algunos son muy buenos y otros dejan que desear. La Diputación asegura que los residuos de Osinbeltz serán totalmente inocuos y, a tal fin, se aplicará la normativa alemana, la más estricta. ¿Hay que creer a pies juntillas lo que dice la Diputación? No, la gobierne Bildu o la gobierne el sursuncorda. Es más, consideramos no solo legítimo sino incluso necesario que los ciudadanos, especialmente los más comprometidos con el reciclaje (y, entre ellos, por supuesto, los zestoarras, que recogen selectivamente el 85% de los residuos que producen), sean tan escépticos como lo consideren oportuno, y manifiesten su opinión, planteen sus dudas o presenten alegaciones. Entre otras cosas, porque eso redundará sin duda en beneficio de un control más exhaustivo. Nosotros, desde luego, estudiaremos el proyecto y actuaremos en consecuencia.

    Ahora bien, dicho esto, que nadie espere que hagamos el caldo gordo a los nostálgicos de la incineradora (que, por cierto, en su día también barajaron ubicarla en Zestoa), que critican el proyecto de Osinbeltz y, al mismo tiempo, vienen oponiéndose con uñas y dientes a que se implementen los programas más eficaces de recogida selectiva de residuos. Y no hay que perder de vista que precisamente ese es el camino para afrontar este problema: a más recogida selectiva, menos despilfarro de materias primas no renovables, menos contaminación… menos gasto en inertización y menos residuos inertizados a almacenar.

                                           EGUZKI    2014ko urrian


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