Truke azoka San Bizenteko jaietan

Ekarri soberan duzuna, eraman behar duzuna. Norbaitek beharra eduki ahal duelako, bere koste ekologikoa duelako, errauskailuaren kontra,

truke azoka

Ekarri soberan duzuna, Eraman behar duzuna. Norbaitek beharra eduki ahal duelako,bere koste ekologikoa duelako, errauskailuaren kontra, Arauak parte hartzeko: -Zerbait ekarri nahi duenak 11:30etan Plazan. -Behar duzun zerbait hartzeko behar ez duzun zerbait utzi behar duzu. Larunbata 22, 12:00etan, SAN BIZENTE, Elizako Plazan.

La subida del tren de cercanías de RENFE un 3,1% es un atropello a las clases humildes y va en contra de la movilidad sostenible

Eguzki lleva años reclamando a RENFE la mejora del servicio de cercanías, y la respuesta ha vuelto a ser un tortazo a nuestros bolsillos

trecencania

El Gobierno ha subido el precio del billete del tren de cercanías un 3,1% Esta nueva subida es inaceptable por un triple motivo: porque en el 2010 ya sufrimos otra descomunal subida del 6% a la que hubo que sumar la subida del 2% de IVA, lo que hace que en tres años el tren de cercanías haya subido un 17,6% ; porque el servicio que ofrece RENFE en Gipuzkoa es obsoleto y porque esta medida atenta contra el desarrollo y promoción del transporte no motorizado. El Gobierno español ha decidido amargarnos el nuevo año y junto a la subida de la luz, el gas,? ahora desea castigar los bolsillos de los ciudadanos económicamente más indefensos: mujeres, estudiantes, jubilados, trabajadores inmigrantes? que somos los usuarios más habituales del tren de cercanías. Esta subida castiga doblemente a los guipuzcoanos que soportamos el abandono que sufre el servicio de cercanías en Gipuzkoa: estaciones semi-abandonadas , con peligros de acceso al tren, con obstáculos arquitectónicos casi infranqueables en los apeaderos muchos de ellos carentes de servicios (WC), con una frecuencia de trenes que no ha mejorado en los últimos 22 años y un largo etc?RENFE ?pasa? de mejorar el servicio a los usuarios habituales del tren y además pretende que lo paguemos a precio de lujo. En lugar de facilitar y felicitar a los usuarios por su práctica sostenible, les/nos castiga con una subida desproporcionada y además discriminatoria, pues a los ?usuarios ricos? del tren de alta velocidad solo les aplica una subida del 2,3% ,es decir, una subida inferior al cercanías, algo que ya ocurrió en el 2009y 2010. Por lo visto el Gobierno y RENFE han decidido que seamos los humildes usuarios del tren de cercanías quienes sufraguemos el derroche de las obras para un tren de alta velocidad que no demandamos y que solo unos pocos utilizarán. Ni siquiera han sido capaces de poner en marcha ?el billete único?, a pesar de las innumerables promesas que los políticos nos han hecho en ese sentido. Llevamos años reclamando desde Eguzki a RENFE la mejora del servicio de cercanías en Gipuzkoa, tanto en frecuencias, tiempos, servicios, accesibilidad, seguridad, así como la implantación de tarifas que hagan más atractivo el uso del ferrocarril, y la respuesta ha vuelto a ser un ?tortazo? a nuestros bolsillos. ¿Tendremos que tomar el ejemplo de Catalunya y hacer ?nuestra? la competencia del servicio de cercanías para evitar estas tropelías? EGUZKI 2011ko urtarrilean

Reacciones al ?tarifazo?:Las cuentas de la lechera?nuclear.

Las cuentas de la lechera?nuclear, un artículo de Vicent Boix, Escritor, autor del libro ?El parque de las hamacas?

El déficit. El gobierno socialista acaba de protagonizar una nueva vuelta de rosca, en la cada vez más maltrecha economía doméstica del ciudadano de a pie. En el día de los inocentes la administración pública ratificaba una nueva subida de la factura de la luz de un 9,8%, a la que habría que añadirle en 2010, el incremento del 4,8% del mes de octubre y el aumento del IVA en julio. No se trataba pues de una inocentada y el disponer de un mercado eléctrico liberalizado, como se deduce, no ha beneficiado en nada al consumidor que seguirá apretándose más el cinturón. Este nuevo sablazo de ZP y sus circunstancias, ha originado océanos de bytes en forma de documentos y artículos de diversa índole, que han resultado muy contradictorios dependiendo de la fuente que se consultara. Sin embargo se coincide en que la factura de la luz se ha incrementado porque también lo ha hecho el ?déficit eléctrico? hasta puntos insostenibles. Y es que desde el año 2000, en el estado español no se pagan todos los costes derivados de la generación, transporte y distribución de la energía eléctrica. El gobierno del PP congeló las tarifas y el consumo se disparó durante los años en los que este país vivió bajo los efectos del LSD desarrollista. Esta medida cortoplacista y ?populera? pretendió mantener la inflación pero a su vez generó un ?déficit eléctrico? que para este año oscilaba los 20.000 millones de euros. Toca pagar. Las renovables en el déficit. Si bien existe cierto consenso al relacionar el incremento de la factura de la luz y el del ?déficit eléctrico?, las opiniones empiezan a divergir cuando se trata de señalar los factores que propiciaron este aumento del déficit. Entre las muchas hipótesis, una que ha sonado con bastante fuerza durante estos días apunta a las energías renovables como principal causantes del aumento. Para visualizarlo mejor, hay que tener en cuenta que de cada de 100 euros que se pagan en una factura normal, 53,8 corresponden a la energía consumida (34,4 de generación, 4,3 de transporte y 15,1 de distribución); 18,2 a primas a energías renovables, 16,5 a impuestos, 5,7 anualidades del déficit eléctrico, 2,8 en compensaciones extrapeninsulares y 4 de programas de ahorro y otros.1 Con estas cifras y sin mayor información, se puede entender que la electricidad de origen renovable se paga como ?energía consumida? y aparte recibe una prima extra de casi el 20% del total. En base a estos datos muchos han tildado las energías renovables -sobre todo la fotovoltaica- de poco competitivas, caras y de ser las causantes del aumento del déficit, mientras que paralelamente, se ha escuchado también que la energía nuclear es muy barata para la ciudadanía. Y con estos datos sin más, efectivamente las renovables resultarían ser muy costosas y la nuclear una ganga, pero, para acercarnos más a la realidad, hay que tener en cuenta ciertos datos que se han diluido por arte de magia. Gastos externalizados. Para empezar y aunque parezca contradictorio, son muchos los grupos ecologistas que están en contra del actual sistema de primas que reciben las energías renovables. Carlos Bravo, responsable de Energía de Greenpeace, no está en contra de que las renovables perciban ayudas estatales para favorecer su despegue tecnológico -de la misma manera que otras fuentes de energía las reciben y las recibieron en su día- pero aboga por un sistema donde cada fuente de energía compute todos sus costos sin primas que los alteren. Pero todos los costes, sin excepción. Mientras eso no suceda, la energía nuclear seguirá siendo muy barata porque la construcción de las centrales ya se amortizó. Hace años que la ciudadanía las pagó a través de la factura eléctrica y actualmente no se computa dicho valor. Entre los costos que deberían o deberán incluirse en el haber de la nuclear, están los derivados del desmantelamiento de las centrales y la gestión de los residuos. Cálculos recientes los cuantifican en 13.600 millones de euros hasta el año 2070, y a partir de ahí nadie ha hecho las previsiones con lo que nuestros nietos ya se apañarán. De la misma manera, será el estado o la ciudadanía a través de la tarifa, quienes sufragarán la mayor parte del fondo que se pretende crear para pagar los daños en caso de accidente nuclear. Un texto legal que se debate actualmente y que no es definitivo, establece que las compañías deben de asegurar una cantidad estipulada en 1.200 millones de euros para hacer frente a los gastos e indemnizaciones derivados de un accidente nuclear. La cifra es alta pero claramente insuficiente porque si el accidente fuera muy grave, posiblemente con 1.200 millones no habría ni para pipas. A pesar de ello, ninguna aseguradora quiere asumir esta cantidad por lo que ya puede usted imaginarse quién la acabará abonando en su mayor parte. Por lo tanto ¿Es la energía nuclear barata? Para las empresas eléctricas sí?mientras el estado las construya, recoja la basura nuclear y asegure sus peligrosísimos riesgos; y ellas sólo tengan que generarla, leer los contadores, pasar la factura y proclamar a los cuatro vientos las bondades de esta energía y del neoliberalismo globalizador. ¿Es la energía nuclear barata? Como me apuntaba Carlos Bravo, en el año 1997 finalizó la moratoria nuclear y nadie ha proyectado ninguna nueva central en España. Si es tan barata y ecológica ¿Por qué no? ¿Por qué en ese periodo de tiempo sí que se han estudiado más de 40 térmicas, se han creado decenas de parques eólicos? y ninguna nuclear? A lo mejor la respuesta a esta pregunta la tenemos en Finlandia, el único país en Europa occidental, junto a Francia, que construye actualmente un reactor nuclear. El proyecto inició en 2005 con un valor inicial de 3.000 millones de euros y un tiempo estimado de ejecución de 4 años. Pero a día de hoy, el coste supera los 5.000 millones y la puesta en marcha se prevé para 2012. La central finlandesa tendrá 1.600 megavatios. En España, la potencia instalada actualmente con los reactores disponibles supera los 7.500. Por lo tanto, construir nuevas centrales nucleares con una potencia similar a la existente, supondría un sacrificio económico tan grande que ninguna multinacional privada se atreve con ellas. Que sea el estado quién apechugue con la inversión como España hizo en los 70 y ahora hace China. Además, hasta 2009 y según la fuente consultada, la Agencia de Seguridad Nuclear de Finlandia, había encontrado hasta 1.500 problemas relacionados con la seguridad y aún se estaba a la espera de más correcciones. El retraso impedirá que Finlandia cumpla con sus reducciones de C02 estipuladas en el protocolo de Kioto.2 ¿Es la energía nuclear barata? Como se ha dicho, externalizando hacia el pueblo sus abultados costes y riesgos humanos y ambientales, sí lo es. Porque una vez externalizados y amortizados los gastos principales, la generación de electricidad nuclear es muy barata y luego -ojo al dato- Endesa, Iberdrola y compañía la venden mucho más cara en el mercado, manteniendo así su lucrativo negocio. He aquí el por qué todo son bendiciones para la energía nuclear, pero sin atreverse nadie a construir un nuevo reactor. Y he aquí el por qué quieren alargar la vida útil de las existentes. ¿Son las energías renovables caras? Con el actual modelo de primas criticado hasta por los ecologistas sí, pero en parte se necesitan porque son relativamente nuevas y necesitan promocionarse, expandirse y crecer tecnológicamente. ¿Son las energías renovables caras? Al comparar todos los costes de todos los modelos no es la más cara, porque otras fuentes externalizan algunos de sus costes y también reciben subvenciones y primas. La energía eólica ya es competitiva y como indicó en mayo pasado Nabuo Tanaka, director ejecutivo de la poco ecologista Agencia Internacional de la Energía ?La energía solar fotovoltaica en los hogares será competitiva en cinco años. Alcanzará la paridad de la red [cuando es tan barato producirla en casa como comprarla] en 2020, pero en países como España se puede alcanzar incluso en 2015.?3 Por lo tanto, más temprano que tarde se podrán suprimir las primas en las renovables y, seguramente, con una cantidad de dinero menor a la suma de los costes que generaron y generarán otros modelos energéticos (y que también pagamos todos), el estado español contará con una fuente de energía inacabable, limpia, segura, que no genera residuos peligrosos, que no necesita asegurar daños por accidentes, que no se echa a temblar cuando sube el petróleo o el gas, que no provoca cambios climáticos, que no necesita comprar bonos de emisión de carbono, que no es una amenaza para el medio ambiente y que no es uno de los muchos focos de contaminación atmosférica? razón por la cual mueren en España prematuramente y por enfermedades respiratorias, cerca de 22.000 personas al año. La salud pública es, un drama para la sociedad y otro gasto externalizado para las empresas, que las renovables no generan a no ser que caiga en la cabeza de alguien una placa solar o la hélice de un generador eólico. Y mientras al pueblo le suben la tarifa, se ponen en tela de juicio las energías renovables y el estado sufraga otros costos derivados de la generación de energías sucias; en 2009 Endesa ganó 3.430 millones de euros, Iberdrola 2.824 millones y Gas Natural-Fenosa 1.190.4 De estos 1.190 millones, 126.000 serán para pagar a Felipe González por aconsejar a Gas Natural-Fenosa o lo que es más seguro, para mantener pláticas y compadreos con sus colegas del PSOE en la Moncloa y el Congreso. Por aquí sería más fácil vislumbrar el incremento del ?déficit eléctrico? para despejar la x de la reciente subida tarifaria.

La salud en tiempos de reformas laborales

Las justas reivindicaciones en torno a la mejora de las condiciones de empleo que habitualmente plantean sindicatos, trabajadores, grupos sociales progresistas y ciudadanos críticos suelen concretarse en la necesidad de tener mejores contratos, salarios y condiciones laborales así como una mayor protección social.

Las justas reivindicaciones en torno a la mejora de las condiciones de empleo que habitualmente plantean sindicatos, trabajadores, grupos sociales progresistas y ciudadanos críticos suelen concretarse en la necesidad de tener mejores contratos, salarios y condiciones laborales así como una mayor protección social. Muchas de las propuestas y argumentos de estos últimos meses en contra de la reforma laboral aprobada por el gobierno español son buen ejemplo del interés en estos temas. Sin embargo, existe un perjuicio para los trabajadores que es menos visible, pero igualmente crucial, producido por el empeoramiento de las condiciones de empleo ligadas a esa reforma: nuestra salud. No demasiadas personas perciben con claridad que acceder a un trabajo digno, disponer de condiciones de estabilidad y protección, o poder hacer frente a los abusos laborales, sea un determinante fundamental de su salud y de la salud pública en general. Parece lógico. La visión comúnmente difundida de la enfermedad y de la medicina se halla fuertemente condicionada por una percepción individualista de la salud asociada con “causas inmediatas” de enfermar como: tener una determinada predisposición genética, “elegir estilos de vida” nocivos como fumar o tener malos hábitos alimentarios, poseer una personalidad “sensible al estrés”, o tener acceso a buenos profesionales de salud y a servicios socio-sanitarios de calidad. Igualmente, la medicina del trabajo y la salud laboral tradicional se centran en analizar “factores de riesgo” personales (físicos, químicos, biológicos, ergonómicos o psicosociales), obviando muy a menudo los orígenes y “causas lejanas” de esos riesgos: el grado de democracia y justicia en la forma de organizar el trabajo, la participación de las trabajadoras y los trabajadores o, en general, el tipo de relaciones de empleo. La investigación científica actual muestra sin embargo a las claras cómo factores sociales como la calidad de la vivienda, vivir en un medio ambiente saludable o, especialmente, el acceso y la calidad del empleo son factores de gran importancia para mejorar la salud colectiva.

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Dado que la inmensa mayoría de personas dependen del trabajo para su supervivencia, no hace falta una especial clarividencia para comprender que cuanta más inseguridad se añada a la situación laboral, cuanto más se intensifiquen las exigencias empresariales, cuanto más se reduzca el control y participación de trabajadores y sindicatos sobre sus condiciones de trabajo, cuanto más aumente la desprotección ante la pérdida del empleo, mayor será el peaje a pagar en forma de sufrimiento, enfermedad y muerte. A nivel mundial, el aumento del desempleo, la extensión de la precariedad laboral, el trabajo infantil y la esclavitud están estrechamente asociadas a la salud de los trabajadores, sus familias y sus comunidades (puede consultarse el libro Joan Benach, Carles Muntaner y la red Emconet. “Empleo, trabajo y desigualdades en salud: una visión global”, 2010; www.emconet.org). Demos un solo dato: se estima que 5.000 personas mueren a diario en el mundo (casi 2 millones al año) a causa de enfermedades relacionadas con el trabajo que podrían evitarse. Estas cifras reflejan tragedias humanas concretas, como el suicidio de decenas de miles de campesinos hindúes a causa de la acumulación de deudas a partir de la necesidad (políticamente condicionada) de adoptar métodos de agricultura comercial dominados por poderosas multinacionales.

En los países ricos, las reformas laborales promovidas en las últimas décadas por sucesivos gobiernos han supuesto pérdidas de puestos de trabajo en el sector público, creando una mayor inseguridad laboral y empleo precario, un debilitamiento de la protección e incluso la reaparición de la economía informal y sumergida, el trabajo infantil y nuevas formas de trabajo forzado. Como expresivamente señaló el sociólogo francés Pierre Bourdieu, en las últimas décadas se ha propagado la flexplotación, un nuevo modo de dominación producido por políticas neoliberales destinadas a crear un estado generalizado y permanente de inseguridad entre los trabajadores para forzarles a la sumisión y aceptar la explotación.

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En España, tanto el desempleo como la precariedad laboral son elevadísimos. A decir del propio director gerente del FMI, el desempleo alcanza ya en España cifras “catastróficas” con alrededor de 4,6 millones de desempleados y 1,3 millones de hogares con todos sus miembros en paro. En estas condiciones, facilitar (aún más) el despido es tan humanamente cruel como dañino. Los estudios muestran como estar desempleado incrementa la probabilidad de padecer enfermedades crónicas, alcoholismo, tabaquismo, depresión, trastornos de ansiedad, y de morir prematuramente (3 veces más riesgo que quienes tienen empleo), y sus efectos se agravan en colectivos como las madres solteras o familias de las clases sociales empobrecidas que no perciben prestaciones de desempleo. Una persona desempleada tiene un riesgo 3 veces mayor de padecer mala salud mental en comparación con quienes trabajan. En el colectivo de personas sin prestación por desempleo (1,5 millones), el riesgo de sufrir problemas de salud mental se multiplica por 3 entre los profesionales y nada menos que por 7 entre los obreros. Un riesgo que se reduce drásticamente cuando los desempleados están protegidos.

Por lo que hace a la precariedad laboral, la elevada cifra de contratos temporales (25%), no refleja adecuadamente una situación como la española asociada con la falta de seguridad laboral y tener un salario indigno, pero también con la ausencia de derechos (y su capacidad de ejercerlos), y la explotación y falta de participación y poder de los trabajadores en la empresa. Esas condiciones afectan a los trabajadores de manera muy desigual según cual sea la clase social, género, edad o estatus migratorio de los trabajadores. En España, estudios recientes sobre la precariedad laboral muestran como antes de la crisis alrededor de la mitad de la población asalariada era precaria, con una enorme desigualdad ya que ésta se producía en casi un 90 por ciento en las mujeres obreras, jóvenes e inmigrantes, por tan sólo en un 20 por ciento en los hombres profesionales, de más de 30 años y españoles. Además, la salud y la salud mental empeoran de forma paulatina a medida que la precariedad laboral se incrementa.

En el contexto de una crisis como la actual, donde siguen aumentando las desigualdades sociales y de salud, la nueva reforma laboral es un nuevo paso adelante que facilita el despido, debilita la negociación colectiva y empeora las condiciones laborales sin crear más ni mejores empleos. Los países con mejores condiciones de empleo y menor desigualdad son también aquellos donde los trabajadores, sindicatos y movimientos sociales tienen más fuerza. Los paros, las huelgas y otras formas de protesta, además de un derecho y un instrumento eficaz para mejorar las condiciones laborales, sirven también para que no aumente la desigualdad y empeore la calidad de vida de trabajadoras y trabajadores. Nuestra salud también está en juego.

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Joan Benach, Francesc Belvis, María Buxó, Lluís Camprubí, Carlos Delclós, Juan Carlos Martín, José Miguel Martínez, Carles Muntaner, Laia Olivé, Vanessa Puig, Gemma Tarafa, Christophe Vanroelen, Montserrat Vergara y Alejandra Vives (Grupo de Investigación en Desigualdades en Salud GREDS-EMCONET, Universitat Pompeu Fabra).