Como ya se preveía, después de las torrenciales lluvias de la pasada semana, los ríos se han vuelto a desbordar. Y como siempre que ocurren estos hechos, los telediarios, la prensa y las redes sociales se han llenado de personas reclamando que se “limpien” los cauces para evitar que estos hechos vuelvan a repetirse.
En una cosa estamos de acuerdo con esas reclamaciones. Los ríos están llenos de mierda, más concretamente de nuestra propia mierda. Toneladas de botellas, latas, compresas, bolsas de basura, electrodomésticos y hasta coches, han convertido nuestros ríos en auténticos vertederos. Por supuesto, sería muy conveniente limpiar toda esa basura y sobre todo evitar tirar más.
Pero cuando se reclama que se “limpien” los ríos, no se está pidiendo que se limpie esa basura, lo que se exige es que se draguen los ríos, se tale la vegetación de ribera y se elimine la madera muerta de los cauces. Esta idea tan arraigada entre la población lo que nos confirma es el absoluto desconocimiento que tiene la mayoría de la gente de lo que es un río.
Un río es un ecosistema complejo y dinámico, no es un canal ni una tubería que transporta agua. Los ríos se desbordan durante las épocas de lluvias y bajan de caudal cuando hay sequía, la madera muerta y los sedimentos arrastrados por la corriente los nutren y les dan vida. Esto siempre ha ocurrido y siempre ocurrirá.
Si observamos por televisión las imágenes de las últimas inundaciones, nos daremos cuenta de que la mayoría de las poblaciones que se han visto afectadas se encontraban en zonas de riesgo declaradas por las respectivas confederaciones hidrográficas como “zonas inundables. Barakaldo no es ajena a esta situación y no sólo hay cientos de viviendas ya edificadas en zonas potencialmente inundables sino que hay nuevos proyectos que insisten en ello, como plan de los 500 pisos de El Calero, en Burtzeña.
Aunque gran parte de la población parece haberlo olvidado, tradicionalmente se conocían como Vega de Ansio a los terrenos que se extienden entre Retuerto, Arteagabeitia y Zuazo, desde la feria de muestras BEC! y hasta Megapark y Max Center. Y una vega es zona agrícola fértil precisamente gracias a la humedad y las periódicas inundaciones. En dicha Vega no es el río, sino las aguas subterráneas y las mareas las que causan los problemas.
Otro buen ejemplo es el barrio de Gorostiza. En los meandros del río Castaños, donde antaño se aprovechaba la fertilidad de los suelos para plantar lechugas, se construyeron chalés. Desde hace décadas, cuando llegan las lluvias intensas, el tráfico se interrumpe y el barrio de El Regato queda aislado unas horas debido al desbordamiento del río Castaños. El mapa de riesgos sitúa la zona de caros chalés de Gorostiza rodeada por una zona con riesgo de inundabilidad de 10 años, en los mismos niveles que parque de Tellaetxe e incluso una parte del polideportivo municipal, junto al que discurre el río encauzado, que, sin frenos naturales, baja a toda velocidad durante el temporal.
La organización ecologista Eguzki ya advertimos hace tiempo de que esa zona de Gorostiza, aguas abajo de la presa, puede correr “serio peligro” debido que el embalse, cuando sube el nivel por las fuertes lluvias, abre compuertas.
La apertura del pantano no tendría efectos sólo en la zona más cercana de Gorostiza. Los mapas extienden el riesgo más probable de inundación a Bengolea y a Retuerto, hasta la entrada de Megapark. Del lado del Cadagua, la situación también es complicada y los mapas de riesgo no dejan lugar a duda: En la desembocadura del Cadagua se recomienda no sólo no construir sino ir eliminando instalaciones. También nos toca advertir que proyectos como el de la Variante Sur Ferroviaria, que pretende construir un falso túnel bajo el Castaños, obligaría a desviar alrededor de 100 metros el mencionado río y multiplicarían el riesgo de inundaciones aún mucho mas.
Pero volvamos al meollo del asunto, porque lo que es evidente es que los ríos seguirán desbordándose, como han hecho siempre, y la supuesta suciedad en forma de madera muerta y sedimentos se seguirá acumulando en el cauce, también como ha ocurrido siempre. En ese caso, ¿Quién la limpiará? Pues la respuesta es muy sencilla, la limpieza la hacen los propios ríos, y las riadas son el mecanismo natural que tienen para limpiarse. Si realmente queremos limpiar los ríos deberíamos eliminar nuestra basura y dejar al río que haga su trabajo, y por supuesto no edificar en zonas inundables, porque como dice su propio nombre, se inundan.
Eguzki Barakaldo
2-12-2021
Esta es la penosa realidad en cuanto al estado del Castaños. Un tramo del río que alberga algunas especies casi desaparecidas en casi toda Euskal Herria. Esperamos que la Diputación Foral de Bizkaia (En el 2009 se aprobó DECRETO FORAL de la Diputación Foral de Bizkaia 186/2008, de 9 de diciembre, por el que se aprueba el Plan de Gestión del pez Espinoso) se tome en serio el toque de atención, y tome medidas de facto en cuanto al estado del río, ya que hasta el momento parece ser que no ha hecho prácticamente nada.
Haciendo caso a nuestros/as dirigentes, estos últimos días decidimos pasear por Gorostiza desde el polideportivo, por el bidegorri, hasta la bolera y ante tanto discurso sobre cambio climático y biodiversidad, nos volvimos a encontrar con una desagradable sorpresa. Extendiéndose por las orillas del río Castaños, además de una gran cantidad de residuos, pudimos reconocer algunos viejos inquilinos que moran en estos lares, dañando la flora autóctona y las últimas alisedas del municipio: entre ellos, algunas especies invasoras como Phyllostachys spp. y Arundo donax L y especies arbóreas de jardín como Eunonymus japonicus Thunb.
