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  • Gueñes se moviliza contra la contaminación de la planta de Glefaran

    2017-01-08
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    Planta de Glefaran. FOTO: Monika del Valle, Argazki Press

    Planta de Glefaran. FOTO: Monika del Valle, Argazki Press

    FUENTE: Agustín Goikoetxea, Gara

    La actividad de la planta de biomasa de Glefaran (Global Efficiency Aranguren), ubicada en las instalaciones de la antigua papelera de Pastguren, mantiene en vilo a los municipios de Gueñes y Zalla. En los últimos meses se suceden las molestias traducidas en contaminación acústica y emisión de humos, polvo en suspensión y hollín, que provoca continuas denuncias a Medio Ambiente por el temor a las posibles consecuencias negativas sobre la salud.

    Las quejas han llevado a los ayuntamientos a pedir a Lakua que actúe. En noviembre, varios técnicos cursaron visitas de inspección y posteriormente se ha instalado una unidad móvil de medición de la calidad del aire, en el barrio de Arangoiti, en Gueñes, que ha llegado a aparecer cubierta de cenizas alguna mañana. Desde la plataforma Gueñes Bizia advierten de que las emisiones en forma de polvo negro van en aumento.

    Balcones, coches, huertas, frutales y espacios públicos aparecen cubiertos de ceniza cada vez con más frecuencia, lo que lleva a los afectados a dudar de que las instalaciones de producción y la caldera de combustión de biomasa cumplan con las normativas medioambientales en vigor. «Desconocemos asimismo si los materiales utilizados para la combustión en la caldera son únicamente biomasa forestal o si bien también hay otros triturados con componentes tóxicos, peligrosos y cancerígenos, tal y como sugieren numerosos testimonios, incluidos los de algunos extrabajadores», alertan.

    Instalación obsoleta

    Gueñes Bizia desvela que «el ciclón es viejo e ineficaz, funcionan sin electrofiltros para aumentar el rendimiento, no tienen medidores y meten el oxígeno a ojo, normalmente en exceso, y por eso se producen inquemados, partículas que salen sin haber combustionado totalmente». «Las cenizas volantes –aseguran– solo son la evidencia de que las micropartículas también están en el aire que respiramos», lo que les lleva a aventurar graves problemas de salud a largo plazo si no se corrige la situación.

    Los datos que les ha facilitado el alcalde, el jeltzale Imanol Zuluaga, sobre los controles de Medio Ambiente respecto a la materia utilizada y las emisiones les sorprenden enormemente. «Es evidente que lo que vivimos a diario no se corresponde con ello en absoluto, por lo que pensamos que han debido hacerse de forma y manera que no recogen las emisiones en los momentos en los que las mismas realmente se producen», argumentan. Su propuesta es que el medidor se coloque en chimenea, a la salida de gases y de forma permanente.

    Muestras su perplejidad por que Industria y Medio Ambiente den el visto bueno a la empresa con unas instalaciones en las que, aseguran, la inversión ha sido mínima. «Solamente han invertido en cambiar los tubos y nos parece sorprendente que se les permita trabajar así», manifiestan.

    Los afectados aclaran que no piden el cierre de Glefaran sino que se pongan los medios para que se acabe la contaminación. La plataforma ciudadana ha convocado para el sábado 21 de enero, a las 17.00, una manifestación que partirá desde la plaza de Gueñes, seguirá por Aranguren, por donde está previsto que pase a las 17.30, y finalizará frente a la planta de biomasa.


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