El río Amezketa presentaba ayer viernes el impresionante aspecto que muestra la fotografía, al parecer, como consecuencia de un vertido de la papelera Aralar.
Vamos a ver: si el vertido no ha tenido impacto alguno sobre los animales, es que es inocuo, y, si es inocuo, no tiene sentido que los técnicos de Ura se afanen en controlar sus efectos. Por tanto, no hace falta ser especialmente suspicaz para concluir que el vertido no ha sido en absoluto inocuo, como no lo son ninguno de los muchos vertidos “accidentales” que, con demasiada frecuencia, se registran en instalaciones industriales.
De modo que, si queremos tener una idea cabal de cuál ha sido el impacto real de este espectacular vertido, será preciso hacer seguimiento del caso.