Las carencias de la red de saneamiento de Donostia quedan de nuevo en evidencia en el Urumea

La marcha marrón que surge del aliviadero de Amara Berri contrasta con el color de las aguas que bajan por el Urumea. En el vídeo se aprecia aún mejor.

La marcha marrón que surge del aliviadero de Amara Berri contrasta con el color de las aguas que bajan por el Urumea. En el vídeo se aprecia aún mejor.

Este vídeo está tomado el domingo a la mañana. En él pueden verse las aguas que salen del aliviadero de Amara Berri, cuyo color marrón contrasta con las que bajan por el Urumea. Evidentemente, esas aguas marrones no son exclusivamente aguas de lluvia, también son aguas sucias que se arrojan sin ningún tipo de depuración. Y el de Amara Berri no es el único aliviadero del Urumea, claro. Ver vídeo:

https://www.facebook.com/Eguzki.erakunde.ekologista/videos/2629652490635571/

Eguzki, mayo de 2020

Eguzki solicita que no se cierre Urgull de día

urgullEl monte Urgull, para algunos “el castillo”, además de una joya geológica y un tesoro histórico, es la única zona verde cercana para los que viven en la zona baja de Donostia (Alde Zaharra, Gros, Centro…). Basta con subir su repecho para aislarse del tráfico, del ruido, del ir y venir de gente y turistas y así poder pasear en un entorno natural, saludable y tranquilo, y además gozar de unas vistas magníficas.

Y así lo disfrutamos hasta las 21:00 horas. ¿Solo hasta las 21:00? ¿Y por qué? Estos días de semiencierro, con la libertad vigilada para que los adultos hasta 70 años puedan hacer deporte y pasear desde las 20 horas hasta las 23, las numerosas personas que han acudido a Urgull se han llevado la desagradable sorpresa de que las puertas del castillo se han cerrado a las 21 horas, cuando todavía está de día. Urgull se cierra inexplicablemente cuando el alumbrado municipal ni siquiera se ha encendido. Nadie puede entender cómo durante el período de desconfinamiento y con la movilidad recortada, se imposibilite a los ciudadanos el uso y disfrute del espacio público, tan necesario en estos momentos. Es más, cuando en otras zonas y ciudades se están tomando medidas para extender y aumentar el espacio público, el Ayuntamiento de Donostia toma el rumbo contrario y acota y restringe el disfrute de Urgull, cerrándolo cuando todavía es de día.

El alcalde habla de “flexibilidad” para que los hosteleros ocupen todavía más espacio público con las terrazas, pero no demuestra la misma flexibilidad ni sensibilidad para con los ciudadanos que quieren disfrutar de un parque público, como es Urgull.

Desde Eguzki queremos solicitar al Ayuntamiento de Donostia que no cierre Urgull cuando todavía es de día. Independientemente de la duración de las fases de desconfinamiento, Eguzki cree que Urgull se debe mantener abierto mientras dure la luz diurna. Son centenares las personas que durante los meses de mayo a agosto acuden a Urgull a ver la puesta de sol y a pasear por sus caminos. Estas personas no merecen el castigo de tener que dar un gran rodeo para poder salir de Urgull.

¿Flexibilidad con el espacio público? Sí, empezando por Urgull.

Donostiako EGUZKI, mayo de 2020

P.D. La versión en euskara de este texto incluye este vídeo, por si te interesa: :https://www.youtube.com/watch?v=RBb7bJY5w4g

El Leitzaran con espuma… ¡Pero sin inspectores!

Leitzaran Garaiko Errota 2

Una vez más, un río ha aparecido manchado de espuma en Andoain. Hoy le ha tocado al río Leitzaran. Hemos podido ver la espuma sobre todo en la presa de Garaiko Errota, en el barrio de Olagain, pero no tenemos información sobre si se podía ver aguas arriba.

A decir verdad, no podemos asegurar que haya habido un vertido, ya que la espuma (cuya causa u origen no está muy clara) se suele producir en torno a las presas en pequeñas cantidades aún en ausencia de vertidos, aunque en este caso la espuma era bastante más abundante.

A pesar de que desde Eguzki hemos informado de esta situación, no habrá posibilidad de conocer más sobre este tema, ya que los inspectores de URA, en la actual situación de confinamiento, salen a realizar las inspecciones en condiciones muy concretas y este de Leitzaran no cumple las condiciones.

Desde Eguzki consideramos que los servicios mínimos establecidos por el Gobierno Vasco en la inspección no son adecuados, salvo que su objetivo sea dejar libre el camino a los contaminadores y agresores del medio ambiente. Entendemos que la conservación de la naturaleza siempre está en servicios mínimos y prueba de ello es que en innumerables ocasiones se ha solicitado la ampliación de los equipos de trabajo y la ampliación de los recursos de los guardas forestales, inspectores y/o de la Ertzaintza ambiental. Por lo tanto, en ningún caso es admisible que en algunos servicios básicos que no son suficientes por sí mismos, se establezcan servicios aún más reducidos, a menos que se adopten las medidas de seguridad y salud necesarias que la situación requiere.

Dos vertidos en un mes.

Por otro lado, recordamos que se trata del segundo incidente en  poco más de un mes (a su paso)en los ríos, a su paso por Andoain. El anterior se produjo el 13 de marzo en el arroyo Errekabeltz o Ziako, en cuyo caso se pudo investigar el vertido y la empresa responsable fue Krafft. A día de hoy, existe un expediente abierto a Krafft que aún no se ha resuelto.

Errekabeltz isurtea SOS 2020 martxoa 3

Aviso del vertido de la empresa Krafft. Fuente: SOS Deiak

Para terminar, muchas de estas denuncias no serían posibles sin la colaboración de los ciudadan@s por lo que os pedimos que sigáis informando de posibles agresiones al medio ambiente, en favor de construir Euskal Herria desde la ecología.

Baskegur, enemigo de la biodiversidad

2020-4-1.EUKALIPTOAK STOP2

Se dice que hay tres formas de mentir: diciendo mentiras, diciendo medias verdades y utilizando la estadística. Pues bien, las tres opciones fueron utilizadas por el representante de Baskegur, la asociación que representa a la industria de la madera, en su comparecencia ante la Comisión de Planificación Territorial y Vivienda del Parlamento de Vitoria-Gasteiz el 10 de febrero pasado (https://youtu.be/jKt4hWMaLdg).

Utilizar la estadística para mentir, es por ejemplo, afirmar que en los últimos 40 años en la CAPV la superficie de bosque (si no la entendemos como mera cobertura arbórea) ha aumentado, o de que aquí no tenemos tanto monocultivo como en los países más septentrionales, o de que se mantiene un equilibrio entre coníferas y frondosas a en la CAPV, o  reclamar que no hay grandes terratenientes entre los propietarios forestales, mientras se muestran datos en los que quedan “sin propietario conocido”  más de la mitad de las parcelas privadas de la CAPV, 130.000 ha nada menos. Basta con viajar de Gipuzkoa o Bizkaia hacia Araba para constatar que el paisaje de este último territorio es mucho más natural. La gestión forestal de Araba no tiene nada que ver con la de Gipuzkoa y Bizkaia en términos de propiedad ni de modelo de explotación. La mezcla de datos puede distorsionar los discursos, pero no la realidad. El modelo de monocultivo de Bizkaia y Gipuzkoa no tiene parangón en toda Europa, ya que, a diferencia de Europa del Norte, la explotación intensiva de coníferas, aquí exóticas, en grandes pendientes, utilizando maquinaria pesada y técnicas agresivas, como la matarrasa, no se repite en ninguna parte. En Bizkaia y Gipuzkoa la zona rural está enferma debido a la manifiesta crisis ambiental provocada por las plagas de los pinos y por las plantaciones de especies invasoras como los eucaliptos.

Es media verdad afirmar que Baskegur apuesta por un modelo basado en la sostenibilidad, que tiene en cuenta los tres ejes: la economía, el medio ambiente y la sociedad. Dicen que garantizan la sostenibilidad ambiental  con certificaciones. Pero no nos dicen que la fiabilidad de  estas certificaciones no depende de los daños causados en el  suelo y  el medio ambiente.  Las certificaciones que utilizan para obtener madera de calidad no garantizan la conservación del suelo y la biodiversidad, por lo que no se puede considerar que este modelo sea sostenible. En cuanto a lo social, en mayor o menor grado, el representante de Baskegur consideró que el sector primario se ha mantenido gracias al sector forestal, ya que los caseríos se han mantenido gracias a la madera, y en parte también el sector. Lo que no dijo fue que el sector forestal es una actividad dopada con fondos públicos, ya que la producción de madera no es rentable en nuestro país, y que el dinero que produce no es suficiente para pagar los daños medioambientales. Y si fuera así, si la silvicultura fuera la que ha mantenido el sector primario, ¿se puede concluir que la parte forestal ha sido la causante de la crisis en la que está inmersa el sector primario?

Otra mentira, y evidente, es que el modelo bioeconómico que plantea Baskegur sea compatible con el desarrollo sostenible, así como que la naturalización de los bosques, para ellos abandono, provoque a incendios y otros daños. La madera es un recurso natural y renovable, pero la sostenibilidad ambiental depende de la forma en que se produce  y procesa. El escándalo provocado en Güeñes y Zalla por la empresa Glefaran, dedicada a la quema de madera para producir energía, demuestra que la bioeconomía puede ser tanto o más perjudicial que la basada en el petróleo. En particular, cuando, dentro de este modelo y en nombre de la economía circular, tengan por objeto la extracción de todos los elementos que necesitan los ecosistemas forestales para su correcto funcionamiento.

Baskegur aprovechó la comparecencia para reclamar una fiscalidad especial o una indemnización por  los condicionantes que se imponen al uso del suelo. Pero también para exigir que no se asignen competencias para la ordenación de los espacios naturales a los Ayuntamientos. Obviamente, quieren que la gestión del medio rural junto con, por descontado, las competencias forestales, sigan en manos de las Diputaciones, entes que ellos controlan perfectamente. No quieren  que la sociedad, ni siquiera las administraciones locales, se entrometan en sus oscuras relaciones con las Diputaciones.

Con el modelo forestal actual, basado en el monocultivo intensivo de pinos y eucaliptos, estamos perdiendo y empobreciendo el suelo. El suelo es el soporte de la vida, la biodiversidad depende del suelo. Hemos celebrado recientemente el día de la Tierra; pasemos de una vez de las palabras a los hechos y diseñemos una política forestal sostenible. Disponemos del conocimiento necesario y también del impulso. Solo falta la voluntad política. Pongamos, también en esto, el foco en la vida.

NATURKON GIPUZKOA
Aitor Leiza – Aitziber Sarobe – Edurne Huesa – Rafa Perez

 

Naturkon es un colectivo integrado por 16 entidades conservacionistas y naturalistas de Gipuzkoa, cuyo objetivo es velar por la conservación de la naturaleza y el medio ambiente, trasladando a los poderes públicos sus preocupaciones al respecto, proponiendo modificaciones legales, exigiendo el cumplimiento de la normativa ambiental y territorial vigente y denunciando los eternos atropellos que se perpetran en este ámbito.

 

 

Los datos confirman una vez más que Lasarte-Oria sigue a la cola del reciclaje

Los datos dejan a la propaganda en pelotas.

Los datos dejan a la propaganda en pelotas.

La Mancomunidad de San Marko acaba de publicar en su página web los datos completos de la recogida selectiva de residuos sólidos urbanos municipio a municipio correspondientes a 2019 y, en lo que respecta a Lasarte-Oria, la noticia es, paradójicamente, que no hay novedad. Por tanto, Lasarte-Oria sigue a la cola del reciclaje (45% de recogida selectiva) solo por delante de Donostia (40,38), que ya es decir, y desde luego muy lejos de la media de Gipuzkoa (57%).

Se trata sin duda de una muy mala noticia, pero para nada sorprendente, porque, como decía Einstein, “no esperes resultados diferentes si siempre haces lo mismo”. Y el gobierno municipal ha decidido expresamente seguir haciendo lo mismo, o sea, reciclar lo menos posible.

Pero veamos los datos, que hablan por sí mismos:

taula_Lasarte2020La primera conclusión ha quedado ya básicamente enunciada: Lasarte-Oria sigue a la cola del reciclaje, solo por delante de Donostia. No solo sigue a la cola entre los municipios de San Marko, sino del conjunto de Gipuzkoa, porque esta mancomunidad, muy lastrada por Donostia y, en menor medida, pero lastrada también por Lasarte-Oria, es la que menos recicla en el conjunto de Gipuzkoa, cuya media de recogida selectiva ronda el 57%.

Si vamos al detalle, una segunda conclusión podría ser que Lasarte-Oria incluso está más a la cola que el año pasado, puesto que ha empeorado en más de 1,5 puntos los resultados de 2018, mientras que Donostia los ha mejorado (por primera vez ha pasado del 40%). Pero, al menos por este año, quizá no merezca la pena incidir en esto, porque, como tenemos la sensación de que Donostia, como Lasarte-Oria, no hizo en 2019 nada sustancialmente diferente a 2018, quizá este acercamiento sea solo coyuntural. Ya veremos.

La tercera conclusión es que no es una cuestión de voluntarismo, de financiar otra campaña “de concienciación” a ver si la ciudadanía se anima a hacerlo un poco mejor. La buena voluntad es necesaria, por supuesto, y las campañas de concienciación, dependiendo del contexto, también. Pero no hay ninguna razón para pensar que en Lasarte-Oria tengamos ni más ni menos conciencia ecológica que nuestros vecinos de Urnieta o Andoain, donde las tasas de recogida superan el 70 y el 63%, respectivamente. Por tanto, no es cuestión de voluntarismo o de conciencia, sino que los municipios en los que se han implantado sistemas de recogida eficaces, INDEPENDIENTEMENTE DE SU COLOR POLÍTICO, obtienen buenos resultados. Los que no lo han hecho, pues no. Y, en ese sentido, Lasarte-Oria es el paradigma de los que no lo han hecho. Recordemos que fue quizá el último municipio de Gipuzkoa en ofrecer a la ciudadanía la posibilidad de recoger selectivamente el conjunto de las fracciones y, cuando lo hizo, optó expresamente por el sistema menos exigente de los posibles.

Eso sí, el gobierno municipal sigue afirmando que está a favor del reciclaje (y preocupado por la crisis climática, cómo no) y promueve iniciativas “para concienciar” a la ciudadanía, cuando este asunto pone en evidencia que los primeros que tienen que concienciarse son ellos. Y, para colmo, impulsa un referéndum en torno a los contenedores soterrados, un falso debate, tan absurdo desde todo punto de vista que solo se nos ocurre pensar que es una cortina de humo para eludir el auténtico problema que existe en Lasarte-Oria con los residuos. Algo así como hacer como si hiciera pero sin hacer, es decir, sin dar pasos efectivos en el camino del reciclaje.

Eguzki, mayo de 2020

lurpeko edukiontziak_lasarteLos contenedores subterráneos van de mal en peor. En la inspección que hicimos en septiembre pasado, estos de la calle Buruntza eran de los que aún estaban en servicio, pero, como muestra la imagen, también han tenido que ser sustituidos por contenedores en superficie. Está claro que han sido un fracaso, pero, en todo caso, no son desde luego el principal problema que tiene Lasarte-Oria en materia de residuos. Y, sin embargo, el gobierno municipal se empeña en realizar un referéndum al respecto.

Por una economía ecológica en una Euskal Herria post-Covid19

EHposrcoviAlrededor de 350 profesionales de la Academia, profesores e investigadores universitarios, han suscrito el manifiesto “Por una economía ecológica en una Euskal Herria post-Covid19”. Se trata de algo así como una hoja de ruta en pos de una sociedad más sostenible y equitativa, basada en valores positivos de respeto hacia la naturaleza y todas las .personas.
Aquí puedes encontrar el manifiesto completo que, por su interés, te animamos a leer, así como la lista de firmantes:

Por una economía ecológica en una Euskal Herria post-Covid19