La central térmica de Pasaia no se plantea su cierre y asegura que es “necesaria y legal”
2008-07-28
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DNG 2008.07.27 La compañía Iberdrola, que tiene licencia de actividad en la central térmica de Pasaia hasta el año 2022, no se plantea el cierre de esta instalación ni a medio ni a largo plazo. A pesar de las críticas vertidas desde diversas agrupaciones, especialmente de índole ecologista, los gestores de la central defienden su completa legalidad y respeto al medio ambiente y recuerdan que en los últimos cuatro años -incluido 2008- se han invertido diez millones de euros en la modernización y mejora de la infraestructura.
El debate sobre la regeneración de la bahía de Pasaia y la necesidad de reducir las emisiones de CO2 en Gipuzkoa han cubierto de actualidad en los últimos años la información referente a la central, con varias posturas claramente diferenciadas: desde quienes denuncian sin paliativos su actividad hasta quienes defienden su funcionamiento como necesario e indispensable, pasando por quienes apoyan su cierre consensuado pero advierten de la legalidad de la infraestructura.
Este último es el caso del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, que en más de una ocasión ha manifestado su apuesta por fuentes de energía menos contaminantes y por el cierre “pactado y progresivo” de la térmica, pero que hace escasas fechas señaló que “la autorización ambiental integrada es un procedimiento reglado”. Lo hizo a principios de este mes, tras el anuncio por parte de Greenpeace de que impugnaría esa concesión de Lakua al considerar que se produjo de forma “ilegal”.
En respuesta a tal afirmación, el viceconsejero de Medio Ambiente, Ibon Galarraga, señaló que la central ha cumplido todos los requisitos y, aunque admitió que a su departamento le gustaría que “se abordara el cierre urgente de forma pactada de la instalación” y ésta fuera sustituida por otra más limpia, aclaró que, “mientras tanto, es legal”.
puerto exterior Las opiniones, en cualquier caso, se siguen sucediendo. Pero, ¿qué dice Iberdrola? Su respuesta es clara. “Pensamos que la central es necesaria para el sistema eléctrico, tenemos concesión hasta 2022 y, en principio, no nos planteamos su cierre”, aseguran, en declaraciones a este periódico, fuentes de la compañía en relación a esa hipotética clausura consensuada. Dejan abierta la puerta, eso sí, a su posible traslado al puerto exterior, si es que éste finalmente se construye. “Ésa decisión no es nuestra, pero, si se decide hacer el puerto exterior y se piensa que es bueno, consideraríamos interesante el espacio para un proyecto energético”, afirman.
En ese sentido, cabe recordar que el Plan Estratégico 2009-2020 presentado recientemente por la Autoridad Portuaria de Pasajes recoge para la central térmica otra posible ubicación y sistemas alternativos no basados en el carbón, con el fin de “solucionar una cuestión preocupante para los ciudadanos”, según apuntó su presidente, Joxe Joan Gonzalez de Txabarri.
El debate sobre la planta sigue en el aire. Esta misma semana, el eurodiputado de Los Verdes David Hammerstein, invitado por los colectivos Greenpeace, Termikarik ez y Jaizkibel Bizirik, se acercó hasta el exterior de la central para comprobar in situ su ubicación. “Es una barbaridad”, dijo nada más comprobar su cercanía con las casas. “¡Pero si están a 50 metros!”, exclamó, mientras dudó también de que la tecnología empleada por la térmica sea “la más avanzada disponible”. Hammerstein reconoció que tendrá que documentarse, pero adelantó su intención de presentar dos preguntas ante las autoridades europeas en relación a la concesión recibida por la central y a su cumplimiento o no de los requisitos que establece la legalidad continental.
por debajo de los límites Según asegura Iberdrola, sin embargo, su funcionamiento está completamente dentro de la legalidad y el respeto al entorno. “La planta cubre un 20% ó 25% de la demanda energética de Gipuzkoa y su actividad es requerida de forma casi continua por el mercado. Es competitiva y necesaria dentro del sistema eléctrico y cumple con todos los requisitos legales y ambientales”, señalan desde la compañía.
Precisan, entre otras cuestiones, que sus emisiones atmosféricas están “muy por debajo de los valores límite de emisión”; que es “una de las centrales de carbón más eficientes medioambientalmente”; y que distintas empresas contratadas por la Administración revisan periódicamente los niveles de emisión, ruido, vertidos o calidad del aire y del medio marino, entre otros aspectos. “Vamos a seguir funcionando e invirtiendo con una prioridad clara: el respeto a las cuestiones medioambientales”, concluyen.
Mientras se cumplan los requisitos que marca la legislación, la central contará con el visto bueno del Ministerio de Industria, autor de la concesión de la licencia de actividad. “Hace un año se realizó un informe sobre el funcionamiento de la planta a raíz de una petición de cierre y se desaconsejó parar la actividad al entender que eso pondría en peligro la garantía del suministro de la zona. Su nivel de emisión está dentro de la media o, incluso, tres o cuatro veces por debajo de ella”, aseguran fuentes del Ministerio consultadas por NOTICIAS DE GIPUZKOA.
Así, aunque aclaran que el aspecto medioambiental compete al Gobierno Vasco, el referente a la calidad del suministro eléctrico no implica problema. “El Ministerio debe asegurar esa calidad y entendemos que, si esa planta se para, podría haber problemas. No está previsto su cierre, creemos que es necesaria y funciona correctamente”.