Esta no es, por supuesto, la grulla abatida, pero la imagen sirve para que tratemos de imaginar con qué tipo de especie cinegética pudieron confundirla. FOTO: JOSE HERRERO

Eguzki denunciará ante la Fiscalía la muerte por disparos de una grulla (Grus grus) en la línea de puestos de caza de Aiako Harria. El ave, de “interés especial”, según el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas, fue hallada el lunes, con las patas destrozadas. Murió a las pocas horas.

Es la primera ave protegida abatida en Gipuzkoa esta temporada de la que tenemos noticia. Subrayamos en Gipuzkoa, porque, lamentablemente, ya conocemos casos en otros herrialdes (1), y de la que tenemos noticia, porque, lógicamente, solo una mínima parte llegan a conocimiento público. En ese sentido, los 36 casos (halcones, cernícalos… una espátula y hasta un buitre) que el Gobierno Vasco registró en 2016 en el conjunto de la CAV no pueden ser considerados sino como la punta del iceberg.

Los autores de este delito (porque abatir una especie protegida puede ser delito), ¿qué alegarán en su defensa?, ¿que confundieron la grulla… con una malviz? ¿Con qué especie cinegética pudieron confundir una grulla?

Eguzki tiene intención de seguir denunciando este tipo de casos (la temporada pasada, solo en Gipuzkoa, puso 7 en conocimiento de la Fiscalía), porque, a pesar de la dificultad de identificar a los autores (ni siquiera cuando están rodeados de cazadores que se consideran a sí mismo “legales”), es una forma de visibilizar que aquí se están cometiendo delitos. También como medio de reclamar a las diputaciones que modifiquen sus políticas de caza, que en nuestra opinión propician estas situaciones (¿para cuándo la suspensión de las líneas en las que se abatan especies protegidas?), y, en todo caso, que no miren para otro lado.

Eguzki, noviembre de 2017

(1) Tenemos noticia de un águila ratonera o busardo ratonero (Buteo buteo) abatida en la localidad alavesa de Ullíbarri de los Olleros, un gavilán (Accipiter nisus) en Altsasu, un guion de codornices (Crex crex) en Gatika y un cormorán (Phalacrocoraxcarbo) en Larrabetzu, además de un pito negro (Dryocopus martius) en Zaratamo (este, fuera de temporada incluso).

Cuatro anuncios ilustran la información de El Correo. Este es uno de ellos.

En internet abundan anuncios de venta de ejemplares de especies protegidas, invasoras o cinegéticas cuya comercialización es ilegal. En los últimos años, Eguzki ha denunciado unos cuantos; con alguna excepción, sin demasiado éxito, la verdad. Al hilo de estas denuncias, el periodista David S. Olabarri ha publicado en El Correo una información titulada “El mercado negro de las especies protegidas”. El subtítulo es elocuente: “En la red abundan los anuncios que venden en Euskadi animales en riesgo de extinción o que ponen en riesgo la biodiversidad”.

Puesto que no hemos encontrado la información disponible en la red, copiamos a continuación el texto principal de la misma.

David S. Olabarri / El Correo

Las currucas capirotadas son una especie recogida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y están consideradas de “interés especial” para la naturaleza. La comercialización de estas aves, que se caracterizan por los vivos colores que adornan sus cabezas y su melodioso canto, está “estrictamente prohibida”. Pero en Euskadi se pueden conseguir si se sabe bucear en algunas de las páginas de anuncios que abundan en internet.

La red, de hecho, se ha convertido en uno de los principales puntos de venta de especies protegidas. En las mismas páginas también se pueden comprar animales cuya caza está autorizada, como las malvices, pero no su comercialización. En internet también hay anuncios de ciudadanos vascos vendiendo jilgueros, ruiseñores, monos, guacamayos, búhos, tortugas moras, carpas Koi, galápagos de Florida… Algunos de los animales que se ofertan no están sujetos a una especial protección, pero están prohibidos porque son considerados especies “invasoras”, según el Catálogo Español de Especies Exóticas, en la medida en que constituyen una de las principales amenazas para la biodiversidad. Y otros muchos son vendidos sin disponer de la autorización administrativa ni los certificados que identifican a cada ejemplar.

Muchos de los vendedores de animales en peligro de extinción no hacen grandes esfuerzos por esconderse y publican los anuncios con sus números de teléfono. Quizá porque no saben que lo que están ofertando son animales protegidos por la Unión Europea o porque saben que es muy difícil que les lleguen a sancionar en Euskadi, según los ecologistas. Pero lo cierto es que muchos de estos reclamos publicitarios duran semanas en la red, aunque también hay otros que apenas permanecen colgados unas pocas horas. Por ejemplo, pitones albinas. Es este caso, advierten desde la asociación ecologista Eguzki, son vendedores que “saben perfectamente que están haciendo algo ilegal”.

La agrupación conservacionista considera qu se trata de un grave problema, “aunque las instituciones vascas no están poniendo los medios necesarios para atajarlos”. “Aquí no se hace nada”, censuran. Y ponen de ejemplo que que ocurre en otras comunidades autonómicas, donde se han impuesto importantes sanciones a los que tratan de hacer negocio con estos animales. Muchas de estas actuaciones son desarrolladas por el Seprona, la unidad especializada de la Guardia Civil en delitos medioambientales, los Mossos y la Policía foral de Navarra.

Hace solo unos meses, por ejemplo, un vecino de Vigo aceptó una pena de seis meses de prisión por un delito contra la fauna después de que se descubriese que estaba comercializando animales protegidos en internet. En su propio domicilio tenía siete cotorras de varias especies, dos tortugas con púas, dos ranas dardo y un par de loros procedentes de África.