Desde el grupo ecologista y antinuclear Eguzki, queremos hacer pública nuestra postura ante las subidas de tasas de agua y basuras acordadas por la mancomunidad de servicios Txinzer.
En relación con la subida del agua, exigimos en primer lugar, que por tratarse de una empresa pública, se facilite a la ciudadanía las cuentas anuales de ingresos y gastos incluyendo los beneficios obtenidos por la utilización de un patrimonio común como es el agua, no sólo por su venta para consumo, también los obtenidos por turbinar esta para producir y vender a la compañía electrica, por medio de las centrales hidroeléctricas en funcionamiento. Reclamamos de Txinzer, unas cuentas transparentes, claras y verificables de los hectómetros cúbicos destinados al consumo y los que son desviados para turbinar y vender y que a día de hoy se mantienen en el más absoluto secretismo. A este respecto, nos preguntamos si los bombeos en marcha para desecar el subsuelo y los hábitats naturales del monte Jaizkibel, protegidos por la Red Natura 2000, obedecen a un bien común o por el contrario se trata de engordar beneficios con un recurso natural destinado en primer lugar a satisfacer las necesidades más elementales de la población. Entendemos, que si el agua destinada al consumo, proviniente de Domiko y Endara se turbina para obtener beneficios económicos,la gran mentira sobre la necesidad de obtener nuevos recursos (Jaizkibel) a costa de sobreexplotar el medio natural, resulta cada vez más necesaria y justificable de cara a la población, dada la falta de información existente por parte de los gestores (Txinzer y Ayuntamientos de Irun y Hondarribia). En cuanto a la gestión de las basuras, denunciamos la falta de información ofrecida por los Ayuntamientos y Txinzer sobre los distintos métodos para la recogida y el tratamiento de los residuos y muy especialmente sobre el sistema Puerta a Puerta (PaP), del que no quieren ni oir hablar. Este resulta ser a día de hoy el método de recogida conocido más eficiente y sostenible en cuanto a porcentajes de recuperación y reciclaje de residuos, y es utilizado desde hace décadas en Canadá, Irlanda, Austria, Italia, Francia, Australia o Cataluña, con niveles de concienciación social y ambiental bastante más elevados. En el Bajo Bidasoa, Txinzer va a implantar la recogida de materia orgánica domiciliaria mediante el quinto contenedor (marrón), con unas expectativas de reciclaje inferiores al 30%, frente a niveles superiores al 80% con el mencionado PaP. Además, Txinzer sabe perfectamente que con el modelo de recogida que proponen, están reimpulsando una planta de incineración tóxica que ellos mismos intentaron imponer en Gaintxurizketa, y que la intensa lucha de los bidasotarras supo paralizar. Los miembros de Eguzki, hemos denunciado en más de una ocasión que la tasa de basuras hasta ahora vigente, prácticamente es una tarifa plana, es discriminatoria para con los ciudadanos que se preocupan de reducir sus residuos y contribuyen con su esfuerzo al reciclaje. Resulta contradictorio que, mientras se lanzan mensajes a la ciudadanía para hacerle ver lo beneficiosas que son para el medio ambiente y la sociedad en su conjunto las buenas prácticas con las basuras domésticas, luego, a la hora de cobrar la tasa correspondiente, se gire el mismo recibo a quienes reciclan y a quienes no lo hacen. En nuestra opinión, la subida de las tasas no se ha explicado convenientemente a la ciudadanía, pero de lo que no hay duda es que la tasa de basura seguirá castigando a quienes reciclan, o, si lo prefieren, premiando a quienes no lo hacen. Reciclar sale al mismo precio que no reciclar o, dicho de otro modo, no reciclar sale gratis. ¿Debe ser así? Nosotros lo tenemos claro. Ante estas circunstancias, en Eguzki nos surgen varias dudas y preguntas a Kerejeta, Santano y Muñagorri: 1- ¿Porqué han establecido una experiencia piloto sólo con el quinto contenedor y no lo han hecho también con el sistema Puerta a Puerta? 2- ¿Porqué es de implantación voluntaria?