Ha terminado la Aste Nagusia y ha llegado la hora de los balances. Nosotros queremos hacerlo específicamente de las corridas de toros de Ilunbe, y queremos hacerlo en lo que a la asistencia a la plaza respecta,
en cuanto a la actitud que ha mantenido el Ayuntamiento y en lo que toca al momento que atraviesa el movimiento antitaurino.
Las corridas siguen de capa caída
En lo que a la asistencia a la plaza respecta, constatamos con satisfacción que, aunque como dirían Guerrita o El Gallo “hay gente pa tó”, la plaza no sólo sigue sin llenarse, sino que cada vez resulta más difícil que registre entradas “aceptables”. Prueba de ello es que el número de abonos ha bajado este año un 23% con respecto al año pasado, que ya de por sí fue flojo. Esto nos confirma en la idea de que hace ya mucho tiempo que la sensibilidad de los donostiarras se alejó de las corridas y todos los intentos por reconectarla artificialmente a este espectáculo anacrónico han sido baldíos. No existe masa social que respalde por sí sola el mantenimiento de la “fiesta”. Caerá por su propio peso el día en que cejen los apoyos institucionales explícitos e implícitos que recibe. Y, eso sí, para que esos apoyos cejen, hay que seguir empujando.
La actitud del Ayuntamiento
A este respecto, hacemos un balance razonablemente positivo. Las corridas estaban contratadas antes de que se constituyese el nuevo gobierno municipal y, por tanto, no cabía esperar que no se celebrasen. Sí cabía esperar, en cambio, que el nuevo gobierno municipal se negase a darles carácter de acto festivo oficial incluyéndolas en el programa de la Aste Nagusia o a facilitar a los promotores la colocación por toda la ciudad de banderolas publicitándolas. Y eso es lo que ha hecho, así es que, desde ese punto de vista, bien. Queremos subrayar a este respecto, porque quizá es un hecho poco conocido, que, cuando el nuevo gobierno ha decidido no incluir las corridas en el programa oficial y no facilitar la colocación de soportes publicitarios, no ha hecho nada más (y tampoco nada menos) que aplicar un acuerdo en tal sentido que en la pasada legislatura adoptó el Consejo Asesor de Medio Ambiente y que, aunque a regañadientes, aceptó incluso el entonces delegado del área, Denis Itxaso. Luego llegó Elorza, decidió saltarse el acuerdo (a la torera, por supuesto) y ordenó imprimir un díptico específico sobre las corridas para incluirlo en el programa oficial.
En fin, que la actitud del nuevo gobierno nos ha parecido positiva, lo que no debe impedirnos recordar que el Ayuntamiento ha vuelto a colaborar económicamente en la matanza de toros, pues ha eximido un año más a los organizadores de abonar el canon estipulado por el Patronato de Deportes por la utilización del recinto de Ilunbe. Los números hablan por sí mismos: ese canon rondaría los 35.000 euros, cuando la cantidad aportada por Chopera apenas ha sobrepasado los 10.000. Es decir, 25.000 euros que ha dejado de ingresar el Ayuntamiento o, dicho de otro modo, 25.000 euros de subvención a las corridas.
Al hilo de esta subvención indirecta, hemos de decir que no vemos ninguna razón para que el Ayuntamiento contribuya a que en la Aste Nagusia del año que viene vuelva a haber toros. Viene esto a cuento de que, en la recepción a los grupos sociales que tuvo lugar hace unas semanas, creímos entender al alcalde que, puesto que existen unos abonos comprometidos, también en 2012 el Ayuntamiento cederá Ilunbe a los promotores taurinos como en los últimos años, o sea, poco menos que gratis et amore. Esperamos haber entendido mal; si no, no dudaremos en manifestar expresamente nuestra disconformidad.
Y, si hubiere lugar a indemnización por esos abonos pendientes, anótese esa cantidad, una más, en el debe de quienes promovieron esta espectacular operación de extorsión a los donostiarras que ha sido Ilunbe. Porque hemos de decir de nuevo que no renunciamos a que algún día exista una “comisión de la verdad” en torno a este asunto que permita conocer, entre otras cosas, cuánto nos ha costado a los donostiarras este complejo chanchullo y su “brillante” gestión. Por cierto que la cubierta retráctil ha sido por fin reparada. Han sido 50.000 euros que, “de momento”, también va a pagar el Ayuntamiento.
Un movimiento antitaurino pujante
El movimiento antitaurino sigue pujante, como lo demostró la manifestación del domingo 14, que, además, tuvo que presentar recurso ante el TSJPV para superar el veto que la Consejería de Interior le intentó imponer al prohibir su recorrido. El domingo 21 se realizó también otra protesta llamativa en la playa de la Concha.
Sin duda, el movimiento antitaurino, en sus diferentes expresiones, está pujante, y cuenta con recorrido. En este sentido, la iniciativa Donostia Antitaurina Orain!, que pretende recoger firmas para lograr una consulta ciudadana con la que poner fin a estos espectáculos, es una ventana abierta a la esperanza.
En resumen
Las corridas en Ilunbe siguen de capa caída; la actitud del nuevo gobierno municipal ha sido positiva, pero el “cambio” no puede quedarse ahí; no hay ninguna razón para que en 2012 el Ayuntamiento vuelva a colaborar con las matanzas de toros.
Que haya corridas puede que sea irrelevante para la capitalidad cultural, pero no debería serlo para la culturalidad de la capital.
Donostiako EGUZKI
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