Eguzki reclama al Ayuntamiento de Donostia incrementar el reciclaje hasta cumplir al menos con los mínimos legales

Esta es la madre del cordero: que el contenedor del rechazo sea realmente el contenedor del rechazo, y no el contenedor en el que arrojar todos los residuos mezclados.

Esta es la madre del cordero: que el contenedor del rechazo sea realmente el contenedor del rechazo, y no el contenedor en el que arrojar todos los residuos mezclados.

La UE establece que, para 2025, el porcentaje de recogida selectiva de los residuos municipales ha de alcanzar el 55%, cuando Donostia está en el 41,10%

LA CONCEJALA DE ECOLOGÍA, EN LA PRESENTACIÓN DEL INFORME DE SOSTENIBILIDAD

La concejala de Ecología de Donostia, Marisol Garmendia, ha presentado hace unos días el informe anual del Observatorio de Sostenibilidad y Clima, que, leído con la habitual autocomplacencia, viene a decir que vivimos en la mejor de las ciudades posibles. Claro que también ha reconocido que hay cuestiones “mejorables”, como la separación de residuos, por lo que, según leemos en la prensa, “apeló a la ciudadanía a su responsabilidad y anunció que las instituciones organizarán campañas para fomentar esta práctica”.

A través de este escrito, pretendemos poner de manifiesto que no es que la recogida de residuos sea “mejorable”, sino que necesariamente va a tener que mejorar, y, sobre todo, que no es “la ciudadanía” la responsable de que Donostia esté a la cola del reciclaje en Gipuzkoa, sino el gobierno municipal, con Eneko Goia y la propia Marisol Garmendia a la cabeza, que durante todos estos años se ha negado expresamente a tomar ningún tipo de medida.

LOS OBJETIVOS DE LA UE Y LA NUEVA LEY DE RESIDUOS

El Ayuntamiento de Donostia deberá mejorar a muy corto plazo el sistema de recogida selectiva de las basuras domésticas para cumplir con la nueva Ley de Residuos, que, haciendo suyos los objetivos de la Unión Europea, establece que, para 2025, alcance un mínimo del 55% (1).

La mejora deberá ser, además, muy sustancial, pues durante todos estos años el Ayuntamiento se ha negado expresamente a tomar ningún tipo de medida y, en consecuencia, su porcentaje de recogida selectiva apenas alcanza el 41,10, lo que convierte a Donostia en la localidad guipuzcoana que menos recicla, además, con mucha diferencia.

LA SITUACIÓN ACTUAL

Este cuadro muestra el porcentaje de recogida selectiva en 2022 en los distintos municipios que constituyen la Mancomunidad de San Marko:SanMarko_casEste otro cuadro nos muestra el porcentaje de recogida selectiva en Gipuzkoa en 2022 por mancomunidades:

Gipuzkoa2022_casComo puede apreciarse, Donostia es el municipio de la Mancomunidad que menos recicla. Pero es que, además, hay que tener en cuenta que San Marko, muy lastrada por la propia Donostia, es la mancomunidad que menos residuos recoge selectivamente en una Gipuzkoa donde la media alcanza el 57,39%. Es decir, más de 16 puntos separan el porcentaje de Donostia de la media de Gipuzkoa. De hecho, el conjunto de los municipios de Gipuzkoa ya en 2020 alcanzaron el objetivo europeo del 55% que la nueva Ley de Residuos hace ahora obligatorio para 2025, algo de lo que, en su momento, el diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, se jactó muy satisfecho. Desde luego, a ese logro no contribuyó la gestión de Marisol Garmendia y sus compañeros de partido en el Ayuntamiento de Donostia. Es más, fue un logro a pesar de esa gestión.

EL AYUNTAMIENTO HASTA AHORA SE HA NEGADO EXPRESAMENTE A TOMAR MEDIDAS

Habrá a quien le parezca que exageramos cuando decimos que el bajísimo porcentaje de recogida selectiva de Donostia con respecto al conjunto de los municipios guipuzcoanos se debe a que el Ayuntamiento se ha negado expresamente a tomar ningún tipo de medidas durante estos años, pero juzguen ustedes mismos…

En 2014, Bildu, entonces en la Alcaldía, y el PSOE acordaron, en el contexto de un pacto presupuestario más amplio, extender el quinto contenedor de uso voluntario al conjunto de la ciudad y aseguraron que su objetivo era alcanzar el 60% de recogida selectiva para 2016. No nos opusimos a extender el quinto contenedor al conjunto de la ciudad –que, a la postre, fue la última medida “estructural” que se tomó para mejorar la recogida selectiva–, pero ya advertimos de que se trataba de un brindis al sol, pues, solo con eso, con la mera extensión del quinto contenedor de uso voluntario al conjunto de la ciudad, era más que improbable alcanzar el 60%. Efectivamente, 2015 se cerró con un 39,19% (2). Y también con un cambio en el gobierno municipal. En la actualidad, estamos en el 41,10.

Por tanto, hemos pasado del 39,19 de 2015 al 41,10 de 2022. ¿Cuánto podemos estar exagerando, pues, al decir que durante todos estos años el Ayuntamiento se ha negado expresamente a tomar medidas en favor del reciclaje? (3).

En 2014, un acuerdo entre Bildu y el PSOE hizo que el quinto contenedor se implantase en todos los barrios. Podemos considerarlo como el último cambio

En 2014, un acuerdo entre Bildu y el PSOE hizo que el quinto contenedor se implantase en todos los barrios. Podemos considerarlo como el último cambio “estructural” en el sistema. En 2024 se cumplirán diez años, nada menos.

¡QUE SE CONCIENCIEN ELL@S!

Lo que sí ha habido durante todos estos años por parte del Ayuntamiento ha sido mucho postureo, mucho marear la perdiz con experiencias piloto y muchas campañas “de concienciación”, con las que, de paso, se ha tratado de transferir la responsabilidad del bajo porcentaje de recogida selectiva a la ciudadanía. Vamos, la receta que ha vuelto a citar Garmendia en la presentación del Informe del Observatorio de Sostenibilidad.

Pues no, no es una cuestión “de concienciación”, de voluntarismo. No hay ninguna razón para pensar que en Donostia tengamos ni más ni menos conciencia ecológica que en el resto de Gipuzkoa. Los hechos demuestran que en los municipios en los que se han implantado sistemas de recogida eficaces, independientemente de su color político, obtienen buenos resultados. ¿Por qué, si no, cuando un municipio ha tomado medidas efectivas, su porcentaje de reciclaje ha subido prácticamente de un día para otro, por ejemplo, del 40 al 60%? ¿Es que acaso debemos interpretar que el nivel de conciencia de l@s vecin@s de ese municipio ha crecido de la noche a la mañana un 20%? Para nada, la conciencia es imprescindible, qué duda cabe, pero lo que determina el porcentaje de recogida selectiva es la efectividad del sistema establecido. Y eso es responsabilidad del Ayuntamiento. Mientras reciclar o no sea algo totalmente voluntario, mientras requiera un mayor esfuerzo hacerlo que no hacerlo (por la distribución de los contenedores o por otros factores) y mientras se pague lo mismo por una cosa u otra (las bonificaciones son casi simbólicas), está claro: la tendencia será a no reciclar.

En esta isleta falta el quinto contenedor. Da lo mismo que haya uno cuarenta metros calle abajo o calle arriba. Quien quiera reciclar la materia orgánica se verá obligado a hacer siempre un esfuerzo suplementario.

En esta isleta falta el quinto contenedor. Da lo mismo que haya uno cuarenta metros calle abajo o calle arriba. Quien quiera reciclar la materia orgánica se verá obligado a hacer siempre un esfuerzo suplementario.

Por tanto, en Donostia, ¿campañas “para concienciar a la ciudadanía”? Aquí los primeros que tienen que concienciarse son los mandatarios municipales, con Eneko Goia y Marisol Garmendia a la cabeza. Sin salir de Gipuzkoa siquiera, disponen de un amplio muestrario de modelos y variantes de sistemas eficaces entre los que elegir. Lo demás es postureo, hacer como si se hace pero sin hacer: greenwashing.

Este es el logo de una de las numerosas campañas de

Este es el logo de una de las numerosas campañas de “concienciación” que hemos conocido. Finísimo. Ahora bien, si luego tu porcentaje de recogida selectiva es el que es, pues…

Donostia no tiene por qué sumarse a los municipios que están a la vanguardia del reciclaje en Gipuzkoa –ya nos gustaría, ya–, pero sí está obligada por ley a cumplir unos mínimos y, además, a hacerlo a corto plazo.

Cumplir esos mínimos viene a ser algo así como la prueba del algodón de las políticas ambientales. Estas no se limitan a los residuos sólidos urbanos, lógicamente, pero si en algo tan básico no se cumplen esos mínimos, cualquier discurso sobre el compromiso con el medio ambiente, el desarrollo sostenible, la economía circular, el cambio climático y demás es puro postureo, carece de credibilidad. No debemos perder de vista que no reciclar significa despilfarrar materias primas, encarecer el tratamiento de los residuos y contaminar más. Esto es algo que dice el propio Observatorio de Sostenibilidad, pero, claro, es papel mojado si no se actúa en consecuencia.

EGUZKI, octubre de 2023

(1) En la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que incorpora las estipulaciones de la Directiva (UE) 2018/851, puede leerse exactamente lo siguiente:

Artículo 26. Objetivos de preparación para la reutilización, reciclado y valorización.

(…)

c) Para 2025, se aumentará la preparación para la reutilización y el reciclado de residuos municipales hasta un mínimo del 55% en peso…

d) Para 2030, se aumentará la preparación para la reutilización y el reciclado de residuos municipales hasta un mínimo del 60% en peso…

e) Para 2035, se aumentará la preparación para la reutilización y el reciclado de residuos municipales hasta un mínimo del 65% en peso…

La Ley dice muchas más cosas, como que el peso de los residuos generados respecto a las cifras de 2010 deberá reducirse el 13% para 2025 y el 15% para 2030, o cuestiones relacionadas con la fiscalidad. Pero creemos que, sin necesidad de entrar en mayores profundidades, los porcentajes de recogida selectiva que aportamos son suficientemente elocuentes sobre cuál es la situación.

(2) Fuente: Gipuzkoako Hondakinen Kudeaketa.

(3) La Declaración de Emergencia Climática del gobierno municipal en 2020, se planteaba alcanzar un 60% de recogida selectiva en 2025. Es decir, el mismo 60% que el compromiso Bildu/PSOE establecía para 2016. En todo caso, como durante todos estos años no se ha hecho nada, estamos prácticamente a finales de 2023 y el gobierno municipal mucho va a tener que correr, no ya para cumplir ese compromiso del 60%, sino el 55% que estipula ahora la Ley. Y el Plan DSS Klima 2050 prevé que la recogida selectiva alcance el 80% en 2030, pero, tal y como están las cosas en la actualidad, ni siquiera merece la pena hablar de ello.