La Diputación ha aprobado el proyecto de construcción del bidegorri Lasarte-Txikierdi (Usurbil), un tramo del itinerario nº 2, Donostia-Mutriku, del Plan de Vías Ciclistas de Gipuzkoa. Está previsto adjudicar e iniciar las obras, cuyo presupuesto supera el medio millón de euros, antes de fin de año y el plazo de ejecución es de 20 meses. Es verdad que tenemos derecho a ser escépticos con el plazo, porque, ya en 2016, la entonces diputada de Movilidad, Marisol Garmendia, anunció en vano la construcción inminente de este bidegorri, pero en este caso el anuncio ha sido publicado en el Boletín Oficial, por lo que parece que hay que concederle otra credibilidad.

Buena noticia entonces, ¿no? Pues según se mire. Sí, porque, aunque se trate de un bidegorri modesto, de apenas un kilómetro, que por sí mismo no preste un gran servicio (no tiene la importancia, para entendernos, del tramo Errekalde-Luzuriaga, al que da continuidad), es un eslabón más en la cadena del itinerario Donostia-Mutriku previsto en el Plan de Vías Ciclistas. En cambio, no es una buena noticia si tenemos en cuenta que, según ese mismo Plan, este bidegorri debía haber estado concluido para 2017, y el itinerario Donostia-Mutriku, del que forma parte, muy avanzado para el 2021. Sin embargo, el año que viene, alguien empezará a pedalear en Donostia por el bidegorri en dirección a Mutriku y… no podrá llegar más que a Txikierdi. Ni siquiera al casco de Usurbil, lo que, tal y como están las cosas, sí que sería un notición (es asombroso, y también vergonzoso, que sigan pasando los años sin que se haya garantizado una conexión peatonal-ciclista cómoda y sobre todo segura entre Lasarte-Oria y Usurbil).

Según el Plan, deberíamos estar hablando de completar el itinerario Donostia-Mutriku. Sin embargo, estamos hablando del tramo Lasarte-Txikierdi. Eso da una idea de hasta qué punto se está incumpliendo el Plan.

Es decir, a punto de concluir el plazo de ejecución del Plan de Vías Ciclistas de Gipuzkoa, que estemos hablando de un tramo como el Lasarte-Txikierdi pone de manifiesto hasta qué punto se está incumpliendo ese Plan, aprobado en junio de 2013 con la unanimidad de los grupos representados en las Juntas Generales. Cabe recordar que el Plan programa la ejecución de los tramos pendientes de la Red Básica Foral en dos cuatienios, 2013-2017 y 2017-2021. Pero un simple vistazo al listado de bidegorris previstos en el Plan permite constatar que, cuando falta menos de un año para que termine el plazo, son muchos, demasiados, los que están pendientes. Solo en nuestro entorno: Lasarte_Oria-Usurbil (Txikierdi), Usurbil (Txikierdi-Santuene), Usurbil-Orio, Errekalde-Galarreta (Hernani), Lasarte_Oria-Urnieta, Urnieta zeharbidea, Urnieta-Andoain (sin terminar), Andoain-Villabona (sin terminar).

A pesar de haberla solicitado reiteradamente, la Diputación no nos ha proporcionado información sobre el grado de ejecución del Plan a día de hoy, pero en julio pasado nos hizo llegar una copia del informe TÉCNICO de evaluación del primer cuatrienio, 2014-2017. De él extraemos el siguiente párrafo, que consideramos suficientemente ilustrativo sobre lo que está pasando:

Sin embargo, desde que se emitió el citado informe, la Diputación no solo no ha reactivado la inversión sino que ha seguido una tónica parecida, por lo que a los incumplimientos del primer cuatrienio se le han sumado los del segundo.

La crisis sanitaria derivada del COVID-19 ha hecho que, en la “nueva normalidad”, la movilidad peatonal y ciclista haya ganado protagonismo. Uno de los hándicaps con los que se encuentra en Gipuzkoa para poder desarrollar plenamente el potencial que le confieren las actuales circunstancias es, sin duda, que la Red BÁSICA de Vías Ciclistas de Gipuzkoa sigue inconclusa. La retórica institucional en torno a la Semana Europea de la Movilidad tendría mucha más credibilidad si no hubiese proyectos BÁSICOS como este prácticamente abandonados.

EGUZKI, septiembre de 2020