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  • El gobierno municipal de Lasarte-Oria ha vuelto a pasar del reciclaje a la hora de fijar la tasa de basuras

    2016-11-29
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    Por cierto que entramos en el último mes de 2016 y en las calles de Lasarte-Oria no hay ni siquiera uno de estos. Recordemos que Jesús Zaballos anunció a bombo y platillo que el 5º contenedor se implantaría en 2014.

    Por cierto que entramos en el último mes de 2016 y en las calles de Lasarte-Oria no hay ni siquiera uno de estos. Recordemos que Jesús Zaballos anunció a bombo y platillo que el 5º contenedor se implantaría en 2014.

    El Ayuntamiento de Lasarte-Oria acaba de aprobar las ordenanzas fiscales para 2017 y, a la hora de fijar la tasa de basuras, el gobierno municipal ha vuelto a pasar del reciclaje. El año pasado se comprometió a constituir una “mesa” que abordase esta y otras cuestiones, pero el compromiso no se ha cumplido y ha vuelto a implantar una tarifa plana, que, además de antiecológica, es socialmente injusta, porque implica que quien responsablemente separa sus residuos esté financiando con su esfuerzo y su dinero a quien pasa de todo.

    Recordemos que el año pasado el gobierno municipal suprimió el descuento del 20% en la tasa de basuras con el que se incentivaba a las familias que participan en el programa de compostaje comunitario, única medida fiscal aprobada en los últimos años para fomentar el reciclaje. El alcalde argumentó poco menos que era discriminatorio con respecto a otros ciudadanos que no tenían posibilidad de reciclar, obviando, entre otras cosas, que el responsable de que Lasarte-Oria sea el único municipio de Gipuzkoa en el que ni siquiera hay un triste quinto contenedor es él, que viene incumpliendo año tras año sus promesas al respecto. Para hacer más digerible aquella decisión, habló de constituir “una mesa” que se reuniese a lo largo de 2016 para abordar “todos los aspectos de la tasa de recogida de residuos”, incluidos los “posibles incentivos fiscales” al reciclaje.

    Ha pasado un año y no hay noticias de aquella “mesa”. En todo caso, con ella o sin ella, ahora que ya parece imposible que se pueda retrasar mucho más el quinto contenedor, un descuento a sus usuarios, por pequeño que fuera, hubiese sido un buen incentivo de cara a la campaña de implantación. Pero no, el gobierno municipal ha optado de nuevo por la tarifa plana, que no solo es antiecológica, sino que supone un castigo injusto para los recicladores, porque quien responsablemente separa sus residuos está financiando con su esfuerzo y, además, con su dinero a quien pasa de todo, pues cuanto menos se separan en origen más caro es su tratamiento. No lo decimos nosotros, lo dice el PIGRUG (el mismo plan que incluye la incineradora), en el que, frente a las tarifas planas, dice: “Se elaborarán tasas variables y progresivas que penalicen la generación de residuos”.

    Bueno, el gobierno municipal este año tampoco ha tenido en cuenta el reciclaje a la hora de fijar la tasa de basuras, ¿pero cuánto la ha subido? Pues la ha subido un 4%. ¿Es mucho? Comparado con el IPC (1,3%), sin duda. Si fuera para ofrecer un servicio más sostenible, a lo mejor podríamos considerar el incremento un mal necesario o un mal menor. Pero, qué va, el incremento está destinado a financiar un sistema que pivota sobre la incineradora, un sistema antiecológico y, además, carísimo. Y esto no ha hecho más que empezar.

    Eguzki, noviembre de 2016


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