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  • Eguzki denuncia que dos halcones peregrinos han aparecido tiroteados en Donostia y Jaizkibel

    2016-11-14
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    Halcón peregrino. Dos ejemplares como este han sido abatidos en apenas diez días. FOTO: Ramón Arambarri.

    Halcón peregrino. Dos ejemplares como este han sido abatidos en apenas diez días. FOTO: Ramón Arambarri.

    Eguzki ha denunciado ante la Fiscalía de Gipuzkoa que sendos ejemplares de halcón peregrino (Falco peregrinus) han aparecido tiroteados en fechas recientes. Uno, herido, en Donostia, en el Antiguo; el otro, muerto, en Jaizkibel.

    No son ni mucho menos los primeros ejemplares de especies protegidas abatidos desde que en septiembre pasado se inició la temporada de caza -y, de hecho, Eguzki ha denunciado ya siete casos (ver tabla adjunta), que no son sino la punta del iceberg de los muchos que sin duda se producen sin que lleguen a conocimiento público-, pero sí que son especialmente relevantes, porque las parejas nidificantes de halcón peregrino en Gipuzkoa se pueden contar casi con los dedos de una mano. No en vano en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas está calificada como “rara”.

    Además, llueve sobre mojado, pues en mayo pasado un ejemplar hembra de esta misma especie murió tiroteado en Oñati. Y en 2014, otro, en Donostia, en Atotxa Erreka. Aquel caso fue muy excepcional, porque se pudo identificar al responsable del delito, que finalmente fue condenado a seis meses de cárcel (eludible mediante el pago de multa), indemnización e inhabilitación de tres años para cazar y ejercer cualquier oficio relacionado con la fauna.

    Es preciso subrayar la excepcionalidad de aquel caso porque raramente se suele identificar a quienes aprietan el gatillo. Ni siquiera cuando están rodeados de compañeros “legales”, como sucedió en Zumarraga en 2011, cuando un águila pescadora recién anillada en Alemania fue abatida en la línea de Pagotxeta.

    Aguilucho pálido. A esta especie pertenece el ave abatida en Villabona. FOTO: Ramón Arambarri.

    Aguilucho pálido. A esta especie pertenece el ave abatida en Villabona. FOTO: Ramón Arambarri.

    Pero no por eso Eguzki va a dejar de denunciar estos hechos ante la Fiscalía. Por una parte, como una forma de visibilizar que aquí se están cometiendo delitos contra el medio ambiente, pues abatir una especie protegida puede ser un delito, sancionado incluso con cárcel, como hemos visto. Por otra, y por qué no decirlo, para ver si por fin se le cae la cara de vergüenza a alguien en la Diputación, pues, en nuestra opinión, la política foral de caza propicia que ejemplares de especies protegidas sean abatidos. Entre otras cosas porque, más preocupada por practicar el clientelismo entre el colectivo de cazadores que por preservar la biodiversidad, la Diputación se niega a tomar medidas, como corresponsabilizar a las sociedades gestoras de las líneas o retrasar el inicio del horario hábil de caza (a menos luz, más posibilidad de confundir especies).

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