El viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria, Bittor Oroz, ha confirmado que el Gobierno Vasco transformará la pesca de la angula en profesional, lo que le permitirá eludir la decisión de la Unión Europea de prohibirla en la modalidad recreativa, única permitida hasta ahora en Gipuzkoa y Bizkaia. Esto supone:

• – Ante todo y sobre todo, un atentado a la biodiversidad, sacrificada, una vez más, en beneficio del clientelismo electoral.

• – La creación artificial de un sector profesional inexistente para burlar la legislación europea o, por el contrario, un reconocimiento implícito de que durante años se ha camuflado como actividad recreativa lo que en realidad ha sido una actividad profesional, desarrollada desde luego al margen de controles ambientales adecuados, pero también al margen de los requerimientos propios de cualquier otra actividad económica.

Por partes…

UN ATENTADO A LA BIODIVERSIDAD

Para que nadie tenga la tentación de acusarnos de catastrofistas en cuanto a la situación de la anguila europea, copiamos el siguiente párrafo directamente de un documento firmado por el propio viceconsejero Bittor Oroz el 28 de diciembre pasado (los subrayados son nuestros):

“La anguila europea es un stock único a nivel de toda Europa y se encuentra fuera de los límites biológicos de seguridad establecidos por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar, y en peligro crítico según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Ante esa situación, el Reglamento (CE) n° 1100/2007 del Consejo, de 18 de septiembre de 2007, por el que se establecen medidas para la recuperación de la población de anguila europea, obligó a los Estados miembros a elaborar Planes de Gestión de Anguila. Como consecuencia de ello, en el País Vasco, se aprobó el Plan de Gestión de Anguila, en el que se contemplaban varias medidas relacionadas con la mejora del hábitat, la eliminación de obstáculos y la regulación de la pesquería, regulación que permitió una pesquería recreativa de angula, caso único en Europa”.

¿Y desde 2007 la situación ha mejorado? En absoluto. Ya en un informe de la UE de 2014 podía leerse: “Los científicos advierten constantemente de que la mortalidad [de la anguila y sus alevines, las angulas] inducida por pesca u otros factores humanos debería reducirse a un nivel tan próximo a cero como sea posible y que es necesario actuar con urgencia”. Los gobiernos han hecho su propia lectura de la urgencia, pero, por fin, el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea celebrado en Bruselas entre los días 11 y 13 de diciembre de 2022 acordó nuevas medidas. En concreto, prohibió la pesca recreativa e impuso más restricciones a la profesional.

Pesca de angula desde una chalupa. Argazkia: Karkara.

Así las cosas, ¿el Gobierno Vasco asume la decisión y se dispone, por ejemplo, a incluir la anguila en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas? En absoluto. Lo que hace es anunciar su intención de burlar la prohibición de la UE recalificando como pesquería profesional lo que en su día dijo que era solo recreativa o deportiva.

¿Y en nombre de qué? De la tradición. Oigan, la tradición se basa en el hecho histórico y biológico de que en nuestras rías haya anguilas. Si desaparecen, no habrá ya tradición que preservar. ¿No justifica esto, como mínimo, un paro biológico, como el que, por ejemplo, se decretó en su día con la anchoa, al menos hasta que la especie deje de estar fuera de los límites biológicos de seguridad o en peligro crítico? Pues, por lo visto, no.

Dice ahora Oroz que se va a hacer una gestión “sostenible”, cómo no, y que será AZTI quien establezca el número anual de capturas. ¿Y qué criterio realmente “sostenible” puede utilizar AZTI para establecer cuotas anuales cuando, como hemos visto, ya en un informe de la UE de 2014 podía leerse: “Los científicos advierten constantemente de que la mortalidad [de la anguila y sus alevines, las angulas] inducida por pesca u otros factores humanos debería reducirse a un nivel tan próximo a cero como sea posible”?

Dice más Oroz. Dice que la actividad se desarrollará bajo “estrictos controles” (¿los mismo que han faltado hasta ahora?) y, “para que haya una transparencia total”, se va a constituir una comisión de seguimiento en la que estarán presentes la Dirección de Pesca, la Asociación de Anguleros, AZTI y “los propios ecologistas”. Ignoramos a quién se refiere cuando habla de “los propios ecologistas”, pero del grado de transparencia que cabe esperar habla claro el hecho de que todo esto es fruto de un “acuerdo” bilateral entre la Consejería y la Asociación de Anguleros. Lógico que hayan preferido no acordar nada ni con “los propios ecologistas” ni con nadie que, sin considerarse necesariamente ecologista, anteponga la biodiversidad, más en un caso clarísimo como este, a intereses privados de tan corto alcance como los que se están defendiendo.

¿LA CREACIÓN DE UN SECTOR PROFESIONAL FICTICIO PARA BURLAR LA LEGISLACIÓN DE LA UE O EL RECONOCIMIENTO DE UNA ACTIVIDAD PROFESIONAL CAMUFLADA?

Según Euskadiko Angulero Elkartea, el año pasado, con un total de 610 licencias, se pescaron 800 kilos de angulas, legalmente, no comercializables, es decir, solo consumibles en casa o, a lo sumo, entre amigos. Oroz dice que a partir de ahora las licencias se van a reducir a 150. Calculen ustedes hasta qué punto estamos hablando de la creación de un sector profesional ficticio. Ahora bien, existen más que indicios de que la cantidad real de angulas capturadas y comercializadas ilegalmente en los últimos años es muy superior a la declarada. En tal caso, podría existir un sector profesional que durante todos estos años ha funcionado camuflado como recreativo y que ahora se pretendería legalizar. Alguien tendría que dar explicaciones, por ejemplo, a las haciendas forales.

EGUZKI, abril de 2023