Eguzki ha elaborado un informe diagnóstico (“La pesca en Euskal Herria 2014”) en el que demanda una veintena de actuaciones concretas para recuperar el sector y lograr la estabilidad de los arrantzales.

Entre las medidas se propone «un plan de gestión integral que dé respuesta al grave problema», para lo que se debería realizar «una investigación seria sobre las pesquerías» y a la vez «plantear como recuperar esos recursos y las cuotas para mantener el equilibrio biológico». También propone que en ese consejo científico participen los interesados y que haya observadores independientes «al objeto de llevar a cabo un control estricto sobre la gestión integral de las capturas».

Exige que se revise el cupo actual de capturas «para equilibrar la extracción y adecuarla al carácter de cada especie y de cada caladero», que haya un «respeto escrupuloso a las vedas y paros biológicos», medidas de potenciación de la pesca ecológica, la abolición de la subasta a la baja para evitar que la rentabilidad pase a intermediarios y otras cuestiones como «acciones drásticas y eficaces para atajar las emisiones contaminantes al Cantábrico».

Considera que todo ello debe hacerse en un marco de protección social y de relaciones laborales «que permita a los arrantzales disponer de unas condiciones de vida dignas y de estabilidad en el sector».

Eguzki recuerda que llevan movilizándose más de dos décadas por una «pesca respetuosa con el mar» y «en contra de las artes depredadoras por su alto impacto en los stocks pesqueros», que ponen en peligro «el presente y el futuro de la actividad, no solo en la costa vasca, sino en el resto del mundo». Admite, además, que a pesar de la posición clara de arrantzales, ecologistas, científicos y sociedad vasca en general, «las diferentes administraciones no han estado a la altura de las circustancias, llevando al sector pesquero en Euskal Herria a una situación dramática».

Eguzki incide en que «en 20 años el 70% de la flota vasca ha desaparecido». A juicio de esta organización ecologista, la mejora de los métodos de detección de las especies por parte de los barcos de pesca, la aplicación de la congelación a bordo, «la mala y abusiva utilización de las artes son el detonante de la sobreexplotación».

De los desequilibrios que se están produciendo, Eguzki culpa de forma directa a «los grandes barcos (empresas transnacionales y grandes armadores). No existe una preocupación real con relación a los tamaños, a los descartes y no se aplica el principio de precaución en la gestión pesquera». Destaca que, en el Golfo de Bizkaia, con la utilización de artes de pesca depredadoras, «se está produciendo una sobrepesca que provoca una merma en los recursos marinos y una escasez de stock» en las diferentes especies. «La situación actual de las pesquerías en nuestros caladeros es trágica, cada vez hay menos especies para capturar», alerta.

Entiende que «nadie ha querido asumir la responsabilidad» de este agotamiento, pero Eguzki advierte de que «deben asumir que han utilizado los barcos, las artes y la extracción al máximo rendimiento, y, en consecuencia, la situación es crítica». Lamenta la fragilidad en bajura y destaca que en altura «está desapareciendo. Se están vendiendo barcos a Galicia con derechos, lo que conduce a que en los puertos de Hego Euskal Herria cada vez haya menos derechos de pesca».

Área marina protegida, de acuerdo con la «Declaración de Ondarroa»

El amplio informe de la organización ecologista Eguzki recuerda y asume los principios de la «Declaración de Ondarroa», que asume la idea de que «somos conscientes de las irreversibles consecuencias que la sobrepesca y el deterioro ecológico están infligiendo en nuestra mar». .

Desde la pérdida de especies, de ecogistemas y biodiversidad., «todo ello contribuye a la cada vez más decreciente rentabilidad de la actividad pesquera y a su inexorable desaparición».

Por estas razones, se reclama a las administraciones públicas que instauren una franja costera en las primeras doce millas que «sea declarada área marina protegida y que dentro de ella se establezcan zonas de reserva». J.B.

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