Desde Eguzki, creemos que los premios los da la gente que vive en la ciudad,,y son un reconocimiento de cambio de modelo mediante políticas reales en el día a día.
Es un nombramiento para el año 2012, y como ciudad deberá estudiar antes el Plan General, reconociendo el error de construir y tener miles de viviendas vacías (más de 10400), pero los que se dan por premiados siguen sin hacer autocrítica sino al contrario, apostando por edificar al sur, en el pueblo de Aretxabaleta, para mayor gloría de la Caja Vital y de los aspitantes de su vida con un chalet en el bosillo. También debemos denunciar que política existe en esta ciudad, en la cual los concejales y algún representante social, se encorbatan y dejan su discurso crítico para celebrar el premio. Queda pendiente, verde o negro panorama en esta ciudad, un modelo diferente, tanto en lo que compete a nuestro Ayuntamiento como en lo que pueden todos los políticos contribuir a otro modelo de producción y económico en nuestra sociedad y para con otros pueblos. Especialmente destacaríamos que en Gasteiz de aquí al 2012 deberá proteger el sur de la ciudad, tanto la tierra como los pueblos del municipio (como espacio físico y como forma y calidad de vida de la zona rural), sin menospreciarlos. Y, esta en juego la protección de los Montes de Vitoria, el peligro por la Alta tensión, molinos, carreteras, escavadoras,etc., así como acosada toda la zona rural y sus tierras, Salburua y sus humedales y todas las afecciones que genera el TAV. Mención especial debemos hacer al Parque de Arriaga, donde se muestra la imposición y el modelo antidemocrático y nada ecologista del Ayuntamiento, pues conjuga la contradicción sobre el modelo de urbanismo, de respeto a lo verde, de movilidad y transporte, y de debate y decisión a la población. Junto a estos espacios, como Ayuntamiento podría poner en cuarentena el derroche energético de luces navideñas en las calles, las campañas consumistas en dichas fechas y la apertura de nuevos Centros comerciales o cambio y regalo de licencia de uso para grandes centros comerciales. El riego de tanto parque y jardín público derrochando agua potable no puede recibir un premio a la buena gestión, ni la talla de árboles de forma indiscriminada junto a la catedral o en la calle Sancho el Sabio. Estos, entre otros muchos son ejemplos de una visión verde de ciudad de postal y de orgullo por protagonizar y figurar, con contradicciones sobre la conciencia de quienes tanto hablan y presumen. Pero esta manta verde si se asienta en el modelo actual de construcción (ladrillo y más chalet), energía (derrochadora y pronuclear) y transporte (motorizada, con barrios dormitorio, grandes centros comerciales con aparcamientos), no supondrá un corazón verde ni rojo de sangre solidaria. También el derroche en esta época de crisis con un auditorio supone un ataque a la política ecológica de cubrir necesidades en nuestra sociedad y solidariamente con otros pueblos. Los estudios de ocupación y de rentabilidad son un fraude contable (no analiza los costes de financiación y amortizaciones) y un engaño para la población que no necesita ni demanda dicho auditorio de excelencia acústica. Y los premios verdes deben darse al ahorro en época de recortes de derechos sociales y de miles de familias en paro, con ERES, disminución de las AES, etc. Por otra parte, la ausencia de participación que se da en todos los asuntos y especialmente en aspectos ligados al medio ambiente y las grandes infraestructuras deben de hacer reflexionar si lo verde no va ligado a una forma de democracia más participativa y real. El Consejo de medio ambiente sin colectivos sociales por sre ninguneados y sin considerar los temas o sin convertir el tiempo invertido y aportado en algo real y tangible a compromisos reales por una ciudad verde, fue el premio a lo verde que esta el Ayuntamiento en tratar y dialogar los temas y a tener otro premio, el de una ciudad ecológica. Ejemplo de esta dicotomía es que este sábado, junto al reportaje por el premio, tenemos una denuncia contra el Ayuntamiento por su limpieza «destructora del cauce del río» que atraviesa el pueblo de Hueto y que nace en la cueva de Los Goros. Según los denunciantes, «se han llevado por delante numerosos árboles cortados, espadañas y un valioso grupo de plantas. Lo han dejado como un canal».
Algunos medios nos llaman ( y por extensión a los Concejos, a UAGA, a Bizikleteroak, y a SOS Parque Arriaga) grupúsculos anecdóticos de pesimistas crónicos, esta descalificación así de genérica y hueca ante demandas de construir una ciudad de excelencia medioambiental es la única respueta a nuestra labor. Ladran luego cabalgamos.