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  • La chatarra calcinada en el incendio del Puerto de Pasaia de 2018 se mueve, pero la ciudadanía sigue sin saber lo que pasó

    2020-12-04
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    La chatarra quemada empieza a moverse.

    La chatarra quemada empieza a moverse.

    Parece que por fin ha comenzado el traslado de la chatarra calcinada en el espectacular incendio registrado en el Puerto de Pasaia el 2 de agosto de 2018 y que permanecía in situ suponemos que por causas relacionadas con la investigación. Pero, más de dos años después de aquellos gravísimos hechos, lo cierto es que la ciudadanía no está más informada sobre las causas y las consecuencias de lo que sucedió y, sobre todo, no tiene garantías de que no se vaya a repetir, porque, salvo alguna medida puntual, nada sustancial ha cambiado.

    En ese sentido, creemos que está de plena actualidad la denuncia que hicimos en agosto pasado, coincidiendo con el segundo aniversario de los hechos, y que invitamos expresamente a releer:

    Dos años del incendio de bloques de chatarra en el puerto de Pasaia – Eguzki Talde Ekologista

    REFRESCANDO LA MEMORIA

    El 2 de agosto de 2018 tuvo lugar en el muelle de Lezo del Puerto de Pasaia un enorme incendio durante la operación de descarga de chatarra de vehículos, que se suele importar para envío a empresa recicladora. La nube tóxica generada se extendió hacia el Oeste por decenas de kilómetros de la costa. Los departamentos de Seguridad y de Salud del Gobierno Vasco recomendaron a la ciudadanía de los municipios del entorno, Orereta, Lezo, Pasaia y los barrios donostiarras de Miracruz y Ulia, que cerrasen las ventanas de sus viviendas de manera preventiva, para evitar la inhalación de las sustancias emanadas de la combustión de la chatarra y los restos no metálicos que pudiera tener adheridos. Luego supimos que la estación de vigilancia de la calidad del aire de Lezo llegó a registrar en algún momento una cantidad de partículas PM10 tres veces superior a la concentración media diaria permitida.

    Esta imagen permite recordar bien lo que pasó.

    Esta imagen permite recordar bien lo que pasó.

    En los días siguientes, la Autoridad Portuaria y el Gobierno Vasco se esforzaron en defender que todo estaba bajo control, que el incendio había sido fortuito, que la chatarra cumplía las condiciones, que en todo momento se había actuado correctamente y que ni el humo ni el agua utilizada para apagar el incendio habían tenido consecuencias ni en la salud de la ciudadanía ni el medio ambiente.

    Sin embargo, los vecinos y vecinas más directamente afectados denunciaron la falta de medidas de seguridad en el Puerto y circularon informaciones, reflejadas también en los medios de comunicación, sobre la posibilidad de que la chatarra no cumpliese la normativa.

    La Fiscalía de Medio Ambiente abrió una investigación de oficio, tan de oficio que, en un primer momento, se negó a recibir la denuncia que le hizo llegar la plataforma Badian Bizi, por considerarla innecesaria. El Juzgado de Instrucción nº 3 de Donostia abrió diligencias previas, pero no ha habido más información al respecto.

    Casi dos años y medio después, la chatarra parece que empieza a moverse, pero la ciudadanía sigue sin contar con una explicación sobre lo que ocurrió, por qué ocurrió o si hay algún tipo de responsabilidades. Tampoco tiene ninguna garantía de que no vuelva a ocurrir.

    EGUZKI, diciembre de 2020


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