Donostia se ha quedado sin halcones peregrinos

La pareja observa desde su atalaya de la torre del Buen Pastor. Esta estupenda foto es de Enrique Russignol.

La pareja observa desde su atalaya de la torre del Buen Pastor. Esta estupenda foto es de Enrique Russignol.

En los últimos años una pareja de halcones peregrinos anidaba en pleno centro de Donostia, en la torre del Buen Pastor. Era la única pareja que lo hacía en un edificio en toda Gipuzkoa.

Una auténtica joya, esta pareja de halcones, cuya observación estaba a disposición de cualquier ciudadano. Una especie catalogada como “rara” y que en la ciudad es una pieza clave para el control natural de otras especies, como palomas o gaviotas.

Pues bien, esta pareja “ha sido expulsada” de su nido con motivo de las obras que se están realizando en la catedral del Buen Pastor y en la que los andamios han rodeado el nido obligando a la pareja a abandonarlo.

Según el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas, entre otras medidas a tener en cuenta para la protección de estas aves, está la que prohíbe expresamente la destrucción de sus nidos o las molestias en su área de reproducción.

Algo que ni los promotores de la obra –la Iglesia–, ni quienes han concedido la licencia –el Ayuntamiento de Donostia–, ni la Diputación –responsable de la gestión de las especies protegidas– han querido tener en cuenta. Y todo esto en plena época de reproducción de la especie.

Desde Eguzki queremos denunciar la irresponsabilidad y la nula sensibilidad de estas instituciones.

¿De qué sirve que el Ayuntamiento de Donostia se gaste un dineral en realizar un “Atlas de la aves que nidifican en la ciudad”, si luego no sirve para protegerlas ?

¿Por qué no ha hecho nada la Diputación para buscar una solución al único nido de halcones peregrinos en las urbes de Gipuzkoa?

Nos preocupa también a futuro, la intención de la Iglesia de transformar la torre del Buen Pastor en otra atracción turística más, lo que impediría , en su caso, el retorno de esta pareja a su anterior nido.

Donostiako EGUZKI, marzo de 2019

La torre de la catedral, rodeada de andamios. También esta foto es de Enrique Russignol.

La torre de la catedral, rodeada de andamios. También esta foto es de Enrique Russignol.