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  • Tras la implantación del 5º contenedor, Lasarte-Oria sigue a la cola del reciclaje

    2018-02-22
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    5En enero de 2017, con ocasión del proceso de implantación del 5º contenedor en Lasarte-Oria, Aire Garbia llamó públicamente a la ciudadanía a utilizarlo “sin reservas”. Advirtió, no obstante que su apoyo al 5º contenedor era un apoyo crítico, porque llegaba muy tarde (Lasarte-Oria ha sido probablemente el último municipio de Gipuzkoa que ha ofrecido al conjunto de su ciudadanía la posibilidad de depositar separadamente los residuos orgánicos), pero, sobre todo, porque la modalidad de 5º contenedor que se ha implantado en Lasarte-Oria es con diferencia la menos efectiva, pues existen otras modalidades de 5º contenedor que ofrecen resultados mucho mejores. Con el agravante de que el Ayuntamiento no había previsto ningún plazo para revisar los resultados y, en su caso, adoptar medidas correctoras o complementarias. Aire Garbia ya advirtió entonces que, así, Lasarte-Oria difícilmente alcanzaría la tasa del 60% en la recogida selectiva de basuras, considerada mínima.

    Ha pasado ya un año desde la implantación del 5º contenedor en nuestro municipio, tiempo más que suficiente para evaluar sus resultados, y el vaticinio de Aire Garbia se ha cumplido, aunque, la verdad, tampoco tiene mucho mérito porque, ya decimos, no era difícil acertar.

    Los datos de los porcentajes de recogida selectiva registrados en 2017 en los municipios de la  Mancomunidad de San Marko, que hemos podido conocer precisamente estos días, dejan en evidencia que los resultados del 5º contenedor en Lasarte-Oria son muy, muy pobres, y hacen que este municipio ocupe el penúltimo lugar del ranking de reciclaje, justo delante de Donostia, lo que, habida cuenta de que la capital es un auténtico desastre en esta materia, no puede ser motivo de alivio.

    El siguiente cuadro permite comparar los datos de 2017 con los de 2016.

    taulaA simple vista puede apreciarse que el 5º contenedor ha permitido, lógicamente, un incremento de la recogida selectiva (6,5%), pero tan pobre que no permite que Lasarte-Oria abandone el vagón de cola del reciclaje. Su porcentaje no solo está por debajo de la media guipuzcoana sino incluso por debajo de la media de la propia mancomunidad, que, a su vez, tremendamente lastrada por la irresponsabilidad del Ayuntamiento de Donostia, es la menos recicladora de las mancomunidades guipuzcoanas.

    Y a alguno o alguna quizá le parecerá que, bueno, Lasarte-Oria está la penúltima en el ranking pero tampoco está tan lejos de la siguiente, que es Errenteria. Se equivoca, porque Errenteria, como Urnieta y otros municipios, ha adoptado medidas a lo largo de 2017 (en diciembre superó el 59%) cuyas consecuencias se harán notar sobre todo a lo largo de 2018. El Ayuntamiento de Lasarte-Oria, sin embargo, ha decidido no cambiar nada en el sistema, ni siquiera aplicar bonificaciones a quienes reciclan en la tasa de basuras, de modo que lo previsible es que, dentro de un año, nos veamos obligados a constatar que la diferencia se ha acrecentado de manera muy notable.

    Pero lo fundamental no es, por supuesto, el lugar que se ocupe en el ranking, sino que con el actual sistema se está lejos de ese 60% de recogida selectiva que se considera mínimo y, además, no hay ninguna posibilidad de alcanzarlo.

    El propio gobierno municipal reconoce implícitamente que los resultados son pobres cuando se plantea hacer una nueva campaña de concienciación. La campaña quizá no esté de más, pero el problema no es de concienciación, sino de sistema. Los municipios que han implantado un sistema eficaz logran tasas de recogida elevadas; los que, como Donostia o Lasarte-Oria, no lo han hecho, pues no. ¿Por qué razón los vecinos de Lasarte-Oria iban a estar menos concienciados que los de la práctica totalidad del resto de municipios de Gipuzkoa? O, si lo prefieren, ¿por qué cuando un municipio toma medidas efectivas su porcentaje de reciclaje sube de un día para otro, por ejemplo, del 40 al 60%? ¿Es que acaso debemos interpretar que el nivel de conciencia de los vecinos de ese municipio ha crecido de la noche a la mañana un 20%? Para nada, la conciencia es imprescindible, qué duda cabe, pero lo que determina la tasa de reciclaje es la efectividad del sistema.

    Es decir, el sistema necesita una revisión a cortísimo plazo para poder alcanzar la tasa mínima de recogida selectiva del 60%. No querríamos repetirnos más de lo imprescindible, pero, como hemos dicho, no es algo utópico, ni siquiera especialmente difícil. De hecho, una muy buena parte de los municipios guipuzcoanos lo hacen ya. Tampoco hay una única manera de conseguirlo; existen varios modelos adaptables a la realidad de cada localidad, e incluso los propios miembros del gobierno municipal han ensalzado algunos en ciertas ocasiones, que, sin embargo, luego no han aplicado. En todo caso, un proceso participativo contribuiría, sin duda, a afinar las soluciones y a socializarlas.

    Eso sí, para ello es imprescindible que “Lasarte-Oria con el reciclaje” deje de ser un eslogan propagandístico para ser el reflejo de un compromiso por parte del Ayuntamiento.

    LASARTE-ORIAN AIRE GARBIA

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