Albistea

  • Eguzki denuncia el uso de la crisis para ayudar a unos, y las subidas a los usuarios del tren.

    2010-01-13
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    Eguzki denuncia la subvención en la compra de un coche y, sin embargo, seguir aprobando año tras año subidas en el precio del billete del autobús o del tranvía con frecuencia muy por encima del IPC, como en el caso de RENFE.

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    Con apenas unos días de diferencia se han producido dos hechos que ponen de manifiesto qué credibilidad hemos de conceder al Gobierno español y, por extensión, a la inmensa mayoría de las instituciones públicas cuando aseguran que apuestan por una movilidad sostenible o, por decirlo de forma más simple, cuando nos hablan de que es preciso que el transporte público vaya ganando terreno al uso del vehículo privado.

    El primero de esos hechos es el anuncio por parte del ministro de Industria, Miguel Sebastián, de que el Plan 2000E tendrá continuidad en 2010. Es decir, que el Gobierno destinará una nueva partida de 100 millones de euros para seguir subvencionando la adquisición de coches particulares, partida que espera se vea incrementada en otros 100 con las aportaciones de las comunidades autónomas. Recordamos, aunque probablemente no haga falta hacerlo, que, en 2009, tanto el Gobierno de Lakua como el de Iruñea se sumaron entusiásticamente al Plan.
    El segundo hecho es la entrada en vigor de las nuevas tarifas de RENFE, que ha supuesto que el billete del servicio de cercanías, el más utilizado por la población y, además, muy particularmente, por la población con menor capacidad adquisitiva, se haya visto incrementado en un 6%. No es sólo que este incremento esté muy por encima del IPC, que no llegará al 1%, sino que llueve sobre mojado, ya que también en 2009 la subida (6,3%) fue muy superior.
    Cuando Zapatero anunció en mayo pasado que, entre las medidas para hacer frente a la crisis, el Gobierno subvencionaría de forma directa la adquisición de coches nuevos e impulsaría a las comunidades autónomas a hacerlo en la misma medida, ya advertimos desde Eguzki que eso iba justo en dirección contraria a cualquier política de economía o movilidad sostenible. De hecho, el sector del automóvil es precisamente el paradigma más acabado de la insostenibilidad del actual modo de producción.
    Aun reconociendo que se trataba de una medida “popular”, porque el apego al automóvil privado es algo que prácticamente ya forma parte de nuestro ADN, nos preguntábamos: ¿es justa?, ¿no es discriminatoria? En otras palabras, ¿por qué una subvención directa a quienes adquieran un automóvil nuevo y no a quienes precisen de otros bienes o servicios? Y, centrándonos ya en el ámbito del transporte y la movilidad, planteábamos: ¿por qué subvencionar la compra de un coche y, sin embargo, seguir aprobando año tras año subidas en el precio del billete del autobús o del tranvía con frecuencia muy por encima del IPC, como en el caso de RENFE? ¿A los usuarios del transporte colectivo no les afecta la crisis? ¿Les afecta más o menos que a los fabricantes de coches?
    Lo cierto es que los que mandan ya han dado su respuesta: la crisis no afecta o, en todo caso, afecta mucho menos a los usuarios del tren… y, si no, que se las arreglen como puedan. A ellos, a los que mandan, no les basta con promover una política de movilidad que, digan lo que digan, tiene en el vehículo privado su principal soporte, sino que, llegado el caso, no dudan en subvencionar directamente con dinero público la adquisición de coches. Por contra, castigan a los usuarios del transporte público con subidas desorbitadas.
     Da la sensación incluso de que el Gobierno pretende compensar en su presupuesto el gasto de las subvenciones a los coches con los ingresos de una mayor recaudación entre los usuarios del tren.
    Habrá quien piense que estos hechos ponen de manifiesto que, efectivamente, el discurso en pro de una movilidad sostenible del que hacen gala las administraciones públicas un día sí y otro también, pero sobre todo con ocasión del Día sin Coches e iniciativas por el estilo, es contradictorio. Eguzki, en cambio, no cree que sea contradictorio; creemos que, simplemente, es mentira.
                                                           EGUZKI
                                   2010ko urtarrilean

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